El profesor punk
<p>Hay hombres que prefieren enseñar. Otros que se dedican a la actuación. Y algunos que escriben libros. Pero François Bégaudeau es todos esos hombres en uno. Su novela sobre su experiencia como profesor se convirtió en un best seller en Francia y sirvió de inspiración para la película Entre los muros, en la que además es el protagonista. La cinta -recién estrenada en salas locales- ganó Cannes el año pasado y postuló al Oscar. ¿Algo más? Sí, también le gusta el fútbol y ya se imagina una final Chile-Francia en Sudáfrica 2010.</p>

La palabra ironía se inventó para hombres como éste. Aunque sea por mail, François Bégaudeau (37) no pierde oportunidad de provocar y deslizar alguna broma camuflada como respuesta. Muy francés, por cierto. Y es fácil adivinar su sonrisa, al otro lado del Atlántico, cuando nos cuenta que dejó de hacer clases para ir a los Juegos Olímpicos de Beijing. Y que hasta ganó medalla de plata en gimnasia. Plop.
Así es Bégaudeau. Afilado en su rostro y en sus palabras. Las mismas que le escuchamos en la sala de clases de Entre los muros, la película de Laurent Cantet (Recursos humanos) que tras su paso por el Sanfic llegó esta semana a las salas locales. Un título que le devolvió la dignidad al cine francés, que desde hace más de 20 años no ganaba el Festival de Cannes. Y una cinta que muestra lo que ocurre al interior de las cuatro paredes de un liceo parisino de la periferia cuando los alumnos no se llaman Pierre ni Juliette, sino que Soleymane o Khoumba. Cuando la sala de clases es un campo de batalla.
El actor
Entre los muros sepulta la imagen del profesor vista antes en el cine. Bégaudeau no es el profesor autoritario de Los cuatrocientos golpes. Ni el buena onda de La sociedad de los poetas muertos. La dupla Cantet-Bégaudeau tampoco comulgaba con la moral del elogiado documental Ser y tener, del también francés Nicolas Philibert. En vez de la Francia profunda y rural de Philibert, Entre los muros mostraría un país donde las tensiones étnicas llegan hasta la sala de clases.
De todo esto hablaron cuando se encontraron por primera vez en un programa de radio. El director de cine lo alcanzó a la salida y le propuso hacer una película con su libro, Entre los muros, publicado en 2006. Bégaudeau soñaba secretamente que su novela algún día fuera adaptada al cine. Tenía tres directores en mente: Maurice Pialat, que estaba muerto; Abdellatif Kechiche, y bueno, el tercero era Cantet.
Cuando llegó la hora de escoger al protagonista, Bégaudeau comprendió que toda su vida había estado interpretando un papel. Ya sea como vocalista de un grupo punk que cantaba temas de Sex Pistols o parado frente a sus alumnos enseñando francés. En ese minuto decidió que actuaría en la película.
Entre los muros sepulta la imagen del profesor vista antes en el cine. Bégaudeau no es el profesor autoritario de Los cuatrocientos golpes. Ni el buena onda de La sociedad de los poetas muertos.
-¿Cuál es la diferencia entre el libro y la película?
-El libro es una crónica, no quise que eso se transformara poco a poco en un relato, porque yo quería dar cuenta de un año escolar, y cómo en un año las cosas pasan y después se olvidan. Mientras que la película se enfoca en la última media hora sobre un incidente y el caso de un alumno. Fue lo que Laurent (Cantet) quiso hacer y no vi ningún inconveniente en ello, es lo que le da la fuerza dramática a la película.
-Eres profesor, escritor, crítico de cine. ¿Por qué decidiste interpretar el rol del profesor en la película?
-Laurent lo había soñado así desde un comienzo. Al cabo de algunas semanas de reflexión junto a él, se volvió más evidente. Ese profesor era yo, y yo era el más indicado para hacerlo, porque él tenía mi voz, mi cuerpo, mis maneras. Eso permitía también dirigir las escenas desde el interior. No sé si la película habría sido mejor con otro, pero sé que ganamos mucho tiempo con esto. Como crítico yo he escrito mucho sobre la performance del actor, era el momento de verificar ciertas hipótesis en vivo.
-Es sorprendente que los estudiantes en la película no sean actores profesionales. ¿Cómo fue el proceso de elegir a los alumnos, y después, la preparación para actuar en la película?
-Me tendrás que perdonar, pero lo hemos contado tantas veces que no tengo energía para hacerlo de nuevo. Todo lo que te puedo decir es que no fue realmente un casting. Los jóvenes se presentaron, los tomamos a casi todos, y ¡de inmediato todos fueron muy buenos!
El profesor
Lo que Bégaudeau está cansado de responder es que junto a Laurent Cantet hicieron talleres de escritura con una veintena de chicos de 13 y 14 años, durante varios meses en el Collège Mozart, en el conflictivo distrito 19 en París, alejado de los turistas, los museos y la postal. Un liceo muy parecido a donde le tocó trabajar a Bégaudeau, un hijo de profesores que llegó a la enseñanza casi de rebote. Un establecimiento ZEP o Zona de Educación Prioritaria, concepto que en un país como Francia ha generado un largo debate sobre la educación pública. Para algunos es una etiqueta que sólo ha conseguido discriminar. Para otros, la única forma de inyectar más recursos para colegios con alumnos "en riesgo social", como se les llamaría eufemísticamente en Chile a estos hijos de inmigrantes africanos, árabes y chinos que no entienden por qué tienen que aprender el Imperfecto del Subjuntivo si ya nadie habla así.
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