Fin de Avanza Chile y partidos entran con fuerza a La Moneda: Las claves del ajuste ministerial

En medio de una crisis en Chile Vamos, ad portas del plebiscito, y cuando muchos analistas ya hablan del síndrome del "pato cojo", el Presidente busca retomar el control de su gobierno con un cambio de diseño político, donde cede el poder a los partidos en La Moneda y a dirigentes con experiencia. La pregunta es: ¿estará dispuesto a bajar su protagonismo?


Partidos entran a La Moneda

Con el objetivo de superar la crisis interna y liderar la etapa que viene (con un plebiscito), los dos partidos fuertes de Chile Vamos, RN y la UDI, entran pisando fuerte al gobierno, representados por sus dos facciones internas, respectivamente. Mientras un halcón del gremialismo –Víctor Pérez- asume en Interior; el ex competidor de Jacqueline van Rysselberghe en las elecciones pasadas –Jaime Bellolio- llega a la vocería. Al otro lado, con el arribo de Andrés Allamand, Mario Desbordes (dos hombres muy críticos a su gobierno y enfrentados entre sí y Cristián Monckeberg quedan representadas todas las facciones de RN. A partir de ahora, debería volver la paz al bloque.

Sale el último piñerista

Con la salida de Gonzalo Blumel de la Moneda, sale el último miembro original del grupo de colaboradores que acompañó a Piñera –y preparó su segunda administración- desde las oficinas de Apoquindo 3000 bajo el paraguas de la fundación Avanza Chile. Quizá por ello, el Presidente no era partidario de sacar al exministro del Interior y fue él quien lo convenció de que su relación con los partidos había quedado muy dañada y su permanencia se hacía inviable. Con Andrés Chadwick fuera, Cecilia Pérez en Deportes y ahora sin Blumel; Piñera gobernará con un comité político que no es de su exclusiva confianza, algo así como cuando la expresidenta Bachelet designó a Edmundo Pérez-Yoma en Interior en enero e 2008.

De ese grupo original, sólo queda el inmortal Cristián Larroulet en el Segundo Piso.

Un nuevo diseño político

No es primera vez que el Presidente opta por nombres con experiencia para intentar dar un giro al rumbo de su gobierno. Andrés Chadwick (UDI), Pablo Longueira (UDI) y Andrés Allamand (RN) y Evelyn Matthei (UDI) llegaron durante su primera administración para ponerle más peso político a un gabinete desgastado o que había perdido fuerza. No obstante, esta vez aseguran en La Moneda que la apuesta es distinta: Según explican en Palacio, el diseño del Mandatario ahora será diferente y los experimentados nuevos ministros tendrían su venía para hacer gestión política y más libertad para que se muevan en aguas más políticas.

La idea también es que el propio Piñera no tenga que hacer frente por sí mismo a conflictos internos de partidos, ni desordenes de carácter más político. Es decir, evitar protagonismo excesivo en distintas materias, que podrían a la larga perjudicar su gestión y liderazgo.

La pregunta es si el Presidente ¿estará dispuesto a bajar su protagonismo?

El nudo de la Segpres

Gonzalo Blumel (Evópoli), Felipe Ward (UDI), Claudio Alvarado (UDI) y ahora Cristián Monckeberg (RN). La Secretaría General de la Presidencia ha sido una de las carteras que más cambios en su liderazgo ha vivido durante la segunda administración del Presidente Piñera. Y en este nuevo cambio de gabinete fue uno de los ministerios que más dolor de cabeza provocó en el diseño del Mandatario.

Alvarado, quien se desempeñaba en el cargo había sido calificado como “el caza votos” del gobierno, sin embargo, con el estrepitoso fracaso en el Congreso –sobre todo en la reforma por el retiro de fondos de las AFP-, su figura quedó más debilitada. Aunque también se sostiene que su salida responde principalmente a la decisión de remover a Blumel, ya que el propio Alvarado habría planteado –debido a su cercanía- que era injusto que solo el ahora exministro del Interior pagara los costos.

Según señalan fuentes de La Moneda, la carta por la que había optado Piñera en un principio para la Segpres era quien hasta antes del ajuste ministerial se desempeñaba como canciller, Teodoro Ribera (RN). Sin embargo, el ahora exministro de RR.EE. habría rechazado el cargo.

La situación provocó un nudo que fue resuelto con el nombre de otro militante de RN, quién se desempeñaba como titular de Desarrollo Social y antes ejerció como ministro de Vivienda. Monckeberg se transformó en una buena carta por su experiencia parlamentaria y la buena relación que mantiene con varios en la oposición, en momentos claves para un trabajo fluido entre el Ejecutivo y el legislativo.

Retroceso de Evópoli

Sin duda uno de los partidos que más perdió con este nuevo cambio de gabinete fue Evópoli. Con la salida de Gonzalo Blumel de Interior, la colectividad disipó su influencia política en el seno de La Moneda y si bien mantuvieron a uno de sus militantes, Ignacio Briones (Hacienda), en una de las carteras importantes del gobierno, su peso específico en La Moneda, ya no será el de antes.

Justamente entre sus socios de Chile Vamos resintieron en el último ajuste ministerial la supuesta sobrerrepresentación que tenía la colectividad en el gobierno. Pero ahora, según explican en Palacio, Evópoli tendrá un espacio en el Ejecutivo acorde a su tamaño real. De esta manera, el partido solo tendrá dos representantes en los más de veinte ministerios, el encargado de la billetera fiscal y la ministra de Transportes, Gloria Hutt.

Evópoli – que ahora se encuentra liderado por el diputado Andrés Molina, tras la renuncia de Hernán Larraín Matte- fue el partido más alineado con el gobierno en las votaciones por el proyecto de retiro de fondos de las AFP y a la vez para los otros partidos de Chile Vamos había sido el más beneficiado por el límite a la reelección de autoridades. Con todo, ahora en la colectividad tendrá que analizar su “nueva relación” con La Moneda, en un momento en que en las huestes internas resienten haber sido perjudicados con la decisión del Presidente Piñera.

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