La renovación de los jesuitas
El desafío de superar el alejamiento de figuras emblemáticas de la Compañía y la necesidad de sintonizar mejor con la sociedad han llevado a la actual administración jesuita a impulsar significativos cambios. Entre ellos, promover la mayor integración de mujeres y laicos a sus instituciones. La nueva generación de sacerdotes, además, ha optado por un bajo perfil mediático.

El pasado 11 de marzo una noticia remeció al mundo jesuita. Ese día se supo que luego de 155 años de historia, los dos colegios más emblemáticos de la Compañía de Jesús -el San Ignacio de El Bosque y el de Alonso de Ovalle- dejarían de ser exclusivamente para hombres. El suceso, que dejó perplejos a la mayoría de los cercanos a la orden, no fue sorpresa para los sacerdotes de la congregación: era la cristalización de una serie de cambios que se venían produciendo con completo hermetismo en los últimos años en las cúpulas ignacianas.
Hay quienes se apuran en decir que si bien ésta era una decisión que se venía masticando hace tiempo, el superior provincial, Eugenio "Keno" Valenzuela, es quien habría agilizado el proceso. Sin embargo, el padre Fernando Montes, rostro clave de los jesuitas, matiza: "Esto responde a un natural cambio en la cultura chilena y es obvio que nos interesa promover a la mujer. Además es una decisión tomada como orientación para la Compañía en todo el mundo. Y si éramos machistas antes es porque la cultura era machista. Hemos evolucionado al igual que la sociedad". Guillermo Baranda, ex provincial y actual director de la red educacional ignaciana, agrega otras razones. Entre ellas, el resultado de encuestas que revelaron que los apoderados pedían poder matricular también a sus hijas.
El desembarco de un laico en la cúpula de la universidad es una muestra más de los cambios que el superior provincial, Eugenio Valenzuela, está impulsando. De hecho, está replicando la medida en Un Techo para Chile e Infocap.
Sólo una semana después de ese anuncio se dio a conocer otro gran cambio: dentro de la Universidad Alberto Hurtado (UAH) se acordó crear la figura de un prorrector laico, el doctor en Sociología Jorge Larraín, para que compartiera labores con el rector del plantel, el sacerdote Montes. Cercanos a la institución interpretan la "movida" como una intervención, donde por primera vez se limita el poder del religioso. Sin embargo, para otros, significa lo contrario. "Al padre Montes se le quiere potenciar y la idea es que siga brillando. La preocupación por las cifras y la administración se lo estaba comiendo. Por eso el directorio decidió crear la figura de un prorrector. La idea se empezó a trabajar el 2011 y este año fue su estreno", cuenta el abogado Davor Harasic, quien desde el 2011 es junto al ex ministro Alberto Etchegaray (DC) uno de los dos laicos miembros del directorio de la UAH.
De hecho, el nombramiento de Larraín, implicará liberar al padre Montes de un exceso de tareas administrativas que tenía como rector y dedicarse más a "pensar la universidad". Si bien entre los jesuitas la institución está bien evaluada, sobre todo por el rol social que cumple, también se reconoce que debería generar mayor influencia "política" en la sociedad. Él mismo ha señalado a sus cercanos que fue él quien solicitó este "nuevo rol".
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