Divorciados en cuarentena: ¿Quién se queda con los niños?

El jueves 26 de marzo comenzó a regir la cuarentena preventiva en siete comunas de la Región Metropolitana como medida para controlar la propagación del coronavirus y así no colapsar los servicios de urgencia. Si bien se trata de una medida que tiene como finalidad proteger la salud de los afectados y de todo el país, para aquellas familias en que los padres están separados es un verdadero problema del que surgen preguntas difíciles de responder ¿Quién pasa la cuarentena con los niños? ¿Cómo se pueden mantener las dinámicas que existían hasta la fecha? ¿Cuánto tiempo pasarán separados padres y madres de sus hijos?
"No existe una norma legal que regule un caso como el que se presenta ahora en la cuarentena, por lo tanto debe aplicarse el criterio, siempre resguardando el interés superior del niño", explica la abogado especialista en materias de familia e infancia, Natalí Doctors. Según relata, una vez que se decreta cuarentena total, los niños que tienen un cuidador principal y uno secundario se deben quedar viviendo con la persona que tenga el cuidado principal y mantener contacto con el segundo cuidador a través de medios tecnológicos. "Evidentemente, cuando la cuarentena termine se podrá solicitar la recuperación del tiempo que correspondía a las visitas a través del correspondiente", agrega.
En los casos donde existe un acuerdo de tuición compartida, la situación se complejiza, pues se debe decidir con qué padre pasarán la cuarentena total. "Hasta el momento, la situación se ha prestado para algunas manipulaciones, como suspender visitas derechamente sin permitir si quiera llamadas telefónicas", cuenta la abogada en base a su experiencia con clientes que están pasando por esta situación. Y agrega: "En este momento los tribunales están atendiendo solo casos urgentes, lo cual dilata los reclamos por cumplimiento y desespera, con razón, a padres y madres que están incomunicados con sus hijos".
La fotógrafa Andrea Robles tomó la decisión de arriesgarse para poder mantener la rutina de tuición compartida que tiene con su ex marido, con quien tiene dos hijos. "En febrero acordamos tener tuición compartida, por lo que están siete días con él y siete días conmigo", explica, agregando que esto se complicó el día jueves por la tarde cuando, estando con el padre, se decretó la cuarentena en la comuna donde ambos viven. "Nunca acordamos quién se iba a quedar con ellos si esto pasaba, porque creo que para ninguno de los dos es opción dejar de estar con los niños más de lo que tenemos acordado, entonces me puse a pensar qué podía hacer", cuenta Andrea.
Tras decretarse el toque de queda, ingresó a la web de Comisaría Virtual buscando un salvoconducto que se aplicara a su situación. "Lo único que encontré fue un permiso de tránsito individual que está dirigido a personas que vienen llegando del extranjero o que se movilizan de la segunda vivienda a la primera", cuenta, pero agrega: "lo saqué igual porque si uno lo piensa bien, mis hijos sí tienen dos viviendas y en este caso estarían retornando a la otra".
Distinta es la situación de la periodista Leonor Rodríguez, quien recientemente se separó del padre de su hijo de dos años y que durante los días de toque de queda habían acordado que él visitaría al niño por unas horas para luego retirarse antes de que dieran las diez de la noche. "En vista de que venía la cuarentena definitiva tuvimos que volver a vivir juntos, aunque en piezas distintas, porque consideramos que no es bueno para nadie que mi hijo esté tanto tiempo lejos de su papá", relata Leonor.
Leonor justifica la decisión de permitir que su ex pareja volviera al departamento no solo desde el bienestar de su hijo, sino que por el bien de todos los involucrados. "También lo hago por mi ex. Aunque no nos llevamos bien, creo que tengo que considerar que fuimos pareja por años y no quiero que sufra por no estar con nuestro hijo, como tampoco quiero sufrir yo por la recarga laboral y emocional que significa estar sola todo el día con él".
Quien sí ha tenido que enfrentar esa recarga es la periodista especializada en salud, Catalina Rojas, quien está separada hace varios meses y vive sola con su hija Amelia, de un año y medio. Su caso es especial, pues su ex pareja es médico y actualmente dirige un consultorio, por lo que sus probabilidades de contagio son más altas, así que es ella quien se quedará a cargo de la menor mientras dure la crisis sanitaria.
"Trabajar con la hija en la casa es cuestionar las prioridades", relata Catalina. "A veces siento que no puedo atenderla como me gustaría porque tengo que dejarla de lado para responder laboralmente". La solución que encontró fue adelantar sus vacaciones unos días, porque se dio cuenta de que psicológicamente ambas podían salir dañadas de esta situación de encierro forzoso.
Para mantener la cordura, Catalina se aferra a los espacios posteriores al cierre del computador: "Mi hija termina siendo mi vía de escape, pero inevitablemente siento que una se invisibiliza. En estos días siento que no existo, ya que hay una anulación del yo para entregarme o a la pega o a la guagua", dice. "Me ha costado bastante, pero encuentro tranquilidad en pensar que es para mejor. Y que pronto pasará".
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