Eduardo Bolsonaro: "Si tuviese Chile un presidente que dijera que Hernández es un preso político, las cosas habrían sido más difíciles para la extradición"

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EDUARDO BOLSONARO (GRIS) JUNTO A JAQUELINE VAN RYSSELBERGHE LLEGAN HASTA AL EL MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL A REUNIRSE CON ALFREDO MORENO SANTIAGO, CHILE FOTO: LUIS SEVILLA FAJARDO

"En el pasado reciente, Brasil regalaba refugio y asilo a muchos condenados, principalmente a quienes cometían crímenes en nombre de ideologías de izquierda. No más", dice el parlamentario brasileño e hijo del presidente Jair Bolsonaro sobre el acuerdo con Chile que permitió traer al comandante Ramiro de vuelta al país.


Menos de 24 horas después desde que Mauricio Hernández Norambuena llegara a la Cárcel de Alta Seguridad chilena tras pasar 17 años preso en Brasil, Eduardo Bolsonaro, diputado e hijo del presidente de ese país, explicó a La Tercera PM las motivaciones para conceder finalmente la extradición del comandante Ramiro, condenado allá a 30 años por el secuestro del publicista Washington Olivetto, y en Chile por el asesinato de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards.

-¿Por qué Brasil decide expulsar a Hernández Norambuena?

Este fue un proceso de la Suprema Corte. El papel que el Presidente Jair Bolsonaro tuvo fue de no intervenir contra la extradición. Eso había ocurrido en el caso del terrorista italiano Cesare Battisti, cuando el Presidente Lula decidió no permitir la extradición y declaró a Battisti como refugiado en Brasil.

-¿Cuándo nace esta idea de extraditar a Hernández y por qué?

Una extradición es pedida por el país donde el criminal cometió su crimen, en este caso Chile. Como Hernández estaba condenado a cárcel en Chile y no cumplió toda su sanción, entonces se justificaba el pedido de extradición. Hernández desde 2002 estaba preso en Brasil por el secuestro del publicista Washington Olivetto que duró 53 días. Desde 2002 Chile pedía su extradición.

-¿Con quien lo negociaron en Chile?

No hay negociaciones propiamente tales.. Brasil, por su constitución federal, solo asegura que el país de origen, el extraditado no tendrá sanciones que no existan en Brasil. O sea, Brasil no concede la extradición para países que tengan penas de muerte, tortura o perpetua. Por eso la pena de Hernández será de 30 años de cárcel, lo que es el máximo de sanción por las leyes de Brasil.

-¿Influyó en esto la cercanía política con Chile?

Un poco. Si tuviese Chile un presidente que dijera que Hernández es un preso político o garantice que él no sería condenado, las cosas podrían haber sido más difíciles para la extradición. Pero el Presidente Piñera es un hombre respetable, un estadista, no haría eso. Además, Chile es un país democrático, que respeta los derechos humanos y con un sistema judicial sólido. Si pide una extradición, no hay motivo para no concederla.

-¿Qué condiciones puso Brasil?

Las condiciones legales de nuestra constitución federal. En mi opinión la cárcel perpetua es una buena sanción para estos casos, pero tenemos una constitución federal que sostiene una pena máxima de 30 años, tenemos que respetarla...

-¿Qué señal política quiere dar el gobierno de Bolsonaro?

Brasil dice claramente que no es más un país que recibe terroristas. Si son buscados por la ley de otros países, Brasil los va a extraditar. En el pasado reciente, Brasil regalaba refugio y asilo a muchos condenados, principalmente a quienes cometían crímenes en nombre de ideologías de izquierda. No más. Ahora un criminal no tendrá vida fácil en Brasil, nada está por encima de los derechos humanos, principalmente de las víctimas comúnmente ignoradas por políticos de izquierda y sus grupos guerrilleros.

-¿Qué le parece que Argentina no haya querido extraditar a Galvarino Apablaza, condenado por el mismo crimen?

No conozco este caso, pero si cometió un crimen y fue condenado en su país, que cumpla su pena.

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