La versión Balmaceda de la pugna que precedió al lío judicial con su primo, el senador Ossandón

26 de febrero del 2020/SANTIAGO El alcalde de Pirque, Cristian Balmaceda, se retira del Palacio de la Moneda, donde sostuvo una reunión con el Presidente de la Republica. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

El caso judicial originado en un negocio de extracción de áridos que tiene al parlamentario RN imputado y al borde de ser formalizado cruza a su familia y a la de su primo Cristián, el alcalde de Pirque que lo denunció el 2018. Ambos clanes son muy unidos y vecinos en la zona, y han optado por no tomar bandos. Mientras Ossandón se recupera en su casa de su reciente hospitalización tras contagiarse de COVID-19, en silencio y sin referirse al asunto, Balmaceda entrega detalles de cómo llegaron a esto y que implica para su parentela.


Pasó una semana internado en la Clínica Santa María, y ahora está de vuelta en su casa en Pirque. Hospitalizado padeció cuadros febriles, se le diagnosticó neumonía y ya de alta aún le quedan secuelas en su musculatura. Eligió mantener silencio luego de que La Tercera Domingo publicara que el Ministerio Público está por formalizarlo por tráfico de influencias en un negocio de extracción de áridos en el río Maipo, y esta mañana tampoco lo rompió cuando se le intentó contactar para esta nota.

Pero la causa judicial que se originó en una denuncia presentada por su primo, el alcalde de Pirque, Cristián Balmaceda, cruza de lado a lado al extenso y compenetrado tronco familiar al que pertenecen, donde están al tanto de todo pero se abstienen de tomar bando ni por el primero ni por el senador RN Manuel José Ossandón.

Ambos dejaron de hablarse precisamente a raíz de esta causa, y en ausencia del testimonio del denunciado, su denunciante sincera que ni siquiera en estos días se han hablado. “Mi señora llamó a la señora del Cote hace tres días atrás para saber cómo estaba. El otro día no más mi mamá llamó a la mamá de Cote para saber cómo estaba del Covid. Pero nosotros, no, no”, cuenta al llegar a su oficina en el municipio.

¿Cómo llegaron a esto dos primos, cuyos padres son muy amigos entre sí y se siguen hablando, lo mismo que sus hijos? Entre sus parientes tienden a relatar que nunca tuvieron un conflicto anterior lo suficientemente grave que justificara que ahora estén en este cuadro, que allá describen como “doloroso” y “muy difícil”. En el caso, el Ministerio Público buscaría despejar si el senador era o no una especie de testaferro de su hijo Nicolás, que resultó ser el presidente de Cavilú S.A.

La raíz del asunto es la denuncia de Balmaceda que su primo ejerció presiones indebidas sobre él y concejales de la comuna para destrabar un convenio firmado con Puente Alto respecto de la concesión que le permitía a esa empresa de extracción de áridos llevar adelante un negocio de extracción en el río Maipo. El punto del alcalde es que Ossandón jamás le habría sincerado que Nicolás era socio y administrador de la firma. El día que se enteró, luego de insistir en preguntarle al alcalde de Puente Alto, Germán Codina, “me paré de la mesa y les dije (que) hasta ahí llegaba la reunión, que no hay nada más que hablar porque acá hay un pariente mío involucrado. Me retiro”.

Entonces -relata- le escribió a su primo, muy molesto, quejándose que le había “mentido” al no haberle sincerado desde un comienzo el rol de su hijo Nicolás en la empresa. Cortaron puentes, y se han propinado mutuas acusaciones por los medios desde entonces.

Pero Balmaceda insiste en que no se trata de una pugna familiar: “Esto no es entre el Cote Ossandón y Cristián Balmaceda. Este es un tema de administración, es un tema laboral. Esto no comenzó con una rencilla familiar”.

Pero precisamente el ser parientes, insiste, volvió casi irreversible el asunto. Primero, dice, “haber ocultado eso, porque en teoría, si uno es familiar, debería ser más transparente con el otro”. Pero segundo, dice, “el Cote cruzó una línea al mentir, tratar de dar vuelta esto y decir que él me está persiguiendo”. Con perseguir, se refiere a que el senador ha dicho que Balmaceda lo denunció en venganza por otra denuncia anterior que se refiere a irregularidades en permisos de circulación en Pirque, “denuncia que hice yo y no él, y donde el único imputado fue el señor Mauricio Camus, contratado al día siguiente en Puente Alto y que hoy es asesor del senador”.

Balmaceda dice que está dispuesto a llegar a las últimas consecuencias judiciales. Pero detrás están décadas, generaciones de lazos de sangre. Todos los días pasa por fuera de la casa de Ossandón camino a su oficina; las dos familias son vecinas (en Pirque, “vecino” es vivir a un kilómetro) en predios que provienen del terreno original que les legara el bisabuelo de ambos, Máximo Valdés Fontecilla.

Ossandón es un año y medio mayor que su primo. Fueron compañeros en el colegio Tabancura, del Opus Dei, y en la familia recuerdan que hacían turnos para llevarlos al colegio a ellos y a sus hermanos, entre los que se cuentan la diputada Ximena Ossandón y el ex secretario general de RN, Roberto Ossandón. Los padres del senador (Roberto Ossandón Valdés es un prócer del partido) siguen siendo amigos de los padres de Balmaceda.

Cuando se mudaron temporalmente a Santiago por los estudios, los dos clanes volvieron a quedar de vecinos, en casas frente a frente en la esquina de Helvecia con Ebro, en la comuna de Las Condes. Amigos entrañables no fueron porque tenían amistades distintas, pero tienen décadas de vida familiar a cuestas. Balmaceda, hijo de un ex alcalde de Pirque, colaboró con las primeras campañas electorales de su primo (que también fue alcalde de Pirque, antes de serlo en Puente Alto y de ahí saltar a las ligas mayores), y lo mismo el senador cuando él ganó la alcaldía el 2008.

Entonces, los dos eran alcaldes. Balmaceda recuerda que su municipio estaba tan corto de recursos, que le faltaba para pagar sueldos, y que Ossandón, desde Puente Alto, le enviaba cheques para financiar esos pagos. “Cote me dice que me va a mandar un cheque desde Puente Alto y me explica que era de los áridos. Yo llevaba dos o tres días de alcalde. Fue un salvavidas”, dice, pero que cuando comenzó a preguntarle sobre la administración conjunta del Río Maipo y por la naturaleza de los contratos -tanto a él como a los administradores- no recibió respuestas directas y se enrareció el ambiente. Pero no pasó a mayores, recuerda.

Sí tuvieron un encontrón el 2010, cuando después del terremoto su primo enviaba “camiones con mediaguas con el logo de Puente Alto a Pirque, que no se podían pasar así nomás de una municipalidad para otra”. Balmaceda también se molestó porque los créditos de la ayuda se los llevaba Ossandón y no él. Le pidió varias veces que regularizara eso, pero que también lo incluyera en la “foto”, hasta que un día, relata, le advirtió: “Cote, un camión más que pase por la municipalidad (de Pirque), y te denuncio a la Contraloría”.

Se pelearon por un tiempo, pero después estaban de buenas otra vez. “Cote pasaba a tomarse un café a mi oficina. Como hasta hoy quedan secretarias y gente que trabajaba con él, era normal”, cuenta. Hubo otros episodios, pero -insiste- ninguno grave ni menos familiar, hasta que estalló la pugna por el asunto Cavilú.

A raíz de eso renunció a RN, afirma, porque “cuando salió el primer reportaje, el presidente del partido, Mario Desbordes, en vez de llamarme a mí, habló con La Segunda diciendo que hablé con el senador y le creo. En pocas palabras, no le creyó al alcalde de su partido”. Balmaceda recuerda que lo llamó y le enrostró que no lo contactó y entonces le manifestó que “no tengo nada que hacer en un partido donde el presidente a mí no me cree”. Según él, le entregó su carta de renuncia y se fue al Servel. Y aclara que “soy independiente, no milito en la UDI”.

Con semejante entramado familiar y de afectos, Balmaceda sincera que “fue muy difícil en lo emocional” emprender acciones legales contra su primo, “hay toda una familia de por medio, hacíamos paseos juntos, los niños son compañeros de curso”. Pero al ser consultado específicamente por ese punto, insiste en que no tenía opción.

“Si yo no me querellaba, el querellado iba a ser yo, de todas maneras. Mis abogados me decían: ‘Estás haciendo lo correcto, separa el tema emocional’. Lo hablé con mi señora, para mí era súper terrible, porque hay una familia, los hijos. Es súper dura esta cuestión”, dice.

Las familias Ossandón y Balmaceda, cruzadas como están por este litigio, han optado -cuentan en ambas ramas sanguíneas- por no involucrarse en este caso y por ningún motivo tomar bandos ni por uno ni por otro. Están al tanto de todo, eso sí. “Es muy doloroso. Nosotros nos queremos harto y los Balmaceda son realmente encantadores”, dicen los inmediatos al senador.

Las reuniones familiares han continuado, obviamente, desde que estalló el caso. Los protagonistas de esta nota se han “topado un par de veces en las cosas de los niños, pero no nos hablamos”, reconoce el alcalde. Y explica que “los niños se siguen juntando, mis papás con los papás del Cote se siguen juntando, conversando”.

En el clan Ossandón no quieren comentar en público el caso. Dicen que lamentan mucho lo que está pasando y que no creen que el senador esté implicado en el caso ni que tenga responsabilidad. Pero entre ellos hay quienes también tienen sus suspicacias respecto de por qué el primo -en el clan lo llaman “Titán”- que hoy es alcalde lo ha denunciado. “Pensamos que el tema estaba cerrado”, reflexiona un pariente.

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