La curiosa razón por la que Gengis Kan viajaba con una carreta repleta de gusanos

La curiosa razón por la que Gengis Kan viajaba con una carreta repleta de gusanos.

El fundador del Imperio mongol estaba seguro de que los gusanos tenían propiedades medicinales casi milagrosas. ¿Por qué el antiguo emperador tenía esa creencia? Esta es la historia.


Es sabido que las moscas tienen una metamorfosis completa en la que pasan por varias etapas: huevo, larva, pupa.

Precisamente, durante la etapa de larva es cuando adquieren la forma física de gusanos. Científicamente, se les conoce como cresas.

También es en aquel preciso momento donde los gusanos consiguen tener la capacidad de comerse todo lo que encuentran a su paso, por lo que pueden llegar a crecer hasta 100 veces más que la dimensión que tenían cuando eran un huevo.

Cuando llegan a la etapa de larva, los gusanos adquieren la capacidad de comerse todo lo que encuentran a su paso. Foto: Romina Vera.

De hecho, es probable que en algún momento de tu vida te hayas encontrado con gusanos situados sobre animales en descomposición, excrementos u otras situaciones de esa índole.

Y aunque podría sonar contradictorio con lo anterior, usar gusanos como tratamiento médico fue una práctica muy usual en la antigüedad. Hoy en día también se sigue empleando.

Pero, ¿qué es lo que tienen los gusanos que se pueden usar como terapia medicinal?

Gengis Kan y su relación con los gusanos

El fundador del Imperio mongol, Gengis Kan, tenía la certeza de que los gusanos tenían unas propiedades medicinales casi milagrosas.

Una de las creencias históricas es que cuando Kan viajaba por Asia, Kan siempre llevaba consigo una carreta repleta de gusanos para uso personal, así como también para sus soldados.

El motivo era muy simple: sus heridas eran sanadas por los gusanos, ya que se comían los restos del tejido muerto que le iba quedando, sin siquiera tocar el tejido vivo de la piel. Tan solo tenía que poner los insectos sobre la superficie cutánea y poco a poco iría cicatrizando.

Según la leyenda, el emperador y sus soldados estaban seguros de que los gusanos se alimentaban de la carne muerta, pero que también les dejarían sus heridas limpias tras comerse los tejidos infectados.

La curiosa razón por la que Gengis Kan viajaba con una carreta repleta de gusanos.

Eso sí, el ejército de Gengis Kan no fue el único en ser defensor de los gusanos como tratamiento médico.

También hay evidencia de que la tribu aborigen Ngiyampa en Australia, los habitantes de Myanmar y los mayas en América fueron otros de los grupos que recurrieron a esta técnica.

La terapia larval en la medicina tradicional

Pese a que se ha identificado su uso en la antigüedad, tuvieron que pasar varios años para que la denominada “terapia de desbridamiento larval” fuera aceptada en la medicina tradicional.

Un médico que se desempeñó en el Hospital de Danville en los años de la Guerra Civil de Estados Unidos, fue quien cambiaría en parte el paradigma.

Su nombre era John Forney Zacharias y podría decirse que fue la primera persona en la medicina convencional que normalizó el uso de gusanos para sacar los tejidos muertos de la piel. Asimismo, se dio cuenta que las criaturas podían limpiar las heridas infectadas.

Con la llegada de Alexander Fleming y la instalación de la penicilina, nuevamente este tratamiento quedó relegado al último lugar. Es evidente que frente a usar gusanos en la piel y tomarse una pastilla, la mayoría de las personas prefería la segunda opción.

En la década de los ‘80, el contexto de este tratamiento volvió a cambiar. El aclamado antibiótico que había creado Fleming estaba perdiendo su eficacia tras la llegada de la bacteria Staphylococcus aureus, que le hacía una fuerte resistencia a meticilina.

Fue en ese momento cuando se necesitaba de otra práctica medicinal que funcionara, y sin esperarlo más, los gusanos volvieron a ser utilizados.

Hoy en día, la aceptación de esta terapia ha llegado al punto que está disponible en los servicios de salud del Reino Unido para ser empleada por sus habitantes.

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