El BCE supera las expectativas y amplía a 1,35 billones de euros su plan antipandemia para combatir la crisis

BCE vuelve a relajar su política monetaria para enfrentar efectos de segunda ola de contagios en Europa

Extenderá las compras del programa hasta junio de 2021 y reinvertirá la deuda que vaya venciendo hasta al menos finales de 2022.


El BCE ha superado las expectativas que manejaba el mercado para la reunión de hoy y ha anunciado un incremento de su plan extraordinario de compras por la pandemia de 600.000 millones de euros, hasta un total de 1,35 billones de euros.

En el comunicado difundido con posterioridad a la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE ha anunciado además que este programa se extenderá al menos hasta junio de 2021, en lugar de hasta finales de este año como estaba previsto inicialmente, y que la deuda que vaya venciendo será reinvertida hasta finales de 2022, como pronto. Todo un refuerzo con el que el BCE pretende dar la máxima estabilidad al mercado y a los gobiernos de la zona euro durante este año y también el próximo.

El BCE lanza un mensaje meridiano de que va a mantener su apoyo para salir de la crisis con total intensidad. Prolonga en el tiempo la duración de estas compras extraordinarias pero avisa además de que en todo caso, se extenderán el tiempo que sea necesario hasta que haya quedado superada la crisis del coronavirus. Y aclara que se seguirán realizado de manera flexible, de modo que el BCE podrá adquirir más deuda de un país respecto a la que corresponde según su peso en el capital, como ya ha hecho de manera ostensible con Italia, y activos que hasta el momento quedaban fuera de su radar, como los pagarés de empresas o la deuda soberana griega.

A estas compras extraordinarias por hasta 1,35 billones hasta al menos junio de 2021 se añaden los 20.000 millones mensuales del programa previo, junto con la reinversión de los vencimientos, y otros 120.000 millones adicionales hasta fin de año.La institución, que hoy anunciará su revisión de las perspectivas de crecimiento e inflación para la zona euro, no ha tomado hoy decisión alguna sobre la inclusión de activos de deuda high yield en su programa de compras.

El BCE también ha mantenido sin cambios los tipos de interés, en el 0% el tipo de referencia y en el -0,5% la facilidad de depósito y ha insistido en que continuarán al nivel actual o incluso por debajo hasta que las perspectivas de inflación converjan de forma sostenida hacia un punto próximo, aunque inferior, al 2%. Además, avanza que sigue dispuesto a ajustar todos sus instrumentos de política monetaria con el fin de cumplir con ese objetivo de inflación.

La ampliación del programa de compras lanzado a finales de marzo, que el BCE considera su principal arma para combatir la actual crisis desde el frente de la política monetaria, llega a la vista de que el deterioro de la economía de la zona euro va a ser más profundo de lo previsto en principio y después de que la institución ya haya consumido un tercio del plan.

Así, en marzo el BCE anunció un programa extraordinario de compras por 750.000 millones de euros hasta finales de año y a cierre del mes de mayo ya ha realizado adquisiciones por 234.700 millones de euros. Al ritmo de adquisición actual, de una media de alrededor de 30.000 millones de euros semanales, el programa se habría agotado en otoño.

Tal intensidad compradora ha permitido devolver la estabilidad al mercado de capitales y relajar las primas de riesgo de los países más vulnerables ante la pandemia, Italia y España, con elevados niveles de endeudamiento previos y un duro impacto en sus economías por el coronavirus. De hecho, estos dos países han concentrado un tercio de las compras del programa antipandemia del BCE.

La propuesta de un fondo europeo de reconstrucción de la Comisión Europea, por un total de 750.000 millones de euros, también ha contribuido de forma notable a rebajar la tensión para la deuda soberana de la zona euro. La iniciativa aún debe ser debatida en la cumbre europea del 18 de junio y deberá pasar por arduas negociaciones hasta su puesta en marcha, pero es un primer paso decisivo para una respuesta europea conjunta y de medio plazo para la reconstrucción económica y que incluye transferencias directas, sin reembolso, por 500.000 millones de euros.

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