Izkia Siches: la caída de una estrella fugaz

02/06/2022 FOTOGRAFIAS A LA MINISTRA DEL INTERIOR, IZKIA SICHES Mario Téllez / La Tercera ISKIA SICHES PASTEN - MINISTRA DEL INTERIOR Y SEGURIDAD PUBLICA - ENTREVISTA - RETRATOS - DEPENDENCIAS - PALACIO DE LA MONEDA

Pasó de ser la mujer responsable del triunfo de Gabriel Boric a una de las ministras peor evaluadas durante su gestión en Interior. La doctora del Colmed fue una de las primeras caras que se asumió que saldría del cargo tras el plebiscito. Hoy, mirando de lejos lo que ocurrió, ha dicho que su paso por La Moneda y los errores que se cometieron son un aprendizaje que servirá para toda la nueva generación gobernante, solo que sin ella, por ahora, ya que descarta un futuro político. Su único objetivo hoy es volver a ser una desconocida.


Han pasado cuatro meses desde que dejó el cargo como la primera ministra del Interior en La Moneda, y cuando sus cercanos le preguntan por el tema, Izkia Siches no tiene complejos en hablarlo. Ha hecho bromas, lo ha conversado en serio y se ha reído de sí misma también. Solo que en esas interacciones hay una conclusión que ella misma ha asomado más de una vez a su círculo de confianza: que pese a que no se arrepiente de nada, integrar un cargo como la cartera de Interior, quizás, fue demasiado apresurado.

Ese no era el mismo pensamiento que tuvo el 11 de marzo de este año, cuando, de traje burdeo y tacos blancos, la imagen de la jefa de gabinete arriba del Ford Galaxie acompañando al Presidente Gabriel Boric en el clásico recorrido hasta La Moneda, hizo patente el poder que hasta ese entonces tenía su figura.

11 Marzo 2022 El recien asumido Presidente de la Republica, Gabriel Boric, llega a la Moneda junto a la nueva Ministra del Interior, Izkia Siches, luego del cambio de mando realizado en el Congreso Nacional. Primer discurso Plaza de la Constitucion. Foto: Andres Perez

Su debut no podía ser menos y hasta ella misma lo ha reconocido a sus cercanos: después del triunfo en la segunda vuelta, era raro que ella volviera a su casa. Porque lo cierto es que, tras integrarse el 25 de noviembre de 2021 a la campaña presidencial, Siches se convirtió en la mujer responsable del triunfo de la coalición frenteamplista. Lo hizo después de dar un giro rotundo a la estrategia de campaña, recorrer en bus junto a su recién nacida hija, Khala, de Arica a Puerto Montt -con el fin de revertir la ventaja que había dejado José Antonio Kast en primera vuelta- y sumarse al círculo de confianza del Presidente.

26 de noviembre del 2021 El candidato Gabriel Boric, recibe a la ex presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, en su comando, en la comuna de Providencia, a un grupo de médicas y médicos adherentes a su campaña y a la ex Presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, quien a partir de este viernes se integrará a su comando.

Nadie podía negar su poder político. El día del triunfo, el sobrenombre “Queen Izkia” fue muchas veces trending topic en Twitter y el mismo público que estuvo alrededor del escenario en la Alameda el 19 de diciembre aclamó su nombre varias veces hasta que finalmente la doctora se subió a hablarles a los presentes -cosa que no hicieron otros importantes integrantes de la campaña, como Camila Vallejo-.

Con esa popularidad -y la que arrastraba como presidenta del Colmed durante la pandemia-, Izkia Siches arribó junto a su hermético círculo de doctores a La Moneda Chica, a ser una pieza clave para armar el diseño de lo que sería el primer gabinete. Por ese entonces, en el oficialismo incluso le pusieron un apodo: “la jefa”, le decían.

Prueba de ello fue la primera visita a La Moneda que tuvo el recién electo presidente con Giorgio Jackson a un lado e Izkia Siches al otro. En esa reunión con el expresidente Sebastián Piñera y sus ministros de gobierno, Siches instaló lo que creía sería su forma de trabajo: preguntó si era posible trabajar desde un ministerio sin estar disponible 24-7, dejando espacios para la familia.

Chilean president-elect Gabriel Boric (C) gestures as he arrives alongside his spokeswoman Izkia Siches (R) and deputy Giorgio Jackson at La Moneda palace before a meeting with Chilean President Sebastian Pinera in Santiago, on December 20, 2021. - The Chilean stock market and peso took a beating Monday after leftist millennial Gabriel Boric became the country's youngest-ever president-elect with an unexpectedly substantial victory over his far-right rival. (Photo by JAVIER TORRES / AFP)

Ser la primera mujer ministra del Interior con una hija de menos de un año no era para menos. Ese fue y será uno de los costos que Siches tuvo que asumir desde un principio: perderse momentos importantes de su maternidad por el cargo. Al principio, si bien sabía que su cartera era non-stop, la ministra del Interior quiso hacer el punto:

“Si promovemos una semana laboral de 40 horas, no podemos estar trabajando 60. Hace mal. Si no cuidamos el sueño, si no tenemos actividad física, vamos a engordar y nuestros equipos se van a quemar”.

El problema es que si bien Siches sabía que quemarse estaba dentro de las posibilidades y que asumir en Interior era una “misión suicida”, como había transmitido a sus cercanos al poco andar, se daría cuenta de que “habitar el cargo”, como dice Gabriel Boric, no sería como ella se lo imaginó.

En el ojo del huracán

El primer traspié llegó apenas tres días después de haber asumido. En una improvisada visita a La Araucanía que terminó con disparos, mientras Siches arribaba a Temucuicui, quedó en evidencia la inexperiencia del grupo que venía llegando a La Moneda. Aunque, en ese momento, en su círculo hicieron un punto: los nombres de los asesores Salvador Millaleo y Rubén Sánchez para abordar el conflicto en La Araucanía no habían sido propuestos por ellos, sino que por el jefe de gabinete de Gabriel Boric, Matías Meza-Lopehandía. Eso, explican desde su equipo, traía culpas conjuntas que nunca se asumieron.

Si en algún momento se pensó que el estilo espontáneo de la ministra del Interior podría traerle beneficios comunicacionales, el 6 de abril, en la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, quedó claro que no. Ese día, Siches hizo alusión a que durante la gestión de su antecesor, Rodrigo Delgado, existió un avión de migrantes expulsados hacia Venezuela que despegó y volvió con los mismos pasajeros a territorio nacional.

“¡Con todos los pasajeros expulsados! Mis felicitaciones al gobierno anterior, porque tuvo la capacidad de tapar esto con tierra no sé cómo. (...) Cuando hagamos nuestras expulsiones necesarias tenemos que garantizar que no nos pase lo mismo, porque es una chambonada a nivel nacional que es realmente impresentable”.

Quienes conocen a la exministra aseguran que tras ese impasse fue la primera vez que pensó en renunciar. Sobre todo porque, según cuenta una fuente de gobierno, Siches sintió que su equipo no la estaba cuidando como debiese.

Por eso, al día siguiente comenzó a preguntar a sus cercanos por personas con más experiencia que ya hubieran trabajado en gobiernos anteriores para reforzar su equipo de trabajo. El giro en su estrategia comunicacional fue notorio: hasta su voz y manera de vestir fueron señales de que algo estaba cambiando. Hoy, ella misma ha reconocido que el mal manejo comunicacional fue una de las cosas que afectaron su paso por Interior y que le hizo difícil lidiar con los medios: “No son lo mío las comunicaciones, porque soy muy espontánea”, ha comentado en espacios de confianza.

Aunque los problemas de los que Siches tenía que hacerse cargo en Interior, como la delincuencia y La Araucanía, " eran como ministerios por sí mismos”, según ha comentado a sus cercanos, existía un fuego amigo que le hizo más difícil aún ejercer como jefa de gabinete. En el gobierno no son pocos los que reconocen los roces entre Siches y Jackson -principalmente-, que se arrastraban desde el trabajo en La Moneda Chica. El problema era este: Jackson desconfiaba del círculo de médicos de Siches y eso hizo que las culpas de sus primeros traspiés apuntaran hacia su jefe de gabinete, el médico Roberto Estay.

Roberto Estay, exjefe de gabinete de Izkia Siches.

De hecho, uno de los momentos en que se le vio más abatida fue cuando se filtró que desde Presidencia habían pedido la renuncia de Estay. Eso hizo enojar a Siches, quien rápidamente salió a desmentir la situación y a respaldar a su jefe de gabinete diciendo que contaba con toda su confianza:

“Desde el Ministerio del Interior siempre estamos trabajando por fortalecer nuestro equipo, pero cuando existan anuncios los voy a hacer yo y no por trascendidos por la prensa”, dijo a los medios a principios de mayo.

Sin embargo, el 18 de mayo la salida de este se concretó de todas formas y en su reemplazo debutó la ahora ministra de la Segpres, Ana Lya Uriarte -quien la venía asesorando en secreto desde antes-. A partir de ahí, el equipo de Siches cambió. El problema es que, por más estrategias nuevas que se implementaran, Siches no volvería a recuperarse de sus errores y de a poco iría perdiendo el poder que tuvo en un principio.

Eso, dicen en La Moneda, comenzó a verse a pocos meses del plebiscito de septiembre, cuando ya la ministra del Interior tenía asumido que salía de la cartera. Al interior de La Moneda, quienes conocen a Siches dicen que siempre mantuvo una actitud reservada frente a lo que estaba viviendo. Durante esos meses se apoyó en su familia, en su círculo del Colmed -los que estaban adentro y afuera de Palacio- y no fueron pocas las veces en que también se acercó hasta la oficina de la exministra de Desarrollo Social Jeannette Vega -una de sus amigas más cercanas- a conversar y sincerarse.

Así, algunos recuerdan cómo, de a poco, la jefa de gabinete comenzó a dejar atrás el rol que tuvo como jefa de campaña de Boric. Eso se notaba en el comité político ampliado con los partidos oficialistas, donde Siches tomó cada vez menos la palabra. O cómo, muchas veces, se le vio en segundo plano en los puntos de prensa liderados por Camila Vallejo.

Un mes antes de la derrota del Apruebo, las sospechas que tenían se concretaron en una íntima conversación que la exministra sostuvo con el Presidente. La única certeza que tenía Izkia Siches a partir de ese momento es que su paso por Interior llegaba hasta la primera semana de septiembre.

Volver a ser una NN

“¡Buscamos sala cuna!”.

Ese era el mensaje que salía en la primera foto que Siches subió a su cuenta de Instagram después de dejar el cargo de ministra: una imagen junto a su hija Khala en brazos.

La publicación decía algo más que esa petición. Daba cuenta de uno de sus alivios más grandes tras haber vuelto a ser una ciudadana común y corriente, la de volver a estar tiempo completo en su maternidad. “Se estaba perdiendo de muchas cosas”, dijo su madre, Miriam Pastén, a La Tercera a principios de octubre.

Siches ha transmitido que siempre supo que su trabajo en Interior llegaba hasta septiembre, así lo ha dicho cuando le preguntan del tema. Si hubiera querido un futuro político, jamás habría entrado a Interior, sino que habría optado por un ministerio como Obras Públicas o el Minsal, ha dicho.

Si bien el equipo que la acompañó en Interior aún sigue en el gobierno -la mayoría de los Colmed en Segpres, otros en Salud y unos pocos en la cartera de origen-, en el grupo quedaron con un sabor amargo. Todos resienten que Izkia Siches fue quien tuvo que pagar mayores costos por ser independiente y no pertenecer al círculo de Apruebo Dignidad. Sobre todo, porque otros ministros cercanos al Presidente, que tampoco estaban bien evaluados, llegaron a otras carteras haciendo enroques.

De todas formas, la exministra ha dicho que el cambio en el manejo gubernamental tenía que ser rotundo, y en eso no dudó en acusar recibo de su mala gestión. Incluso, cuando eso significaba salir de La Moneda y no pasar a otras carteras. Hoy, tras cuatro meses de reflexión, ella ha transmitido que esto fue un proceso de aprendizaje y que los errores que se cometieron en esos primeros seis meses servirán a la nueva generación gobernante que va a tener más y mejores herramientas para enfrentar el futuro, aprendiendo de esas lecciones. “Sus reflexiones son mucho más personales que buscar la culpa en terceros”, dice un cercano.

Tras 27 días fuera del gobierno, Izkia Siches retornó a lo que era su vida antigua: el 3 de octubre volvió al policlínico de Infectología en el Hospital San Juan de Dios, el lugar donde ha trabajado desde que se recibió como médico, para terminar su beca de especialidad.

Fiel a su estilo, la exministra ha registrado casi todos los días su rutina en redes sociales, publicando fotos con su equipo de trabajo y videos explicativos abordando temas como la vacunación contra el VIH. “Volver al hospital le ha hecho muy bien emocionalmente después de dejar La Moneda, se le ve feliz, volviendo a lo que siempre ha sido su nido”, cuentan en su círculo.

Aunque ha mantenido conversaciones con Gabriel Boric y -más recurrente- con la ministra Ana Lya Uriarte, Siches ha comentado que el vínculo con el gobierno es cada vez menor. Frente a los rumores de volver más adelante a algún cargo, ella ha confirmado que no le han ofrecido nada formal y que fue muy clara con el Presidente al decirle que quería darse un break y no seguir un camino político en el corto plazo.

Hoy, ha dicho, su foco está en su familia y devolver las horas de su beca que a priori serían dos años. Cuando habla del tema con sus amigos, la doctora bromea con que podría escribir un libro dando 10 mil consejos de cómo ser ministra. Pero después añade que eso es más bien algo irreal, porque su foco hoy está en dar vuelta la página y continuar con su vida normal, lejos de la política.

Hay otra cosa en la que ha estado enfocada estos días. Izkia Siches quiere volver a ser una NN. Todavía la gente la reconoce, pero ha dicho a sus cercanos que hacia allá va.

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