Esta semana Mercurio sale de su sombra retrógrada y estamos llamadas a conectar con consignas que realmente nos importan. Por eso el Oráculo ha elegido a una particular mujer que pasó toda su vida inquietando y cuestionando el poder. La actriz, escritora, periodista y activista Mónica Echeverría, quien desde chica creó alborotos a su alrededor. Siendo alumna del Sagrado Corazón de Jesús expuso la ropa interior de las monjas para mostrar que eran tan mujeres como ellas y durante la dictadura realizó arriesgadas performances en contra de Pinochet y el sistema de justicia para desequilibrar el poder asimétrico.

Su vida fue un canto a la creatividad, a la particularidad y a la celebración de lo femenino. Feminista radical, en sus últimos años hizo un llamado a los hombres a aprender de las mujeres. "Lo realmente poderoso es mostrarnos vulnerables a los demás", dijo.

Como creativa, fue una bomba: formó la compañía de Teatro Ictus y fue una de las fundadoras del el Centro Cultural Estación Mapocho. Mientras estuvo en el exilio, les hizo clases de español y feminismo a profesores de la Universidad de Cambridge y nunca tuvo miedo de hablar de política o sexo públicamente, dos temas que solían ser tabús para las mujeres de su generación. Era inteligente, coqueta, divertida y delicada.

El Oráculo nos pide que, como ella, seamos luchadoras hasta nuestros últimos días. Es que cuando Mónica murió, a principios de este año, pidió ser enterrada con un parche en el ojo, como homenaje a las víctimas oculares del estallido social en Chile. Hermosa y vulnerable hasta la muerte.

Lleva: un diario. Mónica jamás dejó de escribir sobre personas que le interesaban y sobre sí misma.

Déjate: un mechón blanco en el pelo como ella, en señal de resistencia.

Resiste: con creatividad. En los restrictivos tiempos de la dictadura, ella se unió a otras mujeres para expresar su rabia con ingeniosas performances.

Número de la suerte: 99, los años que tenía cuando murió y los años que dio la lucha.