El dramático pedido de perdón de Australia por abusos a menores en el país

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Sobreviviente de abusos sexuales en Australia, Carolyn Unwin, de 74 años. AFP / Sean Davey

El primer ministro Scott Morrison señaló hoy ante el Parlamento en Canberra que asume su culpa en no haber "escuchado, creído, y proporcionado justicia" a las miles de víctimas de abuso sexual durante décadas en el seno de varias instituciones australianas.


"Y una vez más, hoy pedimos perdón", señaló el primer ministro de Australia, Scott Morrison, en un discurso ante el Parlamento en Canberra, en referencia a las miles de víctimas de abuso sexual cuando eran niños, al interior de varias instituciones australianas. Así, el gobierno asumió las fallas y el abandono por parte del Estado frente a las víctimas de estos abusos por décadas. "Hoy, como nación, enfrentamos nuestra falta en escuchar, creer y proporcionar justicia", dijo Morrison ante cerca de 800 sobrevivientes de estos abusos que acudieron al Parlamento.

Las disculpas vienen luego de que en diciembre se revelara el informe final de una investigación que duró cinco años, realizada por una comisión gubernamental conformada en 2012. La comisión escuchó a cerca de 17.000 víctimas, de las cuales 8.000 fueron convocadas nuevamente a sesiones privadas para explicar casos que se remontan a 1920. La investigación concluyó que las principales instituciones habían "fallado gravemente" a los niños durante décadas. El gobierno respondió diciendo que se había expuesto una "tragedia nacional". La comisión entregó 400 recomendaciones, de las cuales 122 fueron para el gobierno. El Ejecutivo ya ha aceptado 104 de ellas, incluido un programa de compensación de pagos, y las otras 18 aún están bajo examen.

El premier australiano reconoció que "los delitos de abuso sexual ocurrieron en escuelas, iglesias, grupos de jóvenes, 'scouts', orfanatos, hogares de acogida, clubes deportivos, hogares grupales, organizaciones benéficas y también en hogares familiares", y expresó que "pedimos perdón por cada niñez robada, por cada vida perdida, por la traición a la confianza, por el abuso del poder (...), por cada crimen no investigado, por cada criminal impune, por cada vez que no escuchamos y no creímos".

En la instancia además se anunciaron planes del gobierno para crear un museo y un centro de investigación para concienciar y comprender los impactos del abuso sexual infantil y asegurar que la nación no olvide los horrores que las víctimas han sufrido. Además, se publicará un informe anual durante los próximos cinco años sobre los progresos realizados respecto a las 104 recomendaciones que el gobierno se comprometió a implementar.

Pero el acto del gobierno no es suficiente para las víctimas. "Siguen diciendo 'lo siento, lo siento, lo siento'", dijo a The New York Times Paul Auchettl, abusado sexualmente por un sacerdote cuando tenía 11 años. "Es como si no supiera qué más decir. Necesitamos a alguien que esboce un plan hacia adelante. No es suficiente decir lo siento", señaló. El exconcejal de la ciudad australiana de Ballarat, Paul Tatchell, fue abusado también por un exreligioso, y sostuvo a la cadena ABC: "Hagan algo serio, protejan a la gente (...). Pónganle impuestos (a la iglesia) hasta que se arrodillen".

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