La trama tras la sorpresiva renuncia de Rodrigo Álvarez al gobierno
Cuando el 29 de febrero el ministro de Energía se sentó en la intendencia de Puerto Aysén para comenzar las negociaciones, las expectativas del movimiento crecieron. Se trataba de un magallánico, ex presidente de la Cámara de Diputados, conocido por su buen trato y capacidad negociadora. Llegaba empoderado y "sin temas vetados", aseguró a su arribo a la región.
Los apenas 20 minutos que duró el encuentro echaron por la borda las expectativas. A pesar de su intención de llegar a buscar consensos, un duro Rodrigo Álvarez planteó las condiciones del gobierno para comenzar con el diálogo: terminar con los bloqueos y la violencia. Eso fue casi lo único que dijo en el encuentro.
"La buena onda de Álvarez le duraba hasta que lo llamaban por teléfono desde La Moneda", confiesa uno de los dirigentes que participó en todas las reuniones con el gobierno.
"Se notaba que se sentía incómodo, que no era su estilo", añade el dirigente, que confiesa que pese a que entendían que Álvarez estaba mandatado, fue esa forma la que terminó por transformarlo en un interlocutor no válido.
Así se lo plantearon al gobierno, "al ministro de Energía le habían quitado el piso, ya no había más que hablar con él", dice otro dirigente.
Sorpresa causó entre los propios movilizados, encabezados por Iván Fuentes, el llamado desde La Moneda. Rodrigo Hinzpeter, en su calidad de vicepresidente de la República, daba un giro a lo anunciado por Álvarez en un comienzo y tras una de las noches más violentas vividas en la región de Aysén, igual convocaba a los líderes a sentarse en la mesa con el gobierno, claro que ahora no habría una silla para el ministro de Energía.
LA DECISIÓN ESTABA TOMADA
Así comenzó a gestarse el malestar de Rodrigo Álvarez. Desde su círculo aseguran que se enteró por la prensa del cambio de estrategia de La Moneda. El ex diputado de la UDI, también se sintió desplazado con algunas de las medidas que finalmente se concretaron en el acuerdo, como la creación de una zona franca, la que el mismo -por instrucciones de La Moneda- había negado al movimiento.
Mientras el ministro Cristián Larroulet anunciaba el acuerdo con los dirigentes la noche del viernes, Álvarez redactaba su renuncia.
Fue a través de un mail que notificó al presidente Sebastián Piñera -quien estaba en Asia- que no seguiría en el gabinete. Las razones: sentía que quedaba sin piso político y su posición de autoridad quedaba menoscabada.
Fue el mandatario quien le pidió que no se apresurara y que conversaran el sábado a su llegada. El ministro Larroulet intentó lo mismo el domingo. Tampoco tuvo éxito.
La Moneda, esperanzada en convencer al ministro, intentó bajarle el perfil a lo que ya se sabía. Por eso el subsecretario Rodrigo Ubilla incluso, a primera hora de ayer, negó la información que circulaba.
A las 8:30 de la mañana el vicepresidente Hinzpeter se comunicó con el presidente Piñera. Ambos ya habían leído la publicación de La Tercera, donde se habían filtrado detalles de los motivos de la renuncia de Álvarez. Ahí el tema se zanjó, "se tiene que ir", le comunicó el mandatario a su jefe de gabinete.
La decisión provocó molestia inmediata en la UDI. Se trata de uno de sus ministros reconocido por sus capacidades, pero también de uno de los hombres cercanos a históricos de la colectividad como Pablo Longueira y Jovino Novoa.
Por eso no extrañó que el ministro de Economía manifestara a su círculo que "estaba dolido".
Mientras, Novoa gestionó un encuentro en la sede de la UDI con el ex ministro, en el que también participaron el diputado Ernesto Silva y el futuro secretario general del partido, José Antonio Kast. De esta cita se restó a última hora la senadora Ena Von Baer quien ya había visitado a Álvarez en su oficina del ministerio.
Son varios los parlamentarios del partido de calle Suecia los que creen que aquí hay una intención de Hinzpeter de "anotarse un triunfo político". Y no sólo destrabando un conflicto que ha causado daño a La Moneda y a él como cabeza del orden público, sino que también porque con el fin del conflicto en Aysén se depreciaba la opción de concretar una acusación constitucional en su contra.
Si hubo o no intensión, es lo que la UDI quieren que aclaren desde La Moneda y para eso las miradas han apuntado directamente al presidente Sebastián Piñera.
A pesar que esa opción parece ser mayoritaria en el partido, la postura no es fácil al pensar que dos de sus hombres en el gabinete sí fueron parte del acuerdo con Aysén: Andrés Chadwick y Claudio Alvarado. Este último también estuvo en las negociaciones en terreno, pero a diferencia de Álvarez, sí estuvo en la foto en La Moneda con los dirigentes del movimiento.
Punto no menor el anterior, ya que la puesta en escena del viernes pasado fue orquestada por Interior y la presencia de Alvarado fue decidida como un reconocimiento a su labor en el sur.
DESTACADOS
"Soy el rostro visible de una línea de acción, que acordamos como gobierno, que ante
la opinión pública fracasó".
"Personalmente, no compartía inicialmente algunas de estas tesis, pero o el peso de sus argumentos fue finalmente convincente".
"Todo ello se modificó en un día. Con esas nuevas condiciones, sin duda, podríamos haber llegado a un acuerdo semanas atrás y evitar tanto dolor en Aysén".
"Me enteré sólo por la prensa de muchos de estos cambios de rumbo. Mi exclusión pudo ser necesaria - de hecho, imprescindible- pero hay formas que se deben necesariamente guardar".
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