
Catalina y las Bordonas de Oro, la nueva voz estelar de la canción chilena: “Queremos llegar a otros públicos”
Son el grupo del momento gracias a su refrescante lectura del bolero y la música latinoamericana. Flamantes ganadores del Pulsar por su disco Presagio, están prontos a lanzar un nuevo trabajo de música folclórica. En charla con Culto, la cantante Catalina Plaza revisa su historia y el buen momento del conjunto. "No nos gustaría encasillarnos solo en el bolero", asegura.

“No puedo verte triste porque me mata/Tu carita de pena, mi dulce amor”, dicen las primeras líneas de Nuestro juramento, un bolero tradicional escrito por Benito de Jesús y popularizado por Julio Jaramillo. Aquella fue la canción que la joven Catalina Plaza cantó en el funeral de su abuelo. “Es una canción que él cantaba mucho y que terminó siendo un himno importante en mi familia”, recuerda al teléfono con Culto.
Aunque estaba embargada por la emoción natural de despedir a un ser querido, aquella canción funcionó como un epifanía para Catalina. Como si desde el más allá, el abuelo le hubiese revelado un misterio. “Cuando se la canté, me pasó que hacía mucho tiempo no sentía algo tan interesante el momento de cantar, porque en ese momento yo cantaba muchas otras cosas también. Y esto me hizo mucho sentido”.
Aquel momento definió en buena parte el interés de la joven cantante por el bolero. Fue el origen de Catalina y las Bordonas de Oro, un proyecto que desde 2022 rescata la sonoridad más clásica de la canción latinoamericana, pero trabajada desde una perspectiva actual. El grupo lo integran Martín Silva en guitarra y dirección musical, Adrián Muñoz en guitarras, Esteban Pérez en el contrabajo, Pablo Castro en las percusiones y la poderosa voz de Catalina Plaza.

Se trata de un conjunto de artistas disciplinados, sensibles y creadores, que han presentado una propuesta que se mueve entre el bolero, el folklore y otros ritmos tradicionales. A la fecha han publicado varios sencillos y colaboraciones junto a artistas como Gepe, Manuel García y Ángelo Pierattini.
Tras publicar el EP Escándalo (2023), llegó su disco debut, Presagio (2024) que incluyó boleros originales y tuvo buena crítica. En julio pasado logró un inesperado reconocimiento al lograr el Premio Pulsar al Mejor Álbum Balada o Música Romántica, en una categoría en que también figuraban nombres de la talla de Luis Jara, Myriam Hernández, Natalino y Cortesse. Fueron la revelación de la noche, porque el largaduración también figuró entre los nominados en la categoría Álbum del año.
La cantante todavía suena sorprendida por el reconocimiento. “Encontramos genial de que hayan considerado al bolero en los premios, un género tan bonito, con tantos años. Que nosotros hayamos ganado, con nuestro primer disco de composiciones, lo encontramos muy interesante, muy sorprendente. Nos llama la atención que hayamos ganado al lado de estos artistas tan importantes”.
La música ha sonado durante toda la vida de Catalina Plaza. Nacida en el año 2000, en Punta Arenas, creció en un hogar donde se escuchaba a Los Tres, Joe Vasconcellos, entre otros. Recuerda que de niña no paraba de reproducir una y otra vez un CD de La Ley que estaba en su casa “y uno de Shakira, rayaba con esa música en ese tiempo”. La amplitud de su gusto era tal, que tuvo el oído dispuesto para conocer música latinoamericana. “Me empecé a meter harto en la música folclórica que se relaciona con el sur de Argentina, el chamamé, la chacarera, la zamba. Y es ahí donde le agarré un gusto muy grande a la música latinoamericana con Mercedes Sosa, con Soledad, que en ese tiempo se escuchaba harto allá, con el Chaqueño [Palavecino] también”.

A pesar de su juventud, Catalina acumula años de escenario. Comenzó en el colegio, donde participó en el coro y tomó clases de canto. También se fogueó cantando en una banda de música para matrimonios. “Ahí canté de todo, cumbia, salsa, música disco, soul, porque era para motivar el evento. También participé en los Festivales Folclóricos en la Patagonia y de ahí me decidí a estudiar música”.
Una vez en la capital, Catalina estudió interpretación en canto en el Instituto Profesional Projazz. Fue en esos años en que comenzó a buscar espacios para desarrollar su interés latente en la música latinoamericana. “En Santiago, me topé con las ruedas de cuecas, que se hacen todos los martes y viernes. Canta la gente que se sabe un par de cuecas, un par de tangos y así llegué a conocer a los chiquillos, a las Bordonas de Oro”.
Con ese nuevo grupo de amigos y colegas, que incluía también a gente como Miguel Molina, Catalina comenzó a investigar a profundidad en el repertorio del bolero. Ahí notó un detalle. “Me di cuenta que muchas de las canciones que sonaban en el repertorio clásico de boleros, las escuchaba mi abuelo y las escuché cuando chica. No las tenía en mi memoria, pero estaban ahí muy presentes”. Y fue aquella vez en el funeral del abuelo cuando todo se asentó. “Yo le canto un bolero y dije: ¡Aquí está la cuestión! me hizo demasiado sentido”.

Así se formó el grupo, con la intención de ofrecer un show de Noches de boleros. El primero fue en 2022, en el bar Volantín, a pasos de la avenida Chile-España. Era todo un desafío, porque era además la primera vez que Catalina cantaba junto a sus compañeros. Se aprendió 15 boleros para la ocasión. “No nos conocíamos tanto, no es que éramos amigos de la vida. Además yo no me sabía tantos boleros y los chiquillos ya tenían un lenguaje súper extenso en este género”.
Para sumar más tensión, esa noche la banda sufrió un percance. “Nos cortaron la luz y tocamos todo el concierto acústico. Y fue genial porque a la gente le encantó ver el instrumento sonando así de cerca. Yo creo que eso gustó mucho al primer público que nos fue a ver. Luego, empezamos a hacer estas noches de boleros todos los meses. Pasamos a hacer dos funciones, después nos cambiamos de local y así empezó a avanzar el proyecto”.
Aunque buena parte del material original del grupo está firmado por Catalina Plaza y Martín Silva, en general prima el trabajo colectivo. “Todos tenemos la libertad de participar en la composición de las canciones. Hay letras que son mías, hay música que es de Martín Silva, hay letras de Pablo Castro y así. Es un trabajo muy colaborativo, donde todos tenemos la posibilidad de poder aportar. Por eso el proyecto tiene un nombre de banda”.
En las ocho canciones de Presagio, es notorio el tratamiento sonoro que evoca al bolero tradicional, pero a la vez suena refrescante. Un equilibrio difícil de lograr, pero que Catalina y las Bordonas de Oro ponen en el centro de su propuesta. “Nosotros intentamos que la música que tocamos sea, por supuesto, con el sonido tradicional de lo que nos gusta mucho y lo respetamos muchísimo, pero también que tenga una parte bien actual y bien moderna que nos pertenece a nosotros como gente joven”.
Gracias al boca a boca que destaca su calidad como intérpretes, el conjunto ha logrado dar el salto a mejores escenarios. Ayer fueron parte de la experiencia del ciclo Interferencias en el GAM y ya tienen en agenda un concierto en el Teatro Nescafé de las Artes, el próximo 12 de noviembre. Además figuran en el cartel de Ruidosa Fest, el evento que celebra a las mujeres en la música, a realizarse el 11 y 12 de octubre en el Parque O’Higgins.

A pesar de que el grupo ha logrado un creciente interés en sus shows, Catalina reconoce que no les ha sido fácil entrar en la lógica de las plataformas digitales, propia de nuestros días. “En los conciertos en vivo, sorprendentemente, es muy interesante la convocatoria. Pero en la parte digital y en los medios de comunicación, ha costado un poco más entrar, porque siento que a la gente le cuesta un poco entender de qué se trata el proyecto, les ha costado relacionar nuestras caras jóvenes con una música antigua. Bueno, el proyecto lleva tres años recién y el disco lleva menos de un año. Entonces, vamos de a poco y lo que más nos interesa es generar una buena convocatoria”.
Aún con las dificultades, el conjunto mantiene un activo calendario de lanzamientos. El pasado 31 de julio llegó a las plataformas digitales, Te llora mi corazón, una tonada de elegante sonoridad acústica y refinadas armonías vocales, que adelanta un nuevo disco orientado al folclore latinoamericano.
Es un trabajo que terminaron de grabar en las primeras semanas de julio en el estudio La Salitrera, donde registraron su disco y el EP, con su habitual productor musical, Tomás Pérez. Este incluirá colaboraciones de nombres como Valentín Trujillo, Lucy Briceño, María Esther Zamora, Lucy Avilés, Belencha, entre otros. “Es un disco de folclore donde vamos a tener tonadas originales, tonadas ya existentes, pasillo ecuatoriano, guaranias paraguayas, y cerramos con una cueca -adelanta Catalina Plaza-. En agosto vamos a estar lanzando todas las semanas un single y el disco va a estar para el 18, como un regalo para la gente”.
Aunque se han hecho conocidos por los boleros, el grupo desea enfatizar la diversidad de su repertorio. De allí esta incursión en el folclore. “Siempre hemos tenido ganas de hacerlo, porque no queremos que este proyecto sea solo de boleros, queremos que sea de música latinoamericana. En las noches de boleros igual hacemos cumbia, también tocamos taquiraris, que es música de Bolivia. Y si podemos meterle cueca, meterle tonada, lo vamos a hacer porque es la música que nos gusta. No nos gustaría encasillarnos solo en el bolero, porque nos va a limitar. Este es el momento para entrar a otros públicos”.
Las entradas para ver a Catalina y las Bordonas de oro en el Teatro Nescafé de las Artes, están a la venta en el sistema Ticketmaster y boleterías del teatro.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
Contenidos exclusivos y descuentos especiales
Digital + LT Beneficios$3.990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE