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Albemarle versus SII: una disputa de US$ 200 millones

Los balances chilenos de la productora estadounidense de litio describen varias disputas tributarias con el Fisco chileno, algunas de las cuales ya están en tribunales tributarios. El SII sitúa las diferencias en royalty minero, precios de venta de litio a la matriz y hasta el pago por servicios a Albemarle US Inc.

FILE PHOTO: A general view shows the brine pools of Albemarle Chile lithium plant placed on the Atacama salt flat, Chile, May 4, 2023. REUTERS/Ivan Alvarado/File Photo Ivan Alvarado

El grupo estadounidense Albemarle es uno de los dos operadores del litio en el salar de Atacama. Con menos pertenencias mineras de las que trabaja SQM, el otro operador, Albemarle es en realidad el más antiguo, aunque antaño no se llamaba así. La predecesora más antigua de Albemarle Limitada fue la Sociedad Chilena del Litio, que estaba asociada a Foote Minerals, la que tomó el control de la firma local en 1989. En 1998, la alemana Chemetal ingresó a Foote, en 2004 Rockwood Holding compró Chemetal y 2015 Albemarle adquirió Rockwood.

Controlada a través de Albemarle Corporation, que también tiene operaciones de litio en Australia, Albemarle Limitada se inscribió en el registro de la Comisión para el Mercado Financiero en septiembre de 2024 y por primera vez comenzó a publicar ahí los balances de su unidad chilena. Lo hizo con los del ejercicio 2024 y ha estado entregando estados financieros para la primera mitad de 2025.

Según lo reportado por Albemarle Limitada, sus ventas en todo el año 2024 ascendieron a US$ 832 millones, con una baja del 50,3% en relación a los ingresos del año 2023, cuando habían sido justo el doble: US$ 1.677 millones. La baja obedece a la caída internacional del precio del litio, tras dos años récord para la industria, en los ejercicios 2022-2023.

Al primer semestre de 2025, Albemarle sigue en azul. Aunque sus ventas cayeron un 18%, hasta US$ 365 millones, sus costos de venta y sus gastos bajaron, así como el pago de impuesto a la renta, que descendió de US$ 94 millones a US$ 14 millones en relación a la primera mitad de 2024. Con ello, si entre enero y junio de 2024 perdió US$ 1,2 millones, este año ganó US$ 30 millones.

La revisión panorámica de los balances disponibles desde 2020 sí permite sacar otras conclusiones. En cinco años y medio, la empresa registra ventas por US$$ 4.646 millones; ha cancelado a Corfo omisiones por US$ 1.867 millones y reporta ganancias por tan solo US$ 250 millones, menos del 5% de sus ingresos. Su mejor ejercicio fue 2023, en esos tres indicadores.

Pero los estados financieros de Albemarle Limitada revelan otra cosa: millonarias diferencias tributarias con el Servicio de Impuestos Internos (SII). Si hasta 2024 Albemarle arrastró divergencias con Corfo que terminaron en un convenio que forzó a un pago, por parte de la empresa, por US$ 15 millones, sus contingencias tributarias en Chile superan en más de diez veces esa cifra.

Los US$ 202 millones

En sus últimos estados financieros a junio, Albemarle Limitada detalla que al 30 de junio de este año ha provisionado US$ 202 millones, lo que, precisa la compañía, se relaciona con “posiciones tributarias inciertas relativas a la deducibilidad de ciertos gastos para efectos de la determinación de la Renta Imponible Operacional Minera”. No entregó en el último estado financiero más detalles, pero sí lo hizo en los balances anteriores, donde detalló que la empresa ha presentado reclamos tributarios en liquidaciones emitidas por el SII en los años 2021, 2022, 2023 y 2024. Varias de esas liquidaciones se encuentran judicializadas en tres tribunales tributarios distintos.

Las dos últimas liquidaciones del SII son las más voluminosas. En agosto de 2023, el SII reportó liquidaciones con diferencias tributarias por US$ 20 millones por el año tributario 2020: Albemarle reclamó en el Primer Tribunal Tributario y una audiencia de conciliación no tuvo resultados positivos.

La última fue activada por el SII en agosto de 2024, por diferencias de impuestos para el año tributario 2021 por US$ 42 millones. Si las diferencias de opinión se mantienen para los ejercicios siguientes, el SII podría liquidar al menos otros tres ejercicios comerciales, incluyendo los años del boom del litio de 2022 y 2023.

Albemarle no quiso pronunciarse con Pulso por estas diferencias. Sí lo hizo el SII, organismo que no precisó los montos involucrados. En una declaración enviada a Pulso, el SII afirma que Albemarle ha impugnado liquidaciones originadas en fiscalizaciones realizadas por la Dirección de Grandes Contribuyentes destinadas a determinar la base imponible, declaración y pago del impuesto a la primera categoría, tratamiento de los gastos rechazados y el Impuesto Específico a la Actividad Minera (IEAM), todo ello regulado en la Ley sobre Impuesto a la Renta, además de los precios de transferencia en operaciones con partes relacionadas en el extranjero.

En particular, el SII describe cuatro materias donde existen divergencias.

La primera se refiere al tratamiento tributario respecto a la inclusión en la base imponible del Impuesto Específico a la Actividad Minera (IEAM) de las comisiones pagadas a Corfo.

La segunda se relaciona con ese mismo impuesto y coincide con las alegaciones que, en su momento hizo SQM, la que ha perdido sus litigios en la Corte de Apelaciones y debió reconocer una efecto por cerca de US$ 1.000 millones en 2024. Albemarle alega, detalla el SII, que no tiene la condición de explotador minero y que el litio es una sustancia minera no concesible, por lo que no estaría gravada por royalty minero.

Sobre este tema, el SII dice que Albemarle tuvo un “cambio en su actuar” y recuerda que “el contribuyente se allanó a la posición fiscal al desistirse de los reclamos que había presentado inicialmente”. El SII considera a Albemarle explotador minero respecto del litio extraído sobre pertenencias inscritas en 1977, antes de la norma que lo declaró inconcesible en 1979. Pero Albemarle cambió de posición al término de la fiscalización de 2015 y “presentó dos peticiones administrativas solicitando la devolución de impuestos pagados en exceso, por los años tributarios 2013, 2014 y 2015”, dice el SII.

La tercera divergencia se relaciona con la venta de bienes producidos a relacionadas extranjeras. “Lo que se discute es el ajuste de precios de transferencia determinado en las liquidaciones reclamadas”, precisa el organismo. La distinción no solo es relevante para efectos tributarios: al igual que SQM, Albemarle paga a Corfo un canon de arrendamiento por las pertenencias del salar de Atacama que es variable y que depende en gran medida del precio de venta a terceros no relacionados. Y casi toda su producción se destina a la matriz del grupo.

“El 96% de los ingresos por ventas generados por la Sociedad durante el ejercicio 2024 corresponde a ventas realizadas a Albemarle U.S. Inc.”, dicen los estados financieros de diciembre de 2024. En las transacciones relacionadas, la chilena anota venta de productos a Albemarle US Inc., su controlador, por US$ 796 millones en 2024.

La última controversia se relaciona con “la procedencia de la deducción como gasto tributario de las comisiones pagadas por el contribuyente a Albemarle U.S. Inc., por gestiones derivadas de un contrato de agencia de ventas”.

Otra vez, la relación de la sociedad chilena con su matriz podría estar en entredicho. En esa materia, los montos son voluminosos, incluso para ejercicios cuya liquidación el SII no ha revisado. En los balances de 2024, Albemarle Limitada anota pagos desde Chile a la matriz por “servicios” que sumaron US$ 407 millones. El año previo habían sido US$ 258 millones.

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