Aránguiz-dependencia y mala lectura de Álvarez: los errores que enredan el camino de la U en la Copa Libertadores
Una versión irreconocible de azules sucumbió ante Estudiantes. La ausencia del Príncipe es una de las razones que explican la drástica baja de rendimiento. Los números de Gonzalo Montes no fueron los mejores.

Universidad de Chile venía realizando una temporada casi impecable, ya sea en los resultados como en el funcionamiento. Era la propuesta más convincente dentro del fútbol criollo. Sin embargo, ese andar tuvo un aterrizaje forzoso en la noche del miércoles. Estudiantes de La Plata, un equipo copero por esencia, desnudó el lado más frágil de la U, sobre todo, en un primer tiempo que se hizo insoportable para los azules. Ni el más pesimista hubiera augurado que este encuentro sirviera de disparador para las dudas respecto al planteo de Gustavo Álvarez.
El equipo estudiantil acarreaba una racha invicta de siete partidos, en todas las competencias (Libertadores, Copa Chile y Liga de Primera), lo que era completamente opuesto a la realidad de los Pincharratas, que incluso tenían al entrenador Eduardo Domínguez contra las cuerdas. El invicto en el torneo continental se acabó de la peor manera para los azules, en un resultado que le pone obstáculos al camino de la U en la Libertadores.
La dependencia de Aránguiz y más
La ausencia de Charles Aránguiz terminó generando un dolor de cabeza para el entrenador. No es novedad decir que el ex Bayer Leverkusen es una pieza vital para el engranaje de la U. La “sala de máquinas”, como le dicen ahora. Se optó como su reemplazante a Gonzalo Montes y la apuesta no resultó. El exjugador de Huachipato no fue el complemento ideal para Marcelo Díaz en el eje. A la larga, la no presencia del Príncipe dejó expuesto a Carepato, en una zona en la cual se impuso con propiedad su colega Santiago Ascacibar, capitán de Estudiantes.
Los datos de Sofascore indican que Montes, reemplazado para el segundo tiempo, registró el 70% de los pases precisos (19/27), no remató a portería, ganó la mitad de los duelos (dos de cuatro) y tuvo 10 posesiones perdidas. Hay una diferencia marcada si se compara con los números de Aránguiz en su última presentación, ante Católica en el clásico. En ese juego, el formado en Cobreloa registró el 89% de pases precisos (42 de 47), dio un pase clave, dos de tres pases largos acertados y solo perdió seis posesiones.
Álvarez no estuvo de acuerdo con la idea de que el rival fue superior. “No vi a un Estudiantes dominante. Segundo, dije que después del segundo gol dejamos espacio y mostramos cierta vulnerabilidad como en el tercer gol. Me parece que en el segundo tiempo la historia fue totalmente diferente. Y por último, le digo, que una de las tareas del entrenador es poner siempre el equipo por encima de los nombres propios para no depender de ellos”, emitió. El fantasma de Aránguiz penó.

El DT campeón con Huachipato, siempre mesurado y analítico, se ofuscó al ser consultado por el análisis de su colega Domínguez, quien dijo que Estudiantes tuvo superioridad numérica en el mediocampo y los laterales. “¿Estudiantes nos manejó la pelota en el medio? ¿Que ganamos duelos defensivos y perdimos duelos defensivos en el medio? ¿Que ganamos y perdimos duelos ofensivos? Sí. Pero superioridad numérica en este partido no hubo. Hay que saber sumar y restar, matemática", lanzó.
Aunque Álvarez haya contenido la autocrítica, lo cierto es que el DT falló en la estrategia. A diferencia de la UC el sábado, Estudiantes sí fue a disputarle la pelota. Esto hizo frágil a la defensa y a los laterales. Un rival que atacó preferentemente por afuera hizo feble un diseño defensivo que, en partidos anteriores, era un reloj. Es cosa de revisar el primero y el tercer gol.
En el complemento, la U movió el avispero con cuatro cambios. Es una señal nítida de disconformidad. Más por ímpetu y deseo que por otra cosa, empujó en la búsqueda de estrechas las diferencias, sin embargo no alcanzó. El portero argentino Mansilla estuvo lejos de ser la figura del compromiso. En este tipo de partidos, donde la exigencia es mucho mayor en relación con el fútbol local, cometer las fallas que cometió la U son pecados mortales.
El empate no era mal negocio para la U, toda vez que aseguraba, a lo menos, la Copa Sudamericana. Sin embargo, ahora la lucha quedó más apretada en el grupo A. La próxima semana, recibe a Carabobo, el más débil de la zona y el colista. Donde se complica la situación es que cerrará la fase grupal ante Botafogo, en Brasil. No es lo más halagüeño jugarse una clasificación en Río de Janeiro. Lo próximo para los laicos es el duelo de Copa Chile ante Recoleta, este viernes, donde se espera un elenco repleto de suplentes.
La calculadora para meterse en octavos
Después de terminar las tres primeras fechas grupales de manera invicta, Universidad de Chile sufrió un duro revés en la Copa Libertadores. Sin embargo, la derrota de 3-0 en el estadio Nacional ante Estudiantes de La Plata compromete solo en parte la clasificación a la segunda ronda del torneo internacional.
A falta de dos jornadas para el final de la fase grupal, el equipo azul solo depende de sí mismo para avanzar a los octavos de final del máximo torneo sudamericano a nivel de clubes. Una instancia que no ocurre desde 2012, cuando cayó en la semifinal de esa versión de ese torneo a manos de Boca Juniors, escuadra que cayó en la definición del título frente a Corinthians de Brasil.
Al margen de la derrota ante los pincharratas, la victoria del campeón Botafogo en su visita a Carabobo, el martes pasado, complicó aún más a los estudiantiles. Tras ese triunfo, los cariocas que han perdido dos partidos (incluido el estreno con la U) sumaron 6 puntos en el Grupo A, uno menos que el equipo chileno.
Peor aún, la modesta escuadra venezolana solo tiene una unidad en la actual versión del torneo, producto del empate como local que obtuvo frente los azules. Es más, los brasileños y también Estudiantes ya ganaron en su visita a Carabobo.
Pero la escuadra de Universidad de Chile no debería estar preocupada. Después de cuatro jornadas suma 7 puntos y está en la segunda posición de su zona, suficiente para meterse en octavos.
Además, en la próxima fecha (martes 13 de mayo) recibirá al humilde cuadro venezolano que ya perdió tres de sus cuatro enfrentamientos. Con una eventual victoria, el elenco de Álvarez llegaría a los 10 puntos, pero debe ganar por más de un gol para mejorar la diferencia.
“La gran parte de la clasificación a la segunda ronda la jugamos acá en Santiago frente a Carabobo. Todavía dependemos de nosotros”, dijo el técnico de la U Gustavo Álvarez tras la derrota.
En el otro partido del Grupo A, Estudiantes visita a Botafogo en el Nilton Santos de Río de Janeiro, el miércoles 14 de mayo. En este partido, el resultado que más acomoda a los universitarios es una victoria de los argentinos.
En ese escenario, los transandinos sumarían 12 puntos y los cariocas se quedarían con 6, sin opciones de alcanzar a los chilenos que ya tendrían 10. Si empatan, los platenses tendrán 10 y Botafogo 7, que podría hacer 10 si vence a la U, el 27 de mayo en Brasil.
Si O Fogao gana Estudiantes todo se complica para Universidad de Chile, pese a que podría quedar puntero, con argentinos y cariocas con 9. Con ese panorama, los azules deberían solo empatar en la última fecha en Brasil para meterse en octavos. Ahí, no importaría lo que ocurra con Estudiantes y Carabobo en La Plata.
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