
La bestia que cambió el cine: el legado y los festejos de Tiburón 50 años después
La historia de un feroz tiburón blanco que causa terror nació en la literatura en 1974 y un año después llegó a la pantalla grande convertida en una película que causó impacto. Steven Spielberg no sólo salió airoso de una producción difícil, sino que despegó como un cineasta maduro y lleno de virtudes. A días de su aniversario número 50, aquí revisamos la concepción e influencia de un clásico.

El 20 de junio de 1975, hace exactos 50 años, las salas de cine de Estados Unidos se llenaron para el estreno de Tiburón. Dirigido por un tal Steven Spielberg y producido por Richard D. Zanuck y David Brown, el filme llegó antecedido por las intensas emociones y expectativas que causaba su afiche promocional: un enorme pez con una feroz dentadura listo para devorar a una bañista que disfruta del verano. “La aterradora película basada en el aterrador best seller número uno en ventas”, decía el poster.
Spielberg ya había dirigido dos largometrajes para Universal Pictures, uno se había emitido en la cadena ABC en 1971 y el otro había tenido un correcto desempeño en su paso por la pantalla grande. Esas credenciales bastaron para que el estudio confiara en él, un prometedor cineasta de 27 años, para tomar las riendas de la cinta que adaptaría el popular libro de Peter Benchley sobre una bestia que provoca pavor en las costas de la ficticia ciudad de Amity. Lo que nadie sospechaba es que la producción implicaría un reto titánico para todos los involucrados.

La película no se filmó en 55 días, como estaba planificado, sino que en 159 días. Su presupuesto pasó de los US$ 4 millones a los US$ 9 millones, una enormidad para la industria de hace medio siglo.
¿El motivo detrás de esos desajustes? El tiburón en tamaño real que construyeron –apodado “Bruce”, en honor al abogado de Spielberg– presentó serias fallas en su funcionamiento, a tal punto que hubo jornadas completas en que no estuvo habilitado. Esa dificultad se disparó debido a que las filmaciones de las escenas en el mar se realizaron en el océano Atlántico, lo que suponía un enorme desafío para todos los departamentos del filme. Frente a esos obstáculos, el director respondió con astucia e ingenio, eligiendo mostrar al animal sólo en momentos puntuales y confiando en la dinámica entre los personajes interpretados por Roy Scheider, Richard Dreyfuss y Robert Shaw.
Steven Soderbergh, quien se encuentra escribiendo un libro sobre la complicada trastienda del largometraje y ha accedido a los informes de producción, ha sido categórico en su análisis. “Ningún otro director en el planeta podría haber sobrevivido y hecho Tiburón”, indicó recientemente al portal Deadline. “Había tanto material fisionable como para generar una explosión, y eso fue lo que sucedió”, apuntó.
La cinta –respaldada por Universal mediante una campaña sin precedentes– fue un éxito instantáneo en su lanzamiento en los cines. No sólo recuperó su presupuesto casi al instante, sino que se convirtió en la película más taquillera de todos los tiempos, un lugar que sólo le arrebató la Star Wars original dos años después.

En efecto, en un rango de 24 meses, los filmes de Spielberg y George Lucas inauguraron un formato que se extiende hasta nuestros días: producciones costosas y entretenidas pensadas para un público masivo que debutan en la cartelera justo para las vacaciones de verano del hemisferio norte (invierno nuestro). Su fenómeno también provocó la proliferación de vástagos: si Star Wars popularizó las aventuras espaciales, Tiburón puso de moda las historias sobre bestias marinas que horrorizan a comunidades, un tipo de relato que se conserva vigente hasta la actualidad.
Por sobre todo, la película basada en la novela de Peter Benchley presentó a un director que en los años siguientes realizaría Encuentros cercanos del tercer tipo (1977), Indiana Jones y los cazadores del arca perdida (1981) y E.T. (1982), y terminaría influyendo en todas las generaciones posteriores de realizadores. De esos títulos mencionados, todos clásicos de Hollywood y el cine en general, Tiburón es probablemente la destilación más sobria de sus talentos.
Como acaba de escribir Ann Hornaday, crítica de cine de The Washington Post, “es sin duda un vehículo para el espectáculo y la sensación. Pero bajo su turbulenta superficie se esconde un mecanismo eficiente e impecablemente construido de entretenimiento en su estado más puro”.

Su 50° aniversario se celebrará con toda la fanfarria que amerita la ocasión. Este 10 de julio la plataforma Disney+ estrenará Tiburón: La historia de un clásico, un documental que se sumerge en la realización del filme con testimonios de sus artífices y analiza su legado con la participación de figuras como James Cameron, George Lucas, Robert Zemeckis y Guillermo del Toro. En tanto, en septiembre el Museo de la Academia de Artes (ubicado en Los Angeles, EE.UU.) inaugurará una exhibición que incluirá objetos originales y estudiará sus escenas más icónicas.
Además, el propio Spielberg aparecerá en una introducción que se emitirá antes de que la cadena NBC vuelva a transmitir la película. Ese hito está programado para la noche del 20 junio, justo el día en que se celebran sus cinco décadas de vida.
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