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Pablo García: “Siempre hay riesgo de populismo fiscal: la austeridad nunca es popular”

En su primera entrevista como presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, el economista apuesta por fortalecer la musculatura institucional del organismo y entra en el análisis de los riesgos de las propuestas de las candidaturas. “Mi preocupación es que haya tentación por hacer iniciativas que hagan difícil continuar con un proceso de consolidación fiscal en un próximo gobierno”, dice el exvicepresidente del BC.

29 Octubre 2025 Entrevista a Pablo Garcia, Presidente de la Comision Nacional de Evaluacion y Productividad. Foto: Andres Perez Andres Perez

Este año fue parte del equipo económico que apoyó a la candidata del Socialismo Democrático, Carolina Tohá y, posteriormente, decidió no acoplarse al grupo de economistas que hoy dan soporte a la carta oficialista, Jeannette Jara. Sin militancia, pero identificado con la centroizquierda más liberal, el exvicepresidente del Banco Central, Pablo García, asume ahora el desafío de liderar la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP).

En su primera entrevista como presidente del organismo, García apunta a la idea de que la CNEP logre una mayor musculatura institucional y avance hacia una suerte de agencia de calidad de las políticas públicas. Sin embargo, también se interna en el debate político y electoral del momento, especialmente en materia fiscal.

¿Cuál es el sello que quiere imprimir en este periodo como presidente de la Comisión?

-Lo que es hoy esta institución es gracias a los liderazgos que han venido desde antes. Lo que uno querría poner como sello, más que alguna medida en particular, es que esta Comisión logre crecientes grados de institucionalización y se avance en la idea de generar una agencia de calidad de las políticas públicas. Siempre discutimos sobre qué hay que hacer para crecer y mi respuesta a eso es que hay que probar muchas cosas. No hay una bala de plata.

¿Considera que mejorar la productividad es el desafío de fondo que tiene la economía chilena en el mediano y largo plazo?

-Un artículo académico antiguo de Robert Lucas (Premio Nobel de Economía) decía que, cuando te fijas en ello, la productividad y el crecimiento son lo único que realmente importa para el progreso de la sociedad en el largo plazo. Hay cuestiones de corto plazo como la estabilización macro, la tasa de interés, entre otros, que de cierta manera en Chile ya tenemos un marco para enfrentarlas. Pero la productividad es mucho más multidimensional, toca muchas más áreas donde hay menos visiones objetivas, claras y técnicas de qué es lo que hay que hacer. La productividad es lo que hace que un país se desarrolle y su sociedad progrese.

¿Cree que ha habido un aprendizaje, especialmente de la coalición gobernante, sobre la importancia del crecimiento para la economía? ¿Cómo ve ese cambio de relato?

-El consenso transversal de que hay que tener una economía que sea capaz de crecer con buenos salarios, creando empleo… Y eso es productividad, eso es crecimiento. Que sea ahora una agenda más transversal de preocupación es clave. Lo relacionado a cuáles son las soluciones que hay que tomar, eso siempre es más debatible…

Y ahí influye mucho la política…

-La política indudablemente influye en términos de alinear prioridades y de tener horizontes a largo plazo.

Hasta ahora todas las candidaturas presidenciales han destacado el tema crecimiento, la productividad y una mayor salud fiscal. ¿Cree que esa preocupación está hoy solo en los “titulares” o de verdad las candidaturas tienen una preocupación profunda por estos temas?

-Las agendas procrecimiento durante mucho tiempo pasaron a un segundo orden. Las iniciativas procrecimiento en Chile fueron múltiples hasta por ahí por el año 2010 y después entramos en una senda más bien de pro redistribución. Pero hay un par de cosas que son destacables y que denotan este eje bien transversal. Lo primero es la promulgación de la reforma al sistema de permisos sectoriales. En la práctica, eso demostró que había un consenso político para resolver algo que se había transformado en un problema. En un problema no por su espíritu, sino por su implementación. Tener este marco general, que mostró que había un consenso transversal que afectó a múltiples sectores de la administración pública y al cual concurrieron muchos sectores políticos revela que hay un efecto concreto y que hay que seguir.

El segundo punto es esta percepción práctica de aprovechar las ventajas comparativas que Chile tiene en energías renovables y en minerales críticos para la expansión energética… eso también ha gatillado iniciativas para poder acelerar ese proceso. Eso, en la práctica, revela que hay cierto consenso respecto a que esos son los sectores que pueden empujar el carro para adelante. Entonces, hay cosas prácticas, no solamente un tema de discurso.

29 octubre 2025 Entrevista a Pablo García, presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

Usted fue parte de los economistas que apoyaron la candidatura de Carolina Tohá. ¿Visualiza algún riesgo o alguna alerta en las propuestas económicas de los candidatos presidenciales?

-Más que las ideas programáticas, lo concreto que cómo finalmente se implementan. Y eso tiene que ver con la realidad del Congreso, con la conformación del gabinete, con la habilidad política para gestionar todos estos temas que son bien complicados, más allá de quien sea el que termine ocupando la Presidencia de la República a partir de marzo del próximo año.

Mi preocupación es que haya tentación por hacer iniciativas que hagan difícil continuar con un proceso de consolidación fiscal en un próximo gobierno. Por ejemplo, hay anuncios de austeridad fiscal en los planes de distintos candidatos presidenciales y que son bien valiosas si es que se quiere cumplir con las metas que nos hemos autoimpuesto. Pero, al mismo tiempo, también se ve que es bien popular proponer reducciones de impuestos. Se está hablando ahora que se van a postergar los avalúos de las contribuciones, porque obviamente es popular. Hay que tener “ojo” con que la popularidad de medidas que reduzcan la carga impositiva termine tomando una prioridad o una prominencia en la implementación de la política macro el próximo año que nos complique la parte fiscal.

Ve algunos indicios de populismo fiscal…

-Siempre hay riesgo de populismo fiscal, porque ese es el drama de la política fiscal. La austeridad nunca es popular.

Pero parece que hoy día es menos impopular que antes…

-Una cosa es la retórica, el fragor de la campaña, y otra cosa son las medidas concretas. Por ejemplo, en el debate respecto al Presupuesto, todo el mundo está de acuerdo con la necesidad de ser austero, pero la discusión en los temas específicos es que no seamos tan apretados, en múltiples dimensiones. Todos los servicios públicos están pidiendo más recursos… se dice que hay que postergar el revalúo de las contribuciones… hay que ver cuánto va a ser el reajuste al sector público. El debate de cada tema específico no es lo que uno lee como austeridad, sino cómo podemos no ser tan coñetes. Una cosa es la retórica, una cosa es la cosa gruesa y otra cosa es cuando tienes que implementar esto en la micro… Y ahí es donde realmente se ve la realidad de por qué es difícil la austeridad fiscal.

Es decir, el relato que se ha instalado de recortes fiscales, de austeridad y de sanidad fiscal, es algo dicotómico con lo que me está diciendo…

-Es un relato que después al aterrizar en la práctica es otro tema. El elemento central de la estrategia de la próxima administración se va a ver efectivamente en el decreto que la Ley de Responsabilidad Fiscal impone a la administración cuando entre. Tiene 90 días para sacar un decreto donde va a tener que plantear sus metas fiscales, donde va a tener que plantear su balance estructural y el límite de deuda. Eso es lo que te va a definir el paraguas concreto de marco fiscal que uno quiere implementar. Antes de eso, todo es más un periodo de campaña. Por supuesto, también hay que ver cómo resulta el proceso legislativo de la aprobación de este Presupuesto.

De todas formas, esperaría que se mantenga el límite de deuda que se definió por primera vez con este gobierno. Esperaría que se mantenga la idea de que el balance estructural va a converger a un equilibrio en un horizonte de tiempo. Y quizá hay que complementar esto con elementos que, por ejemplo, tengan que ver con un límite para el crecimiento del gasto público en promedio para los cuatro años del próximo gobierno. O también con una cierta declaración explícita de cómo va a ser el tratamiento de la capitalización de las empresas públicas como Codelco, ENAP y Banco Estado.

Para efectos del nuevo gobierno, el tema es el número que concretamente se va a tener para ver nuestra sostenibilidad fiscal, cuál es el límite de deuda que va a tener el próximo gobierno, cuál va a ser la estrategia de convergencia del balance estructural y cuál es el crecimiento del gasto del gobierno central, en términos reales, año por año promedio. Eso es más limpio, más transparente o claro de entender que hablar de recortes respecto a qué o en cuántos años…

El jefe del programa económico de Jeannette Jara dijo que no le parecía tan complejo un límite de deuda del 50% del PIB…

-Dado que es la primera vez que tenemos este límite, lo pertinente sería mantener este límite de deuda del 45%. Porque son metas que nos hemos autoimpuesto, no lo negociamos con nadie. Fue nuestra decisión nacional que fue consultada el Consejo Fiscal Autónomo. Entonces, mantengamos ese límite. Esto como la meta de inflación del 3% que decidimos en el año 2000 como país con el Banco Central. Han pasado 25 años y sigue siendo el 3%. A pesar de que hemos tenido períodos en que de repente te desvías, ¿vas a cambiar la meta? No, tienes que preservar y bregar por lograr la meta.

29 octubre 2025 Entrevista a Pablo García, presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

¿Por quién votará?: “El secreto de la urna es un buen principio”

Hubo un momento en que decidió no participar de la campaña de Jeannette Jara. ¿Cuáles fueron las razones de fondo?

-La razón es simple. Soy una persona independiente. Me pareció interesante participar en el proyecto que tenía Carolina Tohá y dado que eso no prosperó y no milito en los partidos que participaron en esa primaria… no hay una transición mecánica a continuar con lo que resultó de esa primaria. Acá en la Comisión es donde siento que estoy contribuyendo al bien público.

Usted es una persona identificada con la centroizquierda más liberal. ¿Se siente hoy más identificado con la figura de Evelyn Matthei o Jeannette Jara?

-No tengo una respuesta a esa pregunta. No es un tema que sea pertinente de discutir respecto a cuáles son las preferencias electorales que uno tiene, dado que mi rol ahora no es un rol público, no es un rol de influenciar para un lado o para otro… La Comisión tiene esta independencia de la administración de turno, porque es una estrategia de país de largo plazo. El secreto de la urna es un buen principio.

Haciendo una mirada rápida los programas de las candidaturas, es posible ver programas mucho más promercado que en elecciones anteriores recientes…

-Más que promercado o antimercado, lo que uno observa ahora respecto a estos consensos del crecimiento, por ejemplo, es que tenemos una economía y un país que es bastante más robusto respecto a cuáles son las cosas que importan. Y frente a momentos complicados, el país no tiende a divergir. No hay disgregación creciente y polarización creciente. Mi impresión es que ahora estamos en un momento electoral álgido, pero este grado de debate y crispación hoy no lo veo como extrapolable a lo que es el tiempo normal de cómo funciona un gobierno.

Estamos como en el peak de crispación. Esta crispación empieza a amortiguarse una vez que tenemos que volver al día a día de la gestión, donde hay que ir a negociar proyectos de ley, empujar iniciativas, ir respondiendo a las demandas sociales, ir manteniendo la economía estable, enfrentando los problemas que nos vienen del mundo… Chile, nuestra clase política y sociedad, ha demostrado ser capaz de encaminarse frente a todos estos ruidos.

Si uno lee, por ejemplo, el programa de la Concentración del año 90, era superradical, pero después en la práctica hubo que ser concreto. Si uno ve el programa de este gobierno, era bien radical. En la práctica hay que irse acomodando… No estamos preocupados de qué pasa en los próximos seis meses con nuestro esquema monetario y cambiario como le puede pasar a los vecinos de Argentina; ellos van de afán en afán y con crisis existenciales tres veces al año.

Soy optimista con Chile, en general. El hecho de que en un momento de polarización mundial, en un momento de ataque a las instituciones, de crispación geopolítica, esos son los problemas existenciales para los países. En Chile tenemos discusiones, pero éstas no están llegando a esos niveles como uno observa en Europa, en Estados Unidos, incluso en Asia.

La contralora Dorothy Pérez reveló ciertos abusos y problemas en el sector público, especialmente con el tema de las licencias médicas. Los problemas de productividad también atañen al sector público. ¿Es una oportunidad para hacer una reforma al Estado en el próximo gobierno?

-El concepto de reforma al Estado es demasiado amplio…

O reforma al Estatuto Administrativo…

-Pero si te fijas, en el tema del Estatuto Administrativo y el rol de la contrata versus la planta hay muchas cosas que han ido ocurriendo en la práctica. Uno siempre tiene que estar pensando en cómo hacer más eficiente la provisión de servicios públicos. Y aquí la Comisión ha contribuido en los temas hospitalarios, en la parte de la ruta crítica de los permisos sectoriales. Hay un piloto que se ha hecho en términos de los hospitales, que ha permitido reducir de forma significativa los tiempos de espera para la cirugía, aplicando las recomendaciones que esta Comisión hizo. Entonces, hay muchas cosas que se pueden hacer mejorando la gestión del día a día sin tener que pensar en una gran reforma estructural, legal, que a veces suena interesante como idea, pero que después en la práctica te quedas atrapado en los detalles. Entonces, hay que partir por los detalles, como las cosas que detectó Dorothy Pérez, sin hacer ningún cambio legal, ni de atribuciones, ni de estructura, y que permiten hacer la gestión más eficiente. También hay que reforzar rol institucional de la Contraloría, que dependa menos de las personas; porque decimos que Chile es un país de instituciones, no de personalismos.

Por otro lado, el tema de las municipalidades es un área muy dejada de lado; en todo el debate del empleo público. El grueso es un tema de la gestión municipal, donde hay que reconocer que la accountability es de nosotros, los ‘vecinos’, y que como vecinos no hemos sido suficientemente exigentes con nuestra administración municipal para que manejen bien los recursos que nosotros mismos les proveemos. Hay que pensar que la gestión administrativa de las municipalidades tiene grados importantes de autonomía. No dependen de la Dirección de Presupuestos, no dependen del Ministerio de Hacienda, y ahí nosotros, como ‘vecinos’, tenemos un rol.

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