Por José Miguel WilsonManouchehri (PS): “El Senado hizo una defensa corporativa impresentable (a Yasna Provoste)”
"Durante toda mi intervención, la senadora lanzó insultos en mi contra y en contra de la diputada Cicardini", comentó el legislador que alegó el lunes pasado en el Senado en favor de la acusación al juez Ulloa. Además, apuntó al senador Espinoza por proferir amenazas y groserías en aquella jornada.

Una denuncia ante el Ministerio Público contra el senador Fidel Espinoza (PS) por amenazas de agresiones realizó este martes el diputado Daniel Manouchehri (PS).
Junto a la amenaza del senador socialista ,quien anunció que se querellaría contra su compañero de partido por tratarlo de corrupto, esta acción emprendida por Manouchehri es otro coletazo de la tensa sesión del lunes del Senado en la que se aprobó la acusación constitucional en contra del juez Antonio Ulloa.
La polémica estalló porque en sus alegatos Manouchehri aludió a las conversaciones de Ulloa con el abogado Luis Hermosilla (hoy privado de libertad por delitos derivados de una red de influencias entre el Poder Judicial y el mundo político) en la que aludía a la senadora Yasna Provoste (DC). Ello provocó una airada respuesta de otros integrantes de la Cámara Alta, entre ellos Espinoza.
“Nosotros no vinimos a caerle bien a las redes de poder. Vinimos a representar a la gente que está cansada de ver cómo se reparten cargos, favores y fallos”, asegura Manouchehri, quien junto a la diputada Daniella Cicardini (PS), son querellantes en el caso Hermosilla e impulsaron este libelo.
“Presentamos esta acusación cuando muchos aseguraban que no nos íbamos a atrever. Y salió adelante pese al intenso lobby que hubo en el Congreso. Este es un triunfo de la democracia y de la valentía de quienes no se rinden frente a las presiones. Y también creo que en esto jugó un rol fundamental la prensa libre. Hay que relevar la importancia de lo que sucedió el día lunes. Chile dio un paso importante para desarmar una red oscura que se movía en torno al caso Hermosilla y a la arista bielorrusa”, señaló.
Yendo a su conflicto con Fidel Espinoza, ¿usted va a buscar algún acercamiento, alguna mediación o bien ofrecer disculpas a un compañero de partido?
El senador Espinoza ha anunciado una querella por injurias, injuriando. Yo tengo la conciencia tranquila. A mí no se me acusa ni de robar plata, ni de recibir favores. Y los ataques que recibimos son porque hemos impulsado denuncias, querellas y acusaciones que han permitido destapar esta red. A nosotros no nos van a amedrentar, ni con las descalificaciones que recibimos en el hemiciclo, ni con acciones judiciales. Durante la tramitación de la acusación, varios senadores reaccionaron con evidente nerviosismo. En la sala, la senadora Yasna Provoste, durante mi intervención, lanzó insultos en mi contra y en contra de la diputada Cicardini, quien, además, la diputada Cicardini, fue increpada por la senadora Loreto Carvajal (PPD), pareja de uno de los mencionados en el caso de la Muñeca Bielorrusa. Y más tarde, el senador Espinoza cruzó todo el hemiciclo para insultarme, encararme y amenazarme con agresión física, además, insultó a la diputada Cicardini y a su familia. De todos estos hechos fueron testigos algunos parlamentarios, incluida la diputada Carolina Tello, que ratificó esto en el punto de prensa.
¿Qué le dijo el senador Espinoza a la diputada Cicardini?
Yo no voy a hacer yo no voy a hacer réplica de los insultos.
¿Eran garabatos?
Eran ofensas.
Y ahí Ud. reacciona con el concepto de “corrupto”, ¿no? ¿Eso fue así?
El senador Espinoza me invita a pelear. Me amenaza, que me va a golpear fuera del hemiciclo. La gente puede ver las imágenes donde yo constantemente le digo que se vaya, que yo no voy a estar para pelear. Yo tengo un nivel de autocontrol para este tipo de situaciones que jamás voy a sobrepasar, pero evidentemente él no tenía ninguna justificación para llegar hasta ese punto, ni siquiera había sido interpelado. Y después, lo que sucede, creo que no viene al caso mencionarlo, porque evidentemente es parte de una situación bastante tensa de insultos y amenazas que estaba recibiendo.
Entiendo que Ud. no va a ofrecer disculpas al senador Espinoza, porque él tampoco le ha ofrecido disculpas a Usted, ¿no?
Yo no tengo ningún problema personal con el senador Espinoza, puedo conversar con él, pero no siento arrepentimiento de nada. Reitero, el senador Espinoza comenzó gritándome desde su pupitre, cruzó todo el hemiciclo para insultarme, encararme, amenazarme con agregación física, insultar a la diputada Cicardini, a su familia. Entonces, evidentemente, son situaciones muy complejas. Yo interpuse una denuncia en contra del senador Espinoza por las amenazas que hizo.
Yendo a la situación de la senadora Provoste, ¿Ud. dice que ella lo empezó a insultar antes de que la aludiera por las comunicaciones entre Ulloa y Hermosilla?
Nosotros, desde el primer minuto que ingresamos a la sala fuimos increpados. Y, durante la tramitación de la acusación, en la sala, la senadora me increpó, durante toda mi intervención, lanzó insultos, en mi contra y en contra de la diputada Cicardini.
Cuando habla de insultos, a qué se refiere. ¿Garabatos?
No voy a entrar en detalles. No corresponde no corresponde darle tribuna a las ofensas que ella lanzó
Le pregunto, porque puede haber críticas políticas que no son necesariamente insultos. Por ejemplo, lo que sí se escuchó del senador Espinoza fue el concepto de “mala leche”, lo que puede entenderse como crítica política.
No, el senador Espinoza lanzó otras groserías, insultos, bastante ordinarios, diría yo.
¿Y los comentarios de la senadora Provoste no eran críticas políticas?
No, eran ofensas. Lo central no son los gritos, sino los antecedentes que salieron a la luz, Y la verdad es que el propio juez Antonio Ulloa, en su defensa, mencionó que había tenido conversaciones informales con la senadora Provoste. Es el juez quien pone sobre la mesa el tema. Y frente a esos antecedentes, mi deber como parlamentario era preguntar. En lugar de victimizarse o hacer show, lo que corresponde es aclarar esos antecedentes ante el país.
Posteriormente los comités del Senado acordaron cortarle el uso de la palabra y denunciarlo a la Comisión de Ética de la Cámara.
La reacción institucional del Senado fue censurar mi intervención y borrar del acta las referencias incómodas. El Senado hizo una defensa corporativa impresentable. Chile tiene derecho a saber si existieron o no redes de influencia entre jueces y parlamentarias. En eso no existe ninguna actitud antiparlamentaria. Y cuando el Senado borra esos hechos del acta, no está defendiendo la dignidad institucional, lo que defiende son los privilegios de una élite que teme ser investigada.
La senadora Provoste le hizo un emplazamiento a investigar lo que ella definió como actos de corrupción en el Municipio de Copiapó. La diputada Cicardini respondió que eso obedecía precisamente a una maniobra de estas redes de favores.
En lugar de aclarar los antecedentes, la senadora Provoste ha optado por descalificar y desviar el foco. Esa es una vieja práctica política. Al hablar de la pareja, es una forma machista de intentar disminuir a una diputada que ha sido clave en esta investigación. La fiscalía de Atacama señaló que no existe ninguna denuncia. Es una información falsa, porque nosotros el 11 de octubre del 2024 realizamos una denuncia en la fiscalía nacional, que abrió una investigación, que es la que terminó con el allanamiento de la oficina de Antonio Ulloa. Hay reportajes que incluyen fotografías de viajes al Caribe entre el juez Ulloa y fiscales muy importantes de Atacama, que hoy día están llevando justamente las investigaciones del Municipio de Copiapó.
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