Después del 0-7 ante Cruzeiro, el ánimo en el plantel de Universidad de Chile sufrió un profundo remezón. Hubo muchas críticas, sobre todo hacia los referentes. Entre ellos, Mauricio Pinilla, quien jugó varios partidos sin estar al ciento por ciento, por distintas dolencias en los tobillos y por un virus estomacal.

La desmejorada condición física del goleador hizo que el cuerpo técnico interino decidiera darle descanso para que pudiera recuperarse bien. Así, tras la fatídica noche en Belo Horizonte, el sanmiguelino recién ayer volvió a sumar minutos. Y lo hizo en gran forma.

"Estuve ocho días con un virus, que me hizo perder cuatro o cinco kilos. Todavía estoy tres kilos y medio bajo mi peso. Lo pasé bastante mal, hice una semana de trabajo intensa, que me hizo llegar de buena manera a este partido. Pero el técnico determinó que entrara en el segundo tiempo. Estoy enamorado de la U y lo que me toque jugar lo voy a hacer con el alma", dijo tras el partido.

El gol de Diego Buonanotte obligó al DT Esteban Valencia a cambiar la propuesta conservadora del primer tiempo a una que le diera mayores opciones. Ante ese escenario, el Huevito hizo ingresar a Pinigol en el inicio del segundo tiempo por el discretísimo Isaac Díaz. La variante surtió efecto, sobre todo, porque el ariete ganó la mayoría de los duelos aéreos a los centrales de la UC, marcando diferencias inmediatamente.

En cada jugada, el 9 azul se las arreglaba para complicar. También recibió varias faltas, y sus aparatosas caídas despertaban la ira de los hinchas cruzados en San Carlos de Apoquindo.

Los laicos ganaron peso ofensivo por las bandas, especialmente por el sector izquierdo del ataque. Por esa zona llegó el momento estelar de Pinilla. Nicolás Guerra abre el balón hacia Jean Beausejour, quien encaró y sacó un centro algo pasado, que el goleador azul se encargó de arreglar con una espectacular contorsión. El tanto fue un desahogo para el artillero, quien les sacó la lengua a los hinchas de la franja y emprendió una loca carrera hacia el codo norponiente, para celebrar con Los de Abajo. El festejo le costó caro, pues al encaramarse en la reja sufrió corte en la mano y, además, se ganó una tarjeta amarilla que le impedirá jugar en la próxima fecha ante Palestino.

"Esto es un clásico, se vive de manera intensa. Siempre he celebrado los goles con la gente de la U y acá había un par de puntas más. También se me había olvidado que tenía cuatro amarillas y que me perdía el partido con Palestino. Si hubiera sabido, lo habría pensado un poco más".

A pocos minutos del final, Pinilla tuvo el 2-1, pero su remate en la entrada del área, y sin marca alguna, se fue elevado.

Pero no sólo en el aspecto ofensivo destacó el ex jugador de Atalanta, sino también colaborando defensivamente, ganando cabezazos en su área.

"Nos vamos tranquilos con el punto, estamos retomando confianza. En el primer tiempo tratamos de hacer un juego equilibrado, seguramente fuimos menos profundos, pero más consistentes atrás. Logramos defendernos de buena manera. Después llegó el gol y podríamos haber empujado hacia el triunfo. Tuvimos varias ocasiones, pero por cómo se dio el partido, el empate no es injusto", reflexionó.