Constanza del Río
Constanza es la fundadora de la ONG Nos Buscamos (www.nosbuscamos.org). Es uno de los casos de adopciones irregulares en que participó el sacerdote Gerardo Joannon. Respecto de esta carta al padre, aclara: "Tengo dos papás, ésta es una carta que habla de los dos. Fui adoptada por mi papá Jorge, quien ya partió y que hoy vive en mí. Fui concebida por mi papá Fernando, quien me buscó desde el día que nací. Ambos forman parte de mi ADN".

Querido papito:
Pensar en ti es recordar a un hombre cariñoso, bonachón y esforzado. Me recibiste en tus brazos con pocos días de vida. Soy tan tuya, que hasta nos parecemos físicamente. Me criaste con amor y me enseñaste con tu ejemplo la importancia del trabajo y del esfuerzo para lograr grandes metas. Pero por sobre todo esto, me enseñaste a soñar, me diste alas y me inspiraste que nada era imposible. Me preparaste para la mayor prueba de mi vida: cuando a los 39 años me contaste que me habían adoptado.
Y a pesar del miedo que tenías de perderme, me apoyaste en la búsqueda de mi familia biológica. Celebraste la creación de la ONG Nos Buscamos, mi sueño más grande, para ayudar a otros que buscaban igual que yo. Lloraste con las historias de reencuentro y sufriste conmigo la angustia de mantener viva la esperanza.
Recuerdo que una noche en la clínica, tú estabas muy enfermo y me confesaste que estabas arrepentido de no haberme contado desde chica acerca de la adopción. Estabas triste y me alargaste tu flaco brazo para abrazarme. Aún recuerdo tu olor, tu calor, tu abrazo y desde el amor que sentíamos te dije que no había nada que perdonar, que las cosas tenían un orden y un tiempo y que éramos parte de algo mucho más grande: gracias a como me habían criado él y mi mamá, hoy existía un lugar donde cientos de adoptados podían acudir para encontrar a sus familias. Donde las madres a las que les quitaron a sus hijos podían optar a un banco de ADN y que muchos adoptados habían logrado abrazar a sus madres biológicas gracias a que él me había apoyado y empujado hacia la verdad.

Cuando logré encontrar a mi papa Fernando, fuiste el primer en solicitar conocerlo. Si hubieras podido saltar de alegría lo hubieras hecho, estabas tan contento y orgulloso, ya que al fin había logrado lo que todos me dijeron que era imposible: encontrar mi historia y a mi familia biológica.
El día que se encontraron, fue un día mágico. Tú en cama en casa. Fernando había viajado desde el sur para conocerte. Ambos estaban nerviosos, pero en cuanto se vieron, cayeron todos los miedos y se agradecieron mutuamente: Fernando te agradeció haberme criado y tú le agradeciste haberme creado. Se abrazaron y se quedaron conversando hasta que se hizo de noche. Con ese encuentro quedaste en paz y a los pocos meses te fuiste tranquilo, sabiendo que Fernando continuaría tu labor.
Mis dos padres forman parte de mí, ambos forman parte de mi propio ADN, uno espiritual y el otro biológico.
A ambos les agradezco y a ambos los honro.
Gracias, papás.
Constanza
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