María José Lacámara, psicóloga: “Vivimos en un mundo exigente, en el que necesitamos de valentía para sentirnos suficientes”




“Siempre he sido “rara”. Desde chica tuve problemas para hacer amigas porque me costaba mucho mostrarme tal y como era. No me unía al grupo en los recreos, esperaba a que me invitaran los viernes y eso nunca pasaba. Me sentía distinta, no encajaba en el modelo de la clásica mina bonita, entretenida, a la que todos miran. Busqué ser parte de muchas maneras pero nunca era suficiente, nunca resultó. Finalmente, me transformé en alguien a quien no le gustaba hablar ni salir el fin de semana. Soy una persona tranquila, que no necesita de nadie para ser feliz y hoy puedo decir que me asumí, pero la entrada a la Universidad me está costando porque siento que todo vuelve a repetirse. Prefiero no hablar y simplemente dedicarme a estudiar. Me pregunto si finalmente soy así o me armé así para no exponerme al rechazo. Al final, mi miedo siempre ha sido no pertenecer”. Con este testimonio de una paciente de 19 años, la psicóloga María José Lacámara comienza su reciente libro Soy Suficiente, de editorial Planeta y que está disponible en todas las librerías del país.

En esta entrevista cuenta que la idea del libro –al igual que el primero, Más conectados– aparece cuando ve que tiene a muchas pacientes planteándose los mismos miedos y problemas. “Si bien todos son distintos porque se desprenden de la historia personal y de la unicidad de cada paciente, empiezo a ver un fondo común, una “humanidad compartida”. Existe un sufrimiento que acarreamos todas de alguna u otra manera. Vivimos en un mundo exigente, que nos quiere mostrar que si cumples con ciertos estereotipos, roles o expectativas, vas a ser feliz, aceptada, querida o incluida. Y entonces vivimos mirando lo que nos falta para llegar a eso; a esa especie de “perfección tóxica” que nos enferma. Una idea de perfección que no solo no nos hace sentir suficientes, sino que nos hace quedarnos en una zona de “comodidad”, llena de miedos y de pensamientos críticos o invalidantes como el ‘no puedo’, ‘otra lo hará mejor’, ‘no sirvo para eso’ o ‘no soy suficiente’”, cuenta.

¿A qué te refieres con perfección tóxica?

Es toxica porque buscar la perfección extrema te enferma: te dan trastornos alimentarios, depresión o trastornos de ansiedad, entre otras cosas. También te aísla de las otras personas y te hace solo mirar tu ombligo, en vez de invertir esa misma energía en conectar y nutrir tus relaciones y tu mundo. Tiene que ver con esos círculos viciosos que sin darnos cuenta alimentamos y que terminan perpetuando la idea en nuestras cabezas de que falta algo para ser “perfectas”, sin darnos cuenta de que ya lo somos en nuestra imperfección y humanidad. La realidad es que no tendríamos que dudar de lo que somos, ni compararnos con otras para saber cuánto valemos. Tampoco deberíamos pensarlo demasiado, tendría que ser un sentimiento propio y genuino de sentirnos suficientes, capaces e incondicionalmente queribles.

¿Crees que muchas mujeres no se sienten suficientes?

El título del libro lo elegí porque hace un tiempo publiqué un post en mi cuenta de Instagram que decía “soy suficiente”, y nunca antes había tenido tantas interacciones orgánicamente. Creo que el título dice más que mil palabras, porque implica aceptación y quererse tal y como uno es, con sus luces y sombras, con tus miedos, tu vulnerabilidad y también con todo lo que te hace relucir. Pero no basta solo con decirnos que somos suficientes. Necesitamos entender qué hacemos y qué alimenta esa sensación para poder tomar la fuerza y la valentía de cambiarlo.

LA VALENTÍA COMO UNA FORMA DE ROMPER EL CÍRCULO

“Que te quede claro: Valiente no es el que no tiene miedo, sino quien lo enfrenta así le tiemble hasta el alma”. Esta cita del reconocido doctor en psicología argentino, Walter Riso, ocupa María José para hablar de la valentía como una herramienta para romper ese círculo vicioso a través de la acción. “Dejar de evitar para enfrentar puede ser muchas veces la respuesta”, dice. Agrega que el trabajo está puesto en intentar crear y criar mujeres valientes. “Hay un libro que dice “Brave is the new pretty” (Valiente es la nueva bonita), y es que por muchos años nos enseñaron que lo bonito estaba en nuestros cuerpos o roles rígidos, pero hoy queremos enseñarles a las nuevas generaciones que pueden ser quienes ellas quieran, y que esa belleza, es finalmente lo que irradian. La valentía de ser tú misma se termina irradiando, y la mujer que se atreve a romper esos patrones o estereotipos termina siendo tan libre y tanto más bella”.

¿Qué es ser valiente?

Ser valiente es ir por eso que te asusta, no mañana ni cuando estés lista, si no hoy, porque ser valiente implica hacer las cosas con miedo. Para salir de tu zona de confort necesitas cruzar por la zona del miedo y llegar a esa zona del aprendizaje. Sin miedo no hay juego. Muchas veces no nos atrevemos porque no estamos preparadas, o no es el minuto o pensamos que todo saldrá mal, entonces mejor lo dejamos para más adelante. El tema es que ese miedo que nos detiene, nos hace quedarnos en esa zona de comodidad que, paradójicamente, termina siendo tan incómoda y llena de inseguridades, que nos deja limitadas a nuestra mínima expresión. Ser valiente entonces implica asumir que tendré que sentirme incómoda para luego sentirme cómoda, segura y finalmente suficiente.

Suena fácil, pero...

La realidad es que no hay otra receta que no sea atreverse y serlo. Quizás la única es que hay que dejar de pensar que atreverse es hacerlo sin miedo o preparada, sino que atreverse y ser valiente es siempre con miedo; y aunque haya preparación, siempre está la posibilidad de error o equivocación. Debemos redefinir en nuestras cabezas que atreverse y equivocarse es una tremenda oportunidad de aprendizaje. Es más, no solo es una oportunidad de aprendizaje, sino la única manera de aprender y crecer.

¿Se puede trabajar la valentía?

Soy de las que piensa que todo es trabajable y que siempre existe la posibilidad de cambio. Lo importante es identificar qué es lo que te ayuda al cambio, qué es lo que quieres cambiar y qué podría frenarte al cambio. Y de eso se trata Soy suficiente, de mirarte en lo que eres, en lo que quieres ser y aceptarte en lo que no eres, que también tiene valor. El libro es una invitación a mirarte y cuestionarte, para después, ojalá, poder llegar a la aceptación y florecer. Es lo que trabajo con muchas pacientes puesto en papel y con muchos testimonios de ellas mismas contados en primera persona.

Por último ¿es malo no ser valiente?

Parto de la base del no juicio y de dar por sentado que no existen absolutos, puede ser que no estés siendo valiente y en eso hay que tratarse compasivamente también. Existen tiempos, momentos y procesos, y esos también hay que respetarlos. Hay etapas de valentía, movimiento y cambio, así como hay etapas de tranquilidad, introspección y reflexión. No es ser o no ser, es ver si estás siendo lo que quieres ser y sino, mirar que te está llevando por ese camino. Cada uno tiene en sus manos la posibilidad de elegir cómo enfrentar la vida. Porque como dijo el neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco Viktor Frankl, voktor krankl, “Al hombre (y la mujer) se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”.

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