
La crujidera en el comando Matthei
El avance sistemático del republicano José Antonio Kast en las encuestas ha enfrascado al equipo de la exalcaldesa en críticas cruzadas y en presiones para un nuevo ajuste de piezas en una carrera contra el tiempo, pues la decisión es partir con toda la infantería, la última etapa de esta presidencial, que se abre inmediatamente después de las primarias del oficialismo.
El domingo 15 comenzó la crujidera en una de las casonas de Enrique Foster, sede del comando de Evelyn Matthei.
Pese a la veda de las encuestas, durante la tarde empezaron a llegar a los distintos WhatsApp los resultados de una medición confidencial que constataba que José Antonio Kast había superado -por sobre el margen de error- a la exalcaldesa. Un temor que venía rondando desde el 18 de mayo, cuando el abanderado republicano logró empatarla. Y que se sumó a otro menos confesado: que la exedil no logre superar la valla de la primera vuelta.
Esto, junto a versiones -en el marco de las fake news- de que si Matthei continúa sin poder recuperar el primer lugar, que mantuvo en solitario por más de un año y medio, incluso se estarían considerando por lo menos dos nombres de empresarios para su reemplazo. Entre ellos, se nombra al expresidente de la CPC Juan Sutil, quien descartó tajantemente a La Tercera esa posibilidad.
“Yo no estoy disponible para ninguna candidatura de ninguna especie. Esto es una mera especulación, incluso, malintencionada”, sostuvo. Y añadió que nadie lo ha sondeado y que “alguien echó a correr un rumor para hacerle daño a Evelyn Matthei, a quien yo apoyo”.
En Chile Vamos hay quienes no descartan que así como se logró afectar en las encuestas la opción de Johannes Kaiser, abanderado de Nacional Libertarios, vía bots y la difusión de rumores a través de redes sociales, hoy Matthei se haya convertido en un blanco.
De ahí que el análisis en la reunión telemática de los voceros del domingo fuera especialmente agudo. Partiendo por tener una postura más dura frente a Kast. Algunos plantearon salir al paso del republicano sin diplomacias, porque -como lo graficó un parlamentario- “no es lo mismo la Coca Cola que la Pepsi Cola”. Y sacarlo al pizarrón en temas valóricos y de gobernabilidad. Otros, en cambio, sostuvieron que no hay que perder el foco y que el rival está al frente, en el oficialismo.
“El endurecimiento de posiciones o no frente a Kast es una visión que se da en una coalición como la nuestra. Pero eso no quiere decir que Kast vaya a ser nuestro foco. Nuestro objetivo, como centroderecha, es conquistar el voto de centro y de los independientes. Y las encuestas, si bien nos preocupan, son solo una foto del momento”, enfatiza la diputada RN Ximena Ossandón.
Esta última fue la postura que al final se impuso.
Pero en el bloque hay intranquilidad. Advierten falta de tonelaje político en una de las piezas claves de la campaña, el generalísimo Diego Paulsen, a quien se le cuestiona -en voz baja- por no tener experiencia en este tipo de lides. De ahí que el exsubsecretario Rodrigo Ubilla se haya sumado a ese equipo para colaborar con su estratégica visión, sin dejar de asesorar a Matthei.
La crítica más profunda es la falta de tracción en el discurso de la exalcaldesa, que no ha logrado permear a nivel ciudadano. Y, peor aún, que aparece deslavado frente a las drásticas propuestas programáticas de los republicanos, especialmente en seguridad.
No convence, asimismo, la estructura de 11 vocerías, que debutó en abril, para descomprimir la sobreexposición mediática de la exministra.
Sostienen que el modelo -conformado por los alcaldes Mario Desbordes, Jaime Bellolio, Sebastián Sichel, Felipe Alessandri y Carol Bown; los diputados Diego Schalper, Jorge Alessandri y Francisco Undurraga; las senadoras Luz Ebensperger y Paulina Núñez, y la exseremi Francesca Parodi-, que fue ideado por Paulsen y aprobado por los presidentes de los partidos, no ha dado los resultados previstos. Y que un síntoma de que el asunto no iba a funcionar fueron los traspiés que registró desde sus inicios.
No solo por las declaraciones de la senadora RN Paulina Núñez, quien por plantear que estaban “trabajando para llegar a un Socialismo Democrático que se sentía huérfano”, hasta le pidieron públicamente su salida, sino que porque se estima que algunos no han logrado amplificar el mensaje. Y que incluso los alcaldes casi se han restado de ese rol, aunque desde el comando los defienden señalando que desde un principio quedó claro que no podían participar en actividades dentro de su horario laboral.
Y aunque se admite que el expresidente de la Cámara de Diputados ha puesto orden a nivel de los partidos y parlamentarios y tiene buena sintonía con Matthei, hacen ver que su discurso es tibio. Y que así quedó demostrado en Tolerancia Cero, del 9 de junio, en que para muchos no marcó diferencias sustantivas con republicanos.
Todos problemas que a cinco meses de la primera vuelta observan con extrema preocupación, pues sostienen que la avalancha electoral se les viene encima y que mientras más se acerque el 19 de noviembre, más difícil será recuperar el sitial.
El difícil momento de Matthei
El último mes no ha sido fácil para Matthei. Menos la última semana. El lunes -a pesar de estar aquejada de una fuerte gripe- participó en el comité político, en el que se analizó en forma minuciosa el complejo momento por el que atraviesa la campaña y los escenarios que abren las primarias oficialistas.
Matthei se mostró tranquila. “Más que preocupación, hay ocupación”, dice un cercano. Otros sostienen que es evidente que las cifras la impactan y que se le nota en su rostro, pero que eso la enfoca más.
Su última instrucción -antes de irse a su casa por recomendación médica, que la mantuvo en reposo toda la semana- fue que el diseño sigue a firme; que el adversario es el oficialismo y que el foco va a estar puesto en las propuestas, en las giras a regiones y en activar las dirigencias y bases de Chile Vamos.
Su estado de salud la dejó fuera de una serie de compromisos, el más importante, el debate presidencial del jueves pasado de Enela en La Araucanía, zona clave en el tema de seguridad y donde la derecha tiene uno de sus mayores soportes electorales, al que sí asistieron Kast -aunque protagonizó un tenso momento cuando le cortaron el micrófono- y Johannes Kaiser, de Nacional Libertarios.
En su ausencia se comunicó la primera baja en su comando. Carla Munizaga -histórica asesora del expresidente Sebastián Piñera y que se había integrado a la campaña de la exedil en marzo- dejó la jefatura de comunicaciones por motivos personales.
Pero esa área ya había tenido ajustes. El 9 de junio -cuando Matthei había perdido el liderazgo en los sondeos-, el periodista Cristián Torres -quien forma parte de su círculo de hierro- dejó su rol como jefe de gabinete, cargo que fue asumido por Carol Vargas, exadministradora de la exedil en la comuna de Providencia, y volvió a comunicaciones junto a Munizaga.
El movimiento de piezas -ahora Torres asumió la dirección de Comunicaciones- fue interpretado como el reforzamiento de un área que venía siendo cuestionada por algunos integrantes de Chile Vamos por la falta de eficacia y de estrategia en los mensajes y por no prevenir temáticas complejas.
En ese equipo figuran -además de los periodistas de avanzada y terreno- el publicista Patricio del Sante, en el área de marketing, quien empezó a trabajar con agencias que se mantienen en reserva, y Cristina Villagómez en redes sociales, quien se sumó hace unos 10 días a la campaña, para un mayor despliegue digital y de piezas audiovisuales, área que se encontraba rezagada frente a la puesta en escena de los republicanos.
Cambio posprimarias
La apuesta de Chile Vamos es dotar a la campaña de Matthei de un nuevo aire, tras los resultados de la primaria del oficialismo que se celebra el próximo 29 de junio, punto cero de la recta final.
Para Chile Vamos no es indiferente quién gane, aunque los cálculos están abiertos. Si se impone la exministra Jeannette Jara (PC) observan un escenario promisorio para la exalcaldesa, por los anticuerpos que podría generar su militancia comunista en el centro político. Pero también ven ahí opciones para Kast. Y si logra ungirse la exministra del Interior, Carolina Tohá -abanderada PPD, PS, PR y PL-, hay quienes ven una mayor oportunidad para Matthei, ya que si Kast y Tohá se enfrentan en una segunda vuelta, puede producirse una reedición de la presidencial 2021, donde hubo un todos contra JAK, que terminó con Gabriel Boric en La Moneda.
A ello obedece que la decisión de Chile Vamos sea salir a conquistar el centro político y a los independientes que van obligados a votar y que están molestos por la falta de soluciones. Y hacer pesar la experiencia, moderación, capacidad de consensos y gobernabilidad de Matthei, conscientes de que su liderazgo hoy está amenazado por el auge de la derecha más dura.
También apuntan a dejar atrás tropiezos comunicacionales, como el haber hablado de “muertes inevitables” por el Golpe de Estado; por reinstalar la discusión sobre la pena de muerte al decir que “hay casos en que debiera aplicarse”, y el mandar a callar a la vocera de gobierno (S), Aisén Etcheverry. Un episodio que -de paso, dicen- debilitó a Paulsen, porque la exedil lo interrumpió en público.
La idea mayoritaria en su coalición base es que Matthei se aboque en los meses que restan de campaña a difundir las ventajas de su futuro gobierno y a estrechar su contacto con la ciudadanía, delegando en otros las temáticas de contingencia menor.
Piñerismo versus ‘mattheísmo’
Si bien en las filas de Chile Vamos no existe un mattheísmo, pero sí un piñerismo, por los cientos de colaboradores que reclutó en sus dos gobiernos, hay quienes han planteado la necesidad de que la exalcaldesa empiece a estampar su propia marca.
Uno de ellos es el diputado UDI Juan Manuel Fuenzalida, desde hace años cercano a la exalcaldesa. “No es algo en contra del piñerismo, del que todos fuimos parte y nos sentimos orgullosos, pero cada etapa tiene su gente y su sello, y en esta presidencial, el mattheísmo es el que debe llegar a La Moneda. Y eso lo tenemos que hacer con el despliegue de toda nuestra infantería”, dice.
Lo anterior implica, a su juicio, centralizar las vocerías en la exalcaldesa y en Paulsen, e incorporar a la campaña al centro y a los independientes, porque “todos suman”.
Por lo pronto, Matthei sigue dando nuevos pasos. El jueves lanzó el sitio web “EM26″, que incluye los ocho primeros planes a trabajar en su propuesta de gobierno, en materia de combate al crimen organizado, destrabar la inversión, el crecimiento y la creación de buenos empleos, junto a medidas para frenar la corrupción pública y de políticas en salud, educación y vivienda. Esto, para ganar la batalla de las propuestas ante un rival que -según lo ha demostrado- no está dispuesto a una tregua.
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