La diplomacia rusa aseguró estar a la espera de una respuesta contundente del director general de la OIEA, Rafael Grossi, condenando lo ocurrido.
8 abr 2024 00:31 PM
La diplomacia rusa aseguró estar a la espera de una respuesta contundente del director general de la OIEA, Rafael Grossi, condenando lo ocurrido.
El ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, señaló que los ucranianos han llevado a la región de Zaporiyia, escenario de los combates, brigadas de reserva entrenadas por los aliados occidentales. Los enfrentamientos en el sureste podrían ser una de las claves de la guerra. Si ceden las defensas rusas, las fuerzas ucranianas pueden avanzar hacia la costa sur y posiblemente dividir a las fuerzas enemigas en dos.
La localidad se ubica a unos 50 km de la central nucleoeléctrica de Zaporiyia, ocupada por las fuerzas rusas desde las primeras semanas de la guerra. La caída de proyectiles en los alrededores de la planta ha generado temores de que pueda ocurrir un accidente nuclear. En Rusia, una fábrica de producción militar fue atacada presuntamente por drones ucraninos, lo que dejó una persona muerta, 60 heridas y ocho desaparecidos.
Son tal vez el arma más característica de esta guerra. Los diminutos y baratos drones de “visión en primera persona”, diseñados para estrellarse directamente contra un objetivo.
El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, dijo que “tener tales explosivos en el sitio es inconsistente con los estándares de seguridad del OIEA y la guía de seguridad nuclear, y crea una presión psicológica adicional para el personal de la planta". "Es una decisión militar, y en un área controlada por militares”, respondieron las autoridades rusas a los expertos.
El gobernador de la provincia ucraniana, Yuri Malashko, dijo que “el enemigo ha lanzado 36 ataques contra diez localidades pacíficas en Zaporiyia”. Por su parte, la coordinadora humanitaria de Naciones Unidas para Ucrania, Denise Brown, condenó el ataque y dijo que “tras 500 días de invasión a gran escala por parte de Rusia, los civiles siguen muriendo y resultando heridos”.
Renat Karchaa, asesor del jefe de Rosenergoatom, entidad que gestiona la red nuclear rusa, declaró que Ucrania planeaba arrojar sobre la central munición impregnada de residuos nucleares transportados desde otra de las cinco centrales del país. Desde Kiev, en tanto, se acusó a los rusos de colocar artefactos explosivos en el techo del tercer y cuarto reactor de la planta.
No obstante, el equipo de trabajo del Organismo Internacional de Energía Atómica -dependiente de Naciones Unidas-, que está estacionado permanentemente en la planta, aún no ha obtenido acceso a algunas áreas de la instalación. Parte de las salas de turbinas y el sistema de enfriamiento aún deben ser inspeccionadas.
El secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano, Oleksii Danilov, señaló que, en caso de que se produjera un ataque ruso contra la planta, la comunidad internacional debe tener una reacción “instantánea” y contundente.
Según destacaron desde el Ejército ucraniano, la destrucción de esta nueva presa, cerca de la localidad de Novodarivka, provocó inundaciones a los dos márgenes del río Mokri Yala.
El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, en un comunicado repitió advertencias anteriores de que la situación de seguridad en torno a la planta nuclear “sigue siendo muy precaria y potencialmente peligrosa”.
“Ahora más que nunca, la presencia del Organismo Internacional para la Energía Atómica en la central nuclear de Zaporiyia es de vital importancia para ayudar a prevenir el peligro de un accidente nuclear y sus posibles consecuencias para la población y el medioambiente en un momento de mayor actividad militar en la región”, indicó el director de la entidad, Rafael Grossi.
Kiev acusó a las fuerzas rusas de volar la represa y central hidroeléctrica de Nova Kakhovka, en el río Dniéper, en la región de Donetsk, mientras que los funcionarios rusos culparon a los ataques militares ucranianos en la zona en disputa.
Expertos del Organismo Internacional para la Energía Atómica presentes en la planta informaron que la central no se ha visto afectada, pero que "la proximidad de las acciones bélicas una vez más subrayó los peligros persistentes de seguridad y protección nuclear, en un momento de mayor especulación sobre futuras operaciones militares en la región”.
En esa localidad de Ucrania -donde se ubica la planta nuclear más grande Europa- aún permanecen unas 3.000 personas, lo que equivale a una sexta parte de la población en febrero del año pasado, según datos de Naciones Unidas, y donde los continuos bombardeos rusos han destruido y dañado numerosas casas.