Por Nicole IporreEl neurocientífico Richard Restak revela a qué edad deberías dejar de tomar alcohol
Un reconocido neurocientífico advierte sobre el impacto del alcohol en la salud cerebral al envejecer y revela a qué edad deberíamos dejar de beber para prevenir el deterioro cognitivo.

Tomar una copa de vino con la cena o un chop de cerveza es muy común entre los adultos. Muchos toman alcohol para relajarse, celebrar o compartir entre amigos y familia. No obstante, un neurólogo advirtió que, aunque parezca inofensivo, es un hábito que puede traer problemas para la salud a futuro.
Se trata del doctor Richard Restak, un reconocido neurocientífico estadounidense que ha escrito más de 20 libros sobre el cerebro humano, en los que explora cómo cuidarlo para vivir más tiempo lúcido y con buena salud.
Y es que son muchos los adultos mayores que temen a las enfermedades que provocan deterioro cognitivo, como el Alzheimer.
No obstante, según un estudio publicado en The Lancet, hasta el 40% de los casos de Alzheimer puede prevenirse cuando el paciente lleva un estilo de vida saludable. En cambio, el tabaquismo, la obesidad y el consumo de alcohol aceleran la enfermedad.
En esta línea, el Dr. Restak advirtió cuál es la edad en la que cualquier persona debería dejar de tomar alcohol.

A qué edad dejar de tomar alcohol según el doctor Richard Restak
El consejo del Dr. Restak es dejar de consumir cualquier tipo de alcohol a más tardar a los 70 años.
Y es que, cuando una persona cumple 65, suele tener menos neuronas cerebrales en comparación a cuando es joven. Por ello, es el momento en el que más hay que cuidar las células nerviosas, ya que “el alcohol es una neurotoxina”.
“Es fundamental abstenerse del alcohol en una etapa de la vida en la que preservar las neuronas es crucial (...) Le recomiendo encarecidamente que, si tiene 65 años o más, elimine completa y permanentemente el alcohol de su dieta”.
El médico explica que al consumir alcohol en las etapas más avanzadas de la vida no solo aumenta el riesgo de padecer demencia y Alzheimer. Las personas también pueden ser más propensas a las caídas, que pueden provocar lesiones graves e incapacitantes.

Adicionalmente, explicó en sus libros que la siesta corta por la tarde para los adultos mayores puede potenciar el funcionamiento del cerebro.
También advirtió que hay que estar muy pendientes de cualquier problema de audición o visión, pues cualquier obstáculo para mantener conversaciones y una vida normal puede hacer que la mente deje de estar “en movimiento” y que disminuya la socialización, ambos clave para conservar la memoria y prevenir enfermedades.
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