“Una cadena perpetua de facto”, “un delincuente sexual”: Harvey Weinstein termina sus días en la cárcel

Weinstein llegando a la corte de Manhattan en febrero pasado. (AP Photo/Seth Wenig)

Quien alguna vez ganara premios Oscar y fuera uno de los hombres más poderosos de la industria, hoy representa una condena icónica de la era MeToo. Pasará 23 años en prisión, mientras se detallan sus desesperados llamados a los jefes máximos de Apple y Amazon para salvarse de las acusaciones y cómo al verse amenazado por Jennifer Aniston dijo que “debería ser asesinada”.


El exproductor Harvey Weinstein fue encontrado culpable de dos de los cinco cargos que se le imputaban en el juicio penal que enfrentaba en Nueva York. El caso fue resuelto de esa manera el 24 de febrero y hoy el magistrado James M. Burke, de la Corte Suprema Estatal de Manhattan, le dictó la sentencia final, que determina que deberá cumplir 23 años en la cárcel.

Así, el casi centenar de denuncias de abuso y acoso sexual de actrices y trabajadoras de Hollywood que se acumularon desde octubre de 2017, clave para el nacimiento del movimiento MeToo, vive el fin de una etapa crucial. Todavía hay un segundo juicio con cuatro nuevos cargos (en Los Angeles), pero el proceso que había empezado en enero y que llevó a múltiples mujeres a declarar en su contra –incluso a otras a manifestarse afuera de la corte realizando la performance de Lastesis, Un violador en tu camino–, concluye con la determinación de cuánto tiempo deberá pasar en la cárcel, luego de arriesgar entre 29 y 5 años.

La sentencia se desprende en dos acusaciones. Por el cargo de ataque sexual en primer grado (a la exasistente de producción Mimi Haleyi en 2006), que establecía una pena que iría entre 5 y 25 años, le dieron 20 más cinco años de libertad supervisada. En tanto, por la violación de tercer grado -a la exactriz Jessica Mann en 2014- arriesgaba 18 meses y 4 años, y terminó recibiendo 3 años. Además, Burke le solicitó antes de dar a conocer su sentencia que se registrará formalmente como delincuente sexual.

En la previa a la sentencia, la defensa de Weinstein había solicitado al juez la pena mínima de 5 años, aludiendo a que el exproductor con más tiempo en prisión “quizá no sobreviva” y que una pena elevada sería “una cadena perpetua de facto”. Esto mientras ya había sido trasladado a la prisión Rikers Island, donde según uno de sus representantes había sufrido una caída este domingo y que no contaba con su andador, el que utilizó en cada etapa del juicio porque se operó de la espalda en diciembre pasado.

Mientras hoy en el exterior algunas de sus denunciantes (conocidas como The Silence Breakers) se reunieron a esperar la sentencia, la abogada de Weinstein, Donna Rotunno, al término aseguró antes los medios que la sentencia “no me dice nada sobre el movimiento MeToo, aparte de eso, el juez probablemente sintió algún tipo de presión”.

Harvey Weinstein junto a su abogada Donna Rotunno en febrero (Foto: Louis Lanzano).

“Donna Ratunno siente que Weinstein no recibió un juicio justo... un hombre que violó al menos a 80 mujeres y agredió a otras 100. Hola, Donna, ¿qué es justo?”, replicó en Twitter la actriz Ellen Barkin, amiga de Annabella Sciorra, quien dio su testimonio de haber sido abusada por Weinstein a inicios de los 90 y fue apuntada como un testimonio clave al inicio del juicio para establecer la conducta sexual “depredadora”, que de haber sido respaldada por el jurado le habría dado cadena perpetua.

Ataque a Jennifer Aniston y llamado a los magnates

Cerca de mil páginas de documentos inéditos del juicio penal fueron reveladas ayer por The New York Times y Variety. Allí se detallan los correos de Weinstein pidiendo auxilio a magnates tras revelarse las primeras denuncias en su contra, en octubre de 2017. Entre ellos están Jeff Bezos, dueño de Amazon; Ted Sarandos, director de contenido Netflix; Tim Cook, consejero delegado de Apple, y el millonario Michael Bloomberg. También figura Jennifer Aniston, quien era percibida como una amenaza por el exproductor y su equipo, por presuntamente querer denunciarlo. En un correo a una de sus trabajadores respondió que la actriz de Friends “debería ser asesinada”.

Las nuevas revelaciones reiteran el poder que mantenía Weinstein en la industria y cómo batalló para mantener en silencio a las denunciantes. Tras las acusaciones, su imperio se disolvió hasta extinguirse prácticamente por completo. Su compañía The Weinstein Company (con la que realizo El discurso del rey, El lado bueno de las cosas, y trabajó estrechamente con cineastas como Quentin Tarantino) lo despidió y luego cerró, mientras que fue expulsado del gremio de productores y de la Academia de Hollywood que entrega los Oscar. Los mismos galardones que dominó en los años 90 con Miramax, la anterior empresa que lideró junto a su hermano Bob Weinstein, lanzando películas como Pulp fiction, El paciente inglés y Shakespeare enamorado.

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