Por Claudio VergaraEduardo Parra de Los Jaivas: “No estuve en el Estadio Nacional por decisión mía, mi movilidad se ha limitado bastante”
Uno de los fundadores de Los Jaivas se retiró del grupo en 2009, con apariciones esporádicas en la última década. En conversación con Culto, cuenta cómo vivió el aplaudido concierto de sus compañeros el pasado fin de semana en el coliseo central de Ñuñoa.

Desde 2009, Eduardo Parra (82) es una figura que resuena como un eco fantasmal en el presente de Los Jaivas, aunque su rúbrica es histórica e insoslayable.
Autor de una parte importante de sus letras, propietario de la impronta poética y existencialista que por momentos adoptó el grupo, y responsable de órganos, sintetizadores y diversos decorados de sus canciones, el instrumentista esa temporada de hace 16 años decidió dar un paso al costado debido a diversos problemas de salud.

Las secuelas más adultas de una poliomelitis que lo aquejó cuando tenía tres años agudizaron un cuadro que implica hasta hoy debilidad muscular, problemas en las articulaciones y la atrofia de una pierna. Los duros contratiempos físicos eran incompatibles con el alto trajín de una agrupación que extendía su estela con giras exigentes y shows por los más disímiles rincones del país.
De ese modo, sólo se convirtió en un invitado esporádico de los conciertos del grupo, como en 2018, cuando celebraron 55 años de trayectoria en el Movistar Arena; o en 2023, cuando hicieron lo propio con sus seis décadas de existencia en el mismo espacio, en una emotiva participación que incluyó su interpretación en órgano de La conquistada, una de las piezas medulares que escribió en el historial de Los Jaivas.
A partir de ahí, no ha vuelto a aparecer en los espectáculos de los viñamarinos. Fue su última vez al lado de sus camaradas de toda una vida.
El presente de Eduardo Parra
De hecho, no pudo estar como invitado del concierto que ofrecieron el pasado domingo 7 de diciembre en el Estadio Nacional, titulado Los Jaivas Siempre y que funcionó como un tributo masivo a su historia.
Desde Colombia, donde reside desde 2020, Eduardo Parra comenta a Culto sobre su presente: “En realidad estuve ausente en el escenario del Estadio Nacional por decisión mía. He debido hacerlo puesto que mi movilidad se ha limitado bastante. Puedo caminar, pero subir y bajar escaleras se me hace bastante dificultoso, incluso, por ejemplo, en el avión ya debo pedir asistencia”.
Luego agrega: “El Estadio Nacional es un sitio demasiado grande para poder cumplir con mis actuales capacidades físicas”. Eso sí, no descarta que a futuro sí se pueda sumar a alguna aventura de sus antiguos compañeros: “Es probable que en otro momento crucial para la existencia profesional del grupo, se den las coordenadas para que yo pueda subir a escena, yo no descarto esa posibilidad”.

La imagen de Eduardo Parra tampoco apareció en el minuto del show en que se proyectó una imagen de los integrantes actuales unidos junto a los fallecidos Eduardo “Gato” Alquinta y Gabriel Parra, ambos generados por IA. Fue uno de los pasajes más conmovedores del recital, todos juntos bajo el nombre y el símbolo de Los Jaivas.
Parra dice al respecto que él no tuvo participación en la elaboración de la cita en el coliseo de Ñuñoa. “Lo del escenario se debe hablar con los que dirigen a Los Jaivas o a la producción, directamente. Yo no tuve ninguna proposición ni injerencia ni propuse ninguna idea para presentarme en escena. Yo no participé de ninguna manera en la invención del espectáculo”, asegura.
Por lo pronto, el músico pasa sus días entre su vida en el municipio colombiano de Fusagasugá, localidad de clima cálido que ocupa una meseta flanqueada por cerros y ríos, a cerca de 50 kilómetros de Bogotá, y hasta donde decidió irse a vivir con su esposa; y otra parte del año vive en París, donde llegó con Los Jaivas a fines de los 70, tras pasar por Argentina.
Según dice, está dedicado a escribir y a observar con más tranquilidad su herencia artística, sin la urgencia de sus días juveniles. Por lo mismo, en julio del año pasado reeditó de modo digital su primer poemario, La puerta giratoria, de 1968, el inicio de un trayecto que lo tuvo trazando versos durante parte importante de su vida, capturados muchos de ellos en la obra de la banda que lo convirtió en imprescindible. También se ha consagrado a la vida digital de los hombres de Mira niñita, administrando sus distintas plataformas en la web.
Eso sí, puede que en 2026 asome una oportunidad para que Parra retorne a su colectivo de toda la vida por al menos algunos shows. Los Jaivas iniciarán la gira local e internacional que celebrará su obra maestra, Alturas de Machu Picchu (1981), con fechas en 19 ciudades de Chile, incluyendo Frutillar, Temuco, Rancagua, Chillán, Valdivia, Antofagasta, Iquique, Copiapó, Arica, Curicó, Talca, Viña del Mar, La Serena, Punta Arenas, Osorno, Coyhaique, Santiago, Concepción y Valparaíso.
La vida mágica de Los Jaivas, al parecer, tiene ritmo para rato.
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