Tres brunch para celebrar a mamá
Elija entre estos tres brunch para celebrarla de mañana y sin aglomeraciones.

Margó en hotel W

Si busca una amplia terraza, espaciosa, al aire libre y calefaccionada, el Margó, de Isidora Goyenechea, puede ser una buena opción.
Hace poco más de un mes abrió en el subterráneo del hotel W, donde antes estuvo el restaurante de Coquinaria.
A diferencia del local de La Dehesa, este tiene brunch. Es uno a la carta, donde cada uno elige qué probar.
¿Un imperdible? El “huevo pochado con jamón”, ($ 5.500), con jamón crudo y tocino crocante sobre tostadas, y el “omelette” ($ 4.600), la tortilla de huevo francesa que puede ser con queso mantecoso o con berenjenas, por ejemplo.
Si quiere acompañar con algo dulce, está la “tarta de chocolate y nuez” ($ 2.850), de masa de nuez, rellena de caramelo, con una cubierta de chocolate amargo que queda perfecto con el “jugo natural de maracuyá” ($ 2.600).
Casero en barrio Italia

Silvestre Bistró es un local recién remodelado en barrio Italia, que acaba de ganar el Premio Mejor Relación Precio-Calidad del Círculo de Cronistas Gastronómicos.
Ahí, en una terraza al aire libre, hecha con materiales reciclados y rodeada de aromáticas hierbas, encuentra uno de los mejores brunch de Santiago.
Se trata de un colorido plato con distintas preparaciones: un cuscús con verduras salteadas y curry; unos buñuelos de masa delgada rellenos con salmón, y una “caponata”, un guiso italiano de tomates y berenjena que se come con pan focaccia hecho en el lugar.
Eso, más un jugo natural, café a elección y otro plato con pequeñas porciones de postres, como la “torta borracha” -de chocolate con licor de hierbas- y el semifrío con frutos rojos, de textura cremosa y toque justo de acidez. Todo por $ 12.000.
Tradicional en Vilapert

¿Conoce el Villa Real? Es el clásico salón de té de Pedro de Valdivia, famoso -entre otras cosas- por sus “tapaditos” y sopaipillas pasadas.
Vilapert llegó a continuar esa historia hace unos años en Luis Pasteur y luego en Av. La Dehesa.
Ahora, hace seis meses, comenzó a operar también en Enrique Foster, en una versión moderna, con brunch todos los días.
Incluye jugo de naranja natural, café, yogur con granola y dos “tapaditos” en formato más grande que los tradicionales ($ 8.000) y de los que se escogen entre las ocho versiones que ofrecen, entre ellas, de “palta y huevo pochado” o “huevos revueltos con jamón”, además de clásicos como ave-pimentón.
Acompáñelo con alguno de los pasteles, como el famoso de “hojarasca con manjar”, que parece de esos que se hacen con tarros de leche condensada ($ 2.750).
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