Hacienda anticipa que Chile crecerá menos que el mundo en 2019 y 2020

Larraín Felipe

Cartera se ajustó con las proyecciones del mercado y fijó un alza de 2,6% para este año y de 3,3% para 2020, por debajo de las previsiones de 3,2% y 3,5% que el FMI espera para el mundo. El PIB promedio del gobierno sería de 3,4%.


"Hacienda no ha sido más optimista que lo que han sido otras instituciones y otras proyecciones". La frase, dicha ayer por el titular de la cartera, Felipe Larraín, al exponer el Estado de la Hacienda Pública en la Comisión Mixta de Presupuestos, dio cuenta de la última corrección para la estimación de PIB 2019, que terminó por sincerar el escenario macroeconómico alineándose con las expectativas de mercado.

El jefe de las finanzas públicas detalló que, para 2019, la proyección de PIB se corrige desde el rango de entre 3%-3,5% (centrado en 3,2%) del Informe de Finanzas Públicas de junio, hasta un rango de 2,4%-2,9%, con punto medio un 2,6%.

Se trata del tercer ajuste para el crecimiento doméstico, que partió en 3,8% en octubre de 2018, se ajustó a 3,5% en marzo, luego a 3%-3,5% a mediados de año y finalmente la estimación de ayer, que se acerca a la del Banco Central (2,25%-2,75%), la Encuesta de Expectativas Económicas del BC y el Consensus Forecast (2,5% ambas).

Para 2020 en tanto, el ajuste es desde 3,6% de junio a un rango de entre 3%-3,5% (centrado en 3,3%), también dentro del rango del BC (2,75%-3,75%), pero más optimista que la Encuesta y el propio Consensus, que anticipan un 3,1%.

Con este ajuste, el crecimiento de Chile de 2019 y 2020 se ubicará por debajo del mundo, ya que para esos años el FMI prevé una expansión de 3,2% y 3,5% respectivamente.

Según Larraín, "las proyecciones en la Encuesta de Expectativas han caído en 0,6%, mientras que las del Ministerio de Hacienda en 0,4%", y lo mismo es válido para organismos internacionales como la OCDE y el FMI y el Banco Mundial, que "han sido más optimistas que nosotros", subrayó.

Los ajustes alcanzan también variables relevantes, como el precio del cobre (US$2,75 la libra) y demanda interna (2,8%) que también se corrigen a la baja (ver tabla).

Sobre las causas del menor crecimiento, Larraín mencionó al shock climático del primer trimestre, que golpeó a la minería, así como también al deterioro del escenario externo por la guerra comercial entre China y EEUU, aunque enfatizó que "las perspectivas de diversos agentes muestran un segundo semestre más dinámico, con una mayor expansión en 2020".

De hecho, atribuyó los mejores Imacec de julio (3,2%) y agosto (3,7%) al impacto de la Agenda de Aceleración Económica por US$3.000 millones y el mejor ritmo de ejecución del gasto de capital en ambos meses (16% y 11,2%, respectivamente), en tanto que para el próximo año "la demanda interna será el principal motor del crecimiento", detalló.

Para 2021, la proyección del gobierno es de una expansión de 3,6%. Con esto, en términos comparativos, y faltando 2 años para que termine el gobierno, la segunda administración Piñera promediaría un crecimiento de 3,4%, con lo que no lograría la meta de duplicar el crecimiento de la administración anterior (1,8%).

Sinceramiento

Entre los expertos se valoró el sinceramiento de las cifras para 2019, en tanto que para 2020 las posiciones están un poco más divididas y coincidieron en que dependerá de la materialización de los estímulos monetarios y fiscales y la guerra comercial.

El economista jefe de Banco de Chile, Rodrigo Aravena, si bien calificó las cifras de "realistas", advierte que la economía local seguirá con un crecimiento inferior al tendencial por un tiempo mayor a lo esperado. "Si el país crece 2,5% en 2019 y 3% el próximo año, seguiremos con holguras de capacidad que podrían poner algún grado de presión adicional sobre el empleo, la demanda y por ende en el déficit fiscal", aseveró.

Coincidió el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, quien apuntó que si bien sus propias estimaciones (2,5% para este año y 3,2% para 2020) se sitúan ligeramente por debajo de lo previsto por Hacienda "tanto el crecimiento que se proyecta para este año como para el próximo están en torno a lo que ven analistas".

Respecto de 2020, Marco Correa de BICE consideró la previsión un poco optimista, ya que "estará muy sujeto a cómo continúe el conflicto comercial y su efecto en las expectativas de consumidores e inversionistas". En esa línea, complementó Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, que "si la economía mantuviera el ritmo actual, alcanzaría el 3%, pero para estar por sobre esa estimación la economía tendría que agarrar un ritmo que hoy día no tiene".

En todo caso, el economista jefe de Itaú, Miguel Ricaurte, agregó que el entorno doméstico puede aportar al crecimiento para el próximo año, apuntando a la "estabilización de la actividad, gracias a los efectos de los estímulos monetario y fiscal, adelantamiento del gasto público y foco en inversión para el próximo año, y probablemente el potencial efecto que tendría la reforma tributaria en tramitación", explicó.

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