
Tiempos de espera dignos: una decisión política irrenunciable

Durante 2022 y parte de 2023, como Colmed Santiago fuimos testigos de una red pública metropolitana funcionando en horario completo, parte de una política nacional para resolver las atenciones postergadas en pandemia. La estrategia fue virtuosa: se aprovechó infraestructura pública subutilizada, extendiendo el funcionamiento más allá de las 17:00 horas y en fines de semana; condicionó los recursos destinados a horario extendido al cumplimiento de metas diurnas; y priorizó la contratación de equipos del mismo centro, incentivando la permanencia en la red pública.
La política fue reconocida públicamente por el Presidente Boric. La productividad quirúrgica de la Red aumentó en un 16 % en 2023, marcando un precedente de lo que puede lograrse con voluntad política, planificación y fortalecimiento del trabajo en red.
Pero ese impulso se detuvo abruptamente. Por restricciones fiscales, el presupuesto destinado al programa fue descontinuado. La productividad quirúrgica se estancó, con un crecimiento cercano al 2% en los años posteriores; la mediana de espera dejó de disminuir; generando gran frustración entre equipos directivos, a quienes hoy se les exige reducir los tiempos de espera, al mismo tiempo que se recortan los recursos para el funcionamiento básico del sistema.
En los hechos, el gobierno ha renunciado a su compromiso de alcanzar una mediana de espera de 200 días. Hoy, existen más de 3 millones de registros de personas que esperan por una atención quirúrgica o de especialista no GES; y más de 70 mil garantías GES están retrasadas.
Pero hay una buena noticia: la solución existe y está al alcance. Para partir, en el acuerdo de la Ley de Presupuestos vigente se comprometieron más de 70 mil millones de pesos para resolver las listas de espera. Sin embargo, hasta la fecha, ni un solo peso ha sido transferido a la Red pública Metropolitana para financiar horario extendido. A esto se podría sumar el ahorro de la modernización de la fiscalización de licencias médicas.
La urgencia sanitaria exige el uso de la red en toda su capacidad. Tenemos más de 650 pabellones en el sistema público, que podrían operar de 8 a 20 horas, incluyendo fines de semana. Existe disposición de los equipos, solo falta la decisión política de asignar y gestionar los recursos necesarios para resolver esta espera inaceptable. En el mediano plazo, en línea con lo que planteó la CNEP en 2020, debemos adaptar los sistemas de turno para que los pabellones y consultas funcionen en horario extendido.
Una solución costo-efectiva y territorial, que puede complementarse con una colaboración virtuosa con la red privada, que apoye en los casos más urgentes, mientras seguimos fortaleciendo las capacidades públicas.
Responder a quienes esperan por atención requiere voluntad política y acuerdos sanitarios que inicien hoy, pero que perduren en los próximos gobiernos. El compromiso debe ser del Estado. Postergar esta decisión significa prolongar el sufrimiento de millones de personas.
Por Francisca Crispi, Presidenta Colegio Médico De Santiago
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