Volverse solar

Hace dos años instalar paneles solares para abastecer una casa costaba 4 millones de pesos; hoy cuesta menos de la mitad y permite un ahorro de 250 mil pesos anuales en la cuenta eléctrica de una casa promedio. Si el sol no tiene dueño y Chile es uno de los países con mejor radiación solar en el mundo, ¿por qué no estamos llenos de paneles solares?




Paula 1107. Sábado 27 de octubre 2012.

A 27 kilómetros de La Serena, en septiembre pasado, los 19 niños de la escuelita del pueblo El Romeral escucharon por primera vez la canción La Consentida.

El sol caía seco sobre el lugar de no más de 12 casas, pero los niños, de entre 7 y 12 años, estaban felices. Por primera vez preparaban un baile para el 18 de Septiembre. Y ese acto sencillo borraba de un plumazo lo que había sido hasta entonces esa escuela: una casa de madera sin electricidad, con una sala pequeña donde la única profesora y directora imparte los seis niveles, armada de tres pizarrones que divide por la mitad con un plumón cada mañana. Cada niño debe mirar su parte concentradamente

para seguir adelante.

Todo era aún más crudo sin luz. "Tenemos un solo computador que cargábamos con un generador a bencina que teníamos que cuidar mucho, porque no duraba todo el día. Los niños se turnaban una vez al mes para usar el computador", cuenta Margarita Marín, la profesora que hace 28 años viaja desde La Serena para hacerles clase.

A comienzos de septiembre, se instalaron en la escuela –gracias a la gestión de GDF Suez y Desafío Levantemos Chile– 14 paneles solares que sirven para alimentar con energía el recinto, la que hoy se almacena en 24 baterías y ha provocado esta tremenda diferencia en la calidad de vida de la profesora y sus alumnos.

"Ahora, encender una ampolleta es un milagro", cuenta Margarita, resumiendo los beneficios que puede traer implementar la energía solar en lugares apartados que carecían de luz eléctrica. Sebastián Leyton (11) estudiante de quinto básico en El Romeral, agrega: "Es más fácil tener el computador encendido, las luces de la sala y escuchar música, ya que los paneles solares se cargan con los rayos del sol y no contaminan. Antes usábamos un generador que metía bulla, se echaba a perder, botaba humo y, si no había bencina, no podíamos usar nada".

El sol puertas adentro

Si pudiéramos tomar una foto sobre la situación energética de Chile, esto veríamos en el revelado: la matriz eléctrica chilena está dominada por combustibles fósiles sucios y no renovables. Los grandes sistemas de distribución eléctrica: el Sistema Interconectado Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado Central (SINC), están compuestos, en su gran mayoría, por generación termoeléctrica: es decir, gas natural, pero también diésel y carbón. Chile aparece en el mapa como una mancha gris

que genera CO2 y gases de efecto invernadero debido a la carbonización de su matriz.

Es por esto que tanto expertos nacionales como internacionales apuntan a que el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) son el único camino. Chile posee en el norte del país una de las mejores radiaciones del mundo para el desarrollo de energía solar, que significa –en palabras simples– convertir la luz del sol en electricidad o calor.

"No hay ningún motivo para que en 2040, el 100% de la energía eléctrica no sea en base a renovables. Es totalmente alcanzable. Y de eso 30% podría ser solar", dice Roberto Román, académico de la Universidad de Chile y vicepresidente de International Solar Energy Society.

La manera de implementar esta energía en las casas es vía colectores solares, que calientan el agua. Y también por medio de paneles fotovoltaicos que se instalan en los techos, que son los que ayudan a transformar esta energía en electricidad. Hasta el momento hay dos formas tradicionales de usar energía solar a través de paneles: una de ellas es almacenarla en baterías, opción que es utilizada en sectores rurales y que ha perdido popularidad porque es costosa, menos efectiva y cuenta con detractores que se quejan de la contaminación que generarían las baterías. La otra, es conectarse en algún punto de la red eléctrica, la opción más común.

El periodista Matías del Río instaló en su casa colectores solares para calentar el agua. "En el verano a veces la cuenta del gas nos sale 5 lucas. Pero no es solo un tema de ahorro. También sirve para enseñarles a los niños qué significan las energías limpias y generar en ellos una conciencia ecológica", dice.

En marzo de este año se promulgó la Ley 20.571 de Net Metering, que regula el pago de las tarifas eléctricas de generadores residenciales. Esto significa que quienes generan su propia energía y la inyectan al sistema de distribución, la diferencia se les descuenta de la boleta de consumo. Y si generan más de lo que consumen, las empresas eléctricas deberían, incluso, pagarles. Actualmente, el Ejecutivo está trabajando en el reglamento de esta normativa y en la norma técnica, para lograr su

operatividad plena. "Actualmente nada prohíbe conectar inyección fotovoltaica a la red eléctrica. Solo hay que cumplir con las reglamentaciones vigentes de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) en cuanto a instalaciones anteriores eléctricas. Todas las instalaciones eléctricas o modificaciones deben ser declaradas a la SEC. Dado que aún no está en vigencia la ley de generación distribuida, nadie aún puede recibir los excedentes de su generación de energía", explican en la Asociación Chilena de Energía Solar.

El periodista Matías del Río invirtió en colectores solares hace cinco años. Instaló el sistema en su casa de Vitacura, donde vive con sus cinco hijos y su esposa. "Hay meses en el verano que la cuenta del gas nos sale 5 lucas", dice disparando con la principal ventaja, pero sin olvidar la que para él es la consecuencia más importante de haber optado por la energía solar: "Sirve para enseñarles a los niños qué significan las energías limpias, las diferencias entre las energías renovables y los combustibles fósiles y generar en ellos una conciencia ecológica. Esa inversión que se devuelve y va más allá de lo económico".

Hace cuatro años, Gonzalo Santos –dueño de la tienda de productos orgánicos La Chakra– dejó la tranquila vida frente al mar en Puertecillo, en la Sexta Región. Junto a su esposa, Sofía Rillón, y sus hijos, León (9) y Paloma (11), se instalaron en una casa de adobe en la Comunidad Ecológica de Peñalolén.

Cerca de la montaña, con el cielo de techo, solo había una cosa que les incomodaba: a veces la electricidad fallaba y sentían que el servicio podía colapsar. "La luz es compartida por todas las parcelas, por eso fallaba. Encontramos que la mejor forma de solucionarlo era tener luz de forma independiente". Así que se abrieron a la posibilidad de instalar en el techo de su casa, seis paneles fotovoltaicos de 200 MW y un termocalefactor solar de 300 litros que se conecta a la red de agua caliente de la casa.

A un año de la instalación, la cuenta de luz de la familia Santos luce así: "Los fotovoltaicos nos ayudan a ahorrar 20 mil pesos mensuales en electricidad. Es un retorno lento, ahorras 300 lucas al año y nos costaron dos millones. Recuperas la inversión en 6 o 7 años, pero tiene una vida útil de sobre 20 años, ya que no tienen mucho desgaste", cuenta Gonzalo.

El colector que calienta el agua ha entregado más sorpresas: "Ese nos costó 800 mil pesos y la cuenta se redujo en 80 por ciento. Nos ha convenido mucho porque se paga en un año y tiene una vida útil de 10 años".

Desde el patio trasero de la casa, Gonzalo apunta hacia el techo de la casa: allí se encuentran los paneles. "Preferí la energía solar porque es gratis y está disponible. La energía se va a poner mucho más escasa y cara, por eso no solo nosotros sino que municipios y gobiernos han elegido poner luminarias en calles de Europa y otros países para aprovechar el sol".

Tanto se entusiasmaron con el sistema, que después de la instalación decidieron vender tanto paneles como colectores solares en La Chakra.

El incentivo

En los últimos años el interés y la demanda de la energía solar ha vivido un auge en Chile. En 2008, a través del Ministerio de Hacienda, se aprobó un reglamento que implementa una franquicia tributaria dirigida a inmobiliarias y constructoras que instalen sistemas solares térmicos para calentar agua en

sus proyectos de viviendas con valores menores a UF 4.500. "Esta franquicia ha tenido un gran impacto en el desarrollo de la energía solar térmica. Hasta antes de su lanzamiento, en Chile se habían instalado 10 mil m² de estos sistemas, mientras que en solo dos años que lleva la ley, se han completado 9.600 m²", dice Verónica Munita, gerente de la Asociación Chilena de Energía Solar (Acesol), organización que agrupa a 40 empresas que trabajan en energía solar. Según Acesol y el Servicio Nacional de Aduanas, el número de paneles solares térmicos importados en el país en 2009 era de 8.733; una cifra que creció a 23.762 entre enero y junio de 2012.

"No hay ningún motivo para que en 2040, el 100% de la energía eléctrica no sea en base a renovables. De eso, 30% podría ser solar", dice Roberto Román, académico de la Universidad de Chile y Vicepresidente de International Solar Energy Society.

Ximena Orellana es secretaria y hace más de un año vive en una casa de La Farfana, en Maipú, por la que pagó 2.320 UF. Antes vivía en un departamento con gas de ciudad. Su casa nueva ya venía con colectores solares instalados que calientan el agua. "Cuando vivía en el departamento pagaba como $ 25.000 al mes en gas. Ahora, compro un balón de 45 kilos que vale $ 47.000, pero me dura siete meses", cuenta. La experiencia de Ximena es uno de los ejemplos del proceso de crecimiento que ha tenido la energía solar en el país, que cada vez suma más adeptos.

"Si hasta hace poco solo algunas residencias contaban con estos paneles, son cada vez más los proyectos macro que se someten a evaluación medioambiental para inyectar energía al sistema", agrega Munita refiriéndose a proyectos de gran escala. Por ejemplo, en junio, Codelco inauguró una planta fotovoltaica en el corazón del desierto de Atacama que permitirá inyectar 1 megawatt de potencia a las zonas industriales de la División Chuquicamata. Otro proyecto grande es el de la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, que construirá dos plantas solares fotovoltaicas con una potencia total de 25 MW en la Primera Región.

Este dato no es menor, sobre todo tomando en cuenta que los chilenos ocupan solo 18% de energía que se usa en el país. "De toda la energía eléctrica que se consume, aproximadamente 40% debe ser de la minería", apunta Román. Según el último reporte de CER, Centro de Energías Renovables, un comité dependiente de la Corfo, durante el primer semestre de 2012 ingresaron a evaluación ambiental 3.874 MW de ERNC, lo que significa un incremento de 264% con respecto al mismo periodo del año pasado. El aumento más significativo se produjo en los proyectos solares: se presentaron 21 entre enero y junio. El año pasado solo fueron dos.

Preguntas clave

¿Cuánto se ahorra con energía solar?

En una casa común y corriente, el valor de un panel fotovoltaico instalado de 1 kwp (kilowatts en hora peak), permite ahorrar entre $ 180.000 y $ 250.000 anuales en electricidad. En el caso de los paneles térmicos, este ahorro aumenta y puede alcanzar 80% de su cuenta habitual con una inversión que se aproxima al millón de pesos.

¿Cuánto cuestan los paneles?

Un panel fotovoltaico instalado cuesta entre $ 1,5 y 2,5 millones. Se recupera la inversión entre 6 y 10 años, pero duran alrededor de 25 años. Un sistema de agua caliente sanitaria instalado cuesta de $ 600.000 a 1 millón de pesos y se amortiza en unos 3 años.

¿Qué tipo de subsidios existen para comprar paneles?

La Ley 20.365 establece una franquicia tributaria por la instalación de sistemas solares térmicos. El monto del subsidio es 100% de la inversión para viviendas menores a 2.000 UF, 40% para viviendas entre 2.000 y 3.000 UF y 20% para viviendas entre 3.000 y 4.500 UF. Los que perciben el beneficio son las empresas constructoras que lo podrán descontar contra su pago provisional obligatorio del Impuesto a la Renta. Además, el Ministerio de Vivienda cuenta con subsidios para la incorporación de nuevas tecnologías que utilicen energías renovables en la construcción. En ese marco se puede postular para implementar proyectos de colectores solares, e iluminación solar. El subsidio máximo es de 50 a 65 UF y los postulantes deben aportar un ahorro mínimo de 3 UF. Está dirigido a familias en vulnerabilidad social, dueñas de una vivienda social o cuyo valor de tasación no supere las 650 UF.

¿Se pueden instalar paneles en departamentos?

"Existen paneles térmicos para instalar en terrazas de manera vertical. Aún no llegan a Chile y no sirven en todos los casos. Depende de la orientacion del departamento y su latitud" explica el profesor Román, señalando que instalar paneles fotovoltaicos en departamentos es más sencillo. Pero hay que estudiar cada caso. Pero ya existen en pleno Santiago. Werner Keller, gerente de servicios de una empresa, armó una pequeña central de 100 watts en el balcón poniente de su departamento ubicado en un noveno piso en Ñuñoa. "Utilizo la energía almacenada en baterías de gel para mis equipos de comunicaciones de emergencia", cuenta, ya que es radioaficionado activo. También la usa para iluminar 3 escritorios de trabajo y cargar celulares.

¿Dónde se pueden comprar estos sistemas?

Hay diversas tiendas y direcciones en la web. Algunas de ellas están en www.acesol.cl y www.acera.cl.

*En este cuestionario participaron la Asociación Chilena de Energía Solar

(Acesol), la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), los Ministerios

de Energía y Vivienda, además del experto de la U. de Chile y vicepresidente

de International Solar Energy Society, Roberto Román

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