Vico C: el padre del reaggetón que reniega del género

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El rapero que impulsó el movimiento en Puerto Rico vuelve a Chile, a casi una década de su debut y luego de estrenar una película biográfica.


Por años se le ha llamado el padre del reggaetón, pero para Luis Armando Lozada Cruz lo que su música engendró es una suerte de hijo no reconocido. "Es una etiqueta que no me molesta pero que tampoco me emociona demasiado", dice el músico, cantante y productor de 46 años, conocido como Vico C y ungido por las generaciones que le siguieron como pionero del rap y de la música urbana de Puerto Rico, la isla caribeña que ha impuesto lo que se baila en todo el continente durante este siglo.

Su influencia es innegable, y así lo prueban canciones que lo mencionan -como "Mis disculpas", de Calle 13- y diversos registros en la web. "Todos le debemos algo a Vico", declaró hace algunos años Daddy Yankee, quizás la mayor estrella que ha dado el género en su historia. Por su parte, Bad Bunny, la última revelación del trap, confesó en una entrevista que el primer regalo de Navidad que le pidió a sus padres fue Aquel que había muerto (1998), uno de los discos que consagraron a Lozada en la región.

Ya en ese álbum, el octavo de una discografía que inició con La recta final (1989), el solista rapeaba sobre bases extraídas de la mezcla que dio origen al reggaetón: hip hop estadounidense con reggae y raggamuffin jamaiquino, acompañado de letras donde hay tanta profecía como espíritu crítico de lo que estaba surgiendo en su país. En "Quieren", por ejemplo, alertaba sobre canciones de hace dos décadas de "doble sentido, sexo y placeres".

"Las generaciones siguientes a la mía han hecho algo distinto, porque yo tomé la decisión que fuera así. Y aunque uso elementos de lo que está de moda, muchas veces lo que hago no es lo que más vende, ya que la mayoría prefiere las canciones para la cadera y no para el cerebro", declara el cantante, en cuya carrera hay registros junto a artistas como Gilberto Santa Rosa y Alejandra Guzmán, pero con casi ningún reggaetonero.

El filósofo

Lozada reniega del mote de "ídolo", un concepto que contraviene el cristianismo que profesa desde su juventud luego de una etapa de adicciones. Si se trata de sobrenombres prefiere "el Filósofo", alias que lo acompaña desde el inicio de su carrera y presente también su último proyecto: Vico C, la vida del filósofo, película biográfica protagonizada por su hijo Luis Lozada Jr. La cinta, estrenada en agosto -y con gran éxito- en Centroamérica, llegará a salas chilenas el próximo mes, semanas después del concierto que dará el 17 de diciembre en el Teatro Caupolicán.

"Hay expectativas altas porque ya pasó casi una década de la única vez que fui", dice el rapero, quien en 2008 actuó en la Estación Mapocho. "Recuerdo que la gente estaba bien pasional, pero como fue un único show y ha pasado tanto tiempo será casi como una primera visita", agrega.

En su regreso incluirá sus éxitos de los 90 y también los de este siglo, una etapa en la que la industria lo ha reconocido. En 2002 y 2004, por ejemplo, se quedó con el Grammy Latino a Mejor álbum de música urbana, aunque aclara que las ceremonias no son lo suyo. "Me incomoda caminar por una alfombra roja, el glamour, el bling bling. Ese no es mi mundo", dice.

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