¿Sirve la Inteligencia Artificial en el mundo de las inversiones?

"Predecir los movimientos del mercado requiere considerar cambios estructurales y procesar información que va más allá de los datos con los que la IA fue entrenada", afirma en la siguiente columna el CEO de Betterplan, José Tomás Valente.


¿Puede la Inteligencia Artificial (IA) ayudar a elegir acciones que le ganen al mercado? Seguramente la mayoría de la gente piensa que sí. Aplicaciones en base a inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, han demostrado ser herramientas útiles para muchas profesiones y la mayoría se ha deleitado pidiéndole cosas tan extravagantes como que le escriba una poesía a la abuela usando el estilo de Pablo Neruda.

El problema es que en el caso de las inversiones, ChatGPT compite contra un modelo de procesamiento de información que es mejor aún. Este modelo es “el mercado”, antiguo y poco novedoso, pero una máquina impresionante que selecciona, agrega y procesa continuamente la mejor información disponible para cada uno de los instrumentos transados.

Nunca hay que olvidar que cada transacción que ocurre en esta máquina espectacular de procesamiento de información llamada mercado requiere de dos partes, vendedores y compradores, que se equilibran entre sí, y cada una de ellas cree que está llegando a un buen acuerdo al intercambiar sus acciones o bonos al precio acordado.

Más aún, estos millones de compradores y vendedores que interactúan en el mercado utilizan la mejor información disponible, tanto pública -que probablemente esté digitalizada-, como otras fuentes privadas. Todo con el objetivo de, ojalá, sacar una ventaja.

La inteligencia artificial generativa en la cual se basa ChatGPT es “entrenada” con información histórica que ciertamente puede ser útil para obtener patrones y predecir cuál sería la siguiente palabra que escribiría un humano en cierta oración. Sin embargo, predecir los movimientos del mercado requiere considerar cambios estructurales y procesar información que va más allá de los datos con los que la IA fue entrenada.

Esta reflexión no es una crítica a esta nueva tecnología, la cual es realmente sorprendente. Por el contrario, su conclusión es bastante positiva: en vez de esperar que alguna empresa disponibilice una IA para ganarle al mercado y hacerse millonario rápido (si fuera cierto, ¿para qué la compartirían?), es necesario recordar que ya hay acceso fácil y a bajo costo -a través de fondos e ETF que siguen el mercado- a invertir en el mejor modelo de determinación de precio de la historia, es decir “el mercado”.

Un modelo al cual ha sido difícil de ganarle antes y después de la invención de los computadores, antes y después de internet; y que seguirá siendo difícil de batir también después de ChatGPT.

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