Es un verdadero búnker ubicado en los subterráneos de la Casa Blanca y es donde se toman las decisiones más importantes de Estados Unidos: hablamos de la “Situation Room”, la sala de conferencias donde el presidente y su equipo de seguridad gestionan y monitorean crisis militares y diplomáticas.

En estos últimos días donde el enfrentamiento armado entre Israel e Irán ha ido tomando más fuerza, el presidente Donald Trump seguramente ha concurrido en más de una ocasión a esta sala para analizar esta guerra y una posible entrada en el conflicto.

Esta sala de conferencias altamente segura fue creada en 1961, durante el mandato del presidente John F. Kennedy.

La fallida invasión de Estados Unidos a Bahía de Cochinos, ocurrida ese mismo año en Cuba, evidenció un mal sistema de comunicación y coordinación de inteligencia, lo que culminó en crear este centro de operaciones.

Desde entonces, la sala ha recibido numerosas remodelaciones siendo la más importante la de George W. Bush en 2007. Sin embargo, la última modificación fue en 2023 y tuvo una inversión de alrededor de US$ 50 millones.

Qué tiene la “Situation Room”

La remodelación finalizada en agosto de 2023 –bajo la administración de Joe Biden– implicó demoler completamente el antiguo complejo e instalar nuevos sistemas eléctricos, de climatización y servidores.

El costo superó los US$ 50 millones y fue dirigida por el entonces funcionario del Consejo de Seguridad Nacional, Marc Gustafson.

El nuevo complejo de 511 metros cuadrados incluye tres salas de conferencias de distintos tamaños; un centro de comando conocido como Watch Floor, donde analistas monitorean inteligencia global las 24 horas; y nuevas “salas de descanso” para que secretarios del gabinete puedan hacer llamadas seguras.

La icónica Sala de Conferencias John F. Kennedy, ahora conocida como WHSR JFK, fue completamente rediseñada: ahora tiene paneles de caoba, alfombra azul marino, pantallas digitales de última generación y una pizarra con zonas horarias globales.

También cuenta con asientos de cuero para 14 personas y una ambientación que, según señaló Gustafson en su inauguración, representa una “fusión de tradición y modernidad”.

La seguridad en la “Situation Room”

El acceso a esta fortaleza está totalmente controlado: no se permiten dispositivos electrónicos y en la sala es posible detectar si alguien ingresa con un celular.

Incluso, durante la última remodelación solo los contratistas con autorizaciones especiales pudieron trabajar en ciertas etapas del proyecto.

La Situation Room ha sido testigo de algunos de los momentos más críticos del siglo XXI: desde los ataques del 11-S hasta la retirada de Afganistán, pasando por la invasión rusa a Ucrania y la pandemia del Covid-19. Esta vez, el salón estará atento a lo que suceda en Medio Oriente.