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Alimentación de personas mayores: “Un adecuado aporte nutritivo es fundamental para lograr una vejez saludable”

Las personas mayores experimentan muchos cambios a nivel fisiológico que pueden afectar su estado nutritivo, vale decir, cambios en su composición corporal, menor actividad física, disminución del metabolismo basal, entre otros. De acuerdo a la nutricionista de la Clínica Las Condes, Giselle Muñoz, una adecuada nutrición pasados los 65 años es fundamental para lograr una vejez saludable. “Es importante que cada paciente consulte con su médico de cabecera, realizar exámenes constantemente y, de acuerdo con eso, y con un nutricionista especializado se debe ajustar un plan de alimentación de acuerdo a las necesidades de cada uno. Hay pacientes que tienen una reducción de masa muscular muy importante, por esto también se debe trabajar con apoyo kinesiológico”, explica.

Según destaca la nutricionista, una persona mayor puede beneficiarse considerablemente al realizar una dieta estilo mediterránea. Esta dieta fue elegida por cuarto año consecutivo como la mejor del mundo según U.S News & World Report y se caracteriza por reducir (o eliminar) los alimentos procesados y preferir aquellos de origen vegetal, ya sea, frutas, semillas, verduras, legumbres o frutos secos, entre otros, así como aceite de oliva, productos lácteos, huevos y pescados.

La abundancia del consumo de frutas y verduras entrega una serie de vitaminas que son muy beneficiosas para el organismo. Además, las legumbres y los pescados son fuente importante de minerales como calcio, magnesio y otros. De acuerdo a Giselle, hay evidencia que avala los beneficios de este tipo de alimentación en relación a la protección contra daños neurológicos, y es por esta misma razón que se recomienda en personas con antecedentes de Alzheimer y Párkinson.

La especialista destaca la importancia de las proteínas, y explica que su consumo se debe ajustar al peso ideal de cada persona. “También hay que considerar el aporte necesario de nutrientes de acuerdo al estado nutricional de los pacientes y a las enfermedades asociadas que puedan tener, como hipertensión, diabetes, colesterol elevado, entre otras”.

Otro elemento que debiera ser fundamental en la alimentación de los adultos mayores es la hidratación. Con el paso de los años, la sed disminuye y es por esto que la especialista aconseja recordar siempre su ingesta. Para que se transforme en un hábito, lo recomendable es que en cada comida (desayuno, almuerzo, once, cena) se toma un vaso de agua pura.

Para la nutricionista, en la medida en que se mantenga una alimentación adecuada, en conjunto con una asesoría de ejercicio físico, se puede lograr tener una calidad de vida mucho mejor, prevenir enfermedades, reducir el riesgo de caídas, mantener y mejorar la capacidad cognitiva o evitar su deterioro de manera temprana.

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