La construcción de una fábrica de baterías por parte de Stellantis y la china CATL transformará por completo a Figueruelas, un pequeño municipio de Aragón, en el noreste de España. El proyecto implicará la llegada de hasta 2.200 trabajadores provenientes de China para levantar la planta, lo que triplicará la población local en poco tiempo.

“Tendremos a 2.200 personas chinas trabajando en la factoría, repito, 2.200 personas”, comentó el alcalde de Figueruelas, Luis Bertol, a Cadena SER de Zaragoza.

La planta, que tendrá como objetivo proveer baterías a una fábrica cercana de autos Opel, implica la inversión de 4.000 millones de euros y la promesa de 3.000 empleos futuros cuando esté operativa en 2027.

Dónde vivirán los trabajadores

El impacto será inmediato. Con una oferta habitacional prácticamente inexistente, el municipio ya proyecta la construcción de una “villa” de casas prefabricadas para alojar temporalmente a estos obreros.

“La oferta de vivienda es cero”, explicó a EFE el alcalde de Figueruelas. “Estamos preparados para acogerlos. Pondremos todos los recursos posibles para que se sientan confortables y seguros”.

Sobre la ubicación de esta villa, el alcalde es partidario de que sea en su municipio de Figueruelas porque es una de las mejores opciones por cercanía, comentó. Asimismo, no dudó en que “a esas personas sí que habrá que darles una solución habitacional”.

El flujo de trabajadores será progresivo, pero sostenido. La obra comenzará formalmente cuando termine el verano de allá (septiembre), y los primeros equipos podrían arribar apenas semanas después.

El procedimiento migratorio, que implica una contratación masiva de extranjeros, será gestionado directamente por la Unidad de Empresas y Colectivos Estratégicos del Ministerio de Migraciones.

Qué se comenta en el pueblo

Pese a que aún no se confirma dónde vivirán los trabajadores de la nueva planta, el tema ya es conversación en el único bar que tiene Figueruelas.

“En el pueblo se dice que van a venir unos 1.500 o 2.000 trabajadores chinos. Comentan que vendrán, pero que se les verá poco porque vienen a trabajar, a trabajar y a trabajar”, declaró a EFE Felicidad Martínez, una vecina de la localidad.

Otra vecina, por su parte, comparó la situación con la llegada de General Motors en 1982, a la misma fábrica de Opel donde se necesitan baterías.

“Yo me figuro que será como cuando vino Opel, que vino mucha gente a trabajar. Vinieron alemanes y cuando hicieron la fábrica se fueron. En todo caso, espero que sea para bien”, comentó Sara Deito a la agencia española de noticias.