Los sueños se cumplen y Carlos Alcaraz (3° del ranking ATP) continúa escribiendo su propia historia. En un increíble partido, el español batió a Alexander Zverev (4°) y se coronó en Roland Garros, obteniendo el tercer Grand Slam de su carrera. En una final dramática, el murciano se impuso sobre el alemán, por parciales de 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2, en cuatro horas y 19 minutos.

En un encuentro tenso y plagado de emociones en París, el hispano volvió a deslumbrar. Así, se convirtió en el séptimo jugador en ganar finales de majors en las tres superficies que tiene el tenis y el más joven de la historia. Sin dudas, un talento generacional, que toma el legado de Rafael Nadal en la arcilla francesa. También, le arrebató el segundo lugar del ranking ATP a Novak Djokovic y ahora acecha a Janick Sinner.

Fue un partido intenso, de alto vuelo, que incluso arrancó con un ritmo elevado. Alcaraz intentó aprovechar cualquier error y tras dos dobles faltas del alemán, logró el primer quiebre en el primer juego. Fue una verdadera batalla, un enfrentamiento de tú a tú entre dos de los mejores de la actualidad.

El segundo fue un paralelismo, pues el hispano también comenzó una doble falta en su servicio y Zverev logró recuperar el break al instante. Era un anticipo de la disputa que protagonizarían ambos tenistas, que luego de un par de games, se soltaron y comenzaron a desplegar su mejor tenis.

Alcaraz nuevamente aprovechó los errores de Sascha y volvió a quebrar en el quinto juego. Lo confirmaría en el siguiente y se adelantaría en la definición. La consistencia del alemán no podía hacer nada ante la variedad de tiros y recursos del español, que comenzó a dominar, a tomar las riendas del partido. Fue un espectáculo de cambios de dirección, de altura y de golpeos. El nacido en el Palmar cerró quebrando nuevamente y se llevó el set con un 6-3.

En el segundo, en tanto, Zverev comenzó a recuperar el ritmo y sus ataques empezaron a hacer daño, mientras que también mejoró en la lectura. Logró desalinear al murciano, logrando breaks en el quinto y séptimo juego. Fue un contundente 6-2.

Partido de alto ritmo

La tercera manga fue un espectáculo. Ambos sabían que era crucial para la obtención del título. Alcaraz quebró en el cuarto game y parecía sacar ventaja. Todo indicaba que lograría abrochar el set, pero el alemán cambió de actitud y obligó a una definición de infarto. Se recuperó en el noveno y aprovechó su envión. En contraste, el hispano demostró su desesperación ante un nuevo break y se quejó duramente con el juez de silla por el estado de la cancha. Sascha, por su parte, cerró 7-5 con su servicio, concretando una impecable remontada.

Alcaraz salió del paso y dio vuelta la página rápidamente. Restableció su mente y su juego, logrando quebrar dos veces seguidas y una más en el cierre. Los papeles se invirtieron. Ahora, era el alemán el que se veía desconcertado, sin intención en sus golpeos. Fue un 6-1 para el hispano.

El partido entró en tierra de definición. Con aces, grandes golpeos, errores no forzados y rallies espectaculares, el último set tuvo de todo. El murciano estaba siendo atropellado, pero una determinación del umpire desconcentró al alemán y le dio vida. Fue un error del juez que perjudicó a Sascha y le dio un supuesto ace al español. Según mostró la transmisión, la pelota fue mala por pocos milímetros, pero lo fue.

El hispano se recompuso nuevamente y salió de los apuros que lo dejaron al borde del break, para después ser él el que consiguiera dos quiebres trascendentales. Poco a poco fue encaminando su triunfo, a pesar de los embates e intentos de Zverev, que sigue sin ganar algún Grand Slam. A punta de desgaste y talento, Alcaraz logró cerrar el partido y se coronó con la Copa de los Mosqueteros.

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