Flavio Quezada, experto del PS: “Un desacierto de la propuesta de la Convención fue haber incorporado demasiados derechos”

Expertos del Consejo Constitucional

El experto del PS, quien es uno de los más jóvenes de la comisión, aborda sus primeras definiciones sobre el trabajo que partirá en marzo. Dice que, en este nuevo proceso, deben recoger la experiencia pasada. “Que un asunto sea urgente no significa que deba incorporarse al texto constitucional”, afirma.


El abogado y doctor en derecho Flavio Quezada -comisionado del PS- está obsesionado con el siglo XIX y eso, dice, no solo por un gusto especial por el pasado, sino que porque está convencido de que lo vivido en esa época es crucial para proyectar la Constitución del Chile del siglo XXI. Por lo mismo, en los últimos días se ha estado leyendo los escritos de José Victorino Lastarria.

Quezada llegó hace poco a Chile, luego de pasar un poco más de seis años viviendo en Europa -entre España y Francia-, estudiando un magíster y un doctorado. Tiene 35 años -es el experto más joven de la comisión- y milita en el PS desde el colegio.

Tal como lo repite con orgullo, se define como un hijo de la educación pública. Egresó del Instituto Nacional y luego estudió Derecho en la Universidad de Chile. Es discípulo del jurista Francisco Zúñiga, de quien fue su ayudante. Gracias a él y a Juan Carlos Ferrada -integrante en cupo socialista del Comité Técnico de Admisibilidad- descubrió su vocación académica, lo que lo llevó a hacer clases de derecho administrativo en la Universidad de Valparaíso.

También fue abogado asesor en el Tribunal Constitucional del exministro Francisco Fernández y, justo antes de formarse en Europa, integró el equipo de asesores del exministro de Educación Nicolás Eyzaguirre en la reforma educacional que impulsó la expresidenta Michelle Bachelet.

Usted defendió el texto propuesto por la Convención. ¿Por qué cree que esa propuesta fue rechazada?

Si bien el texto contenía elementos que son sentidos por la mayoría de la ciudadanía, había varias propuestas que resultaban contraintuitivas. Primero en un nivel de la sociedad chilena en su conjunto. Eso no es menor, porque una Constitución debe aspirar a ser un punto de encuentro en las distintas visiones que existen en una sociedad. En segundo lugar, porque varios aspectos de la propuesta constitucional resultaban contraintuitivas al sentido común del campo jurídico chileno.

¿Qué lecciones se pueden sacar?

Hubo muchos desaciertos, por algo la propuesta fue rechazada tal como lo dije anteriormente, pero también hubo aciertos, luces y sombras. De los desaciertos, lo importante es aprender, sacar lecciones, y de los aciertos, tratar de mantenerlos. Un acierto, que me parece una idea valiosa de ser rescatada y que está presente en las bases institucionales, es la propuesta de la Convención sobre Estado social y democrático de derecho. Chile ya es un Estado democrático, ya es un Estado de derecho y ahora lo que tenemos que consensuar y construir entre todos es un Estado social, que es lo que no somos. Lo valioso es que la propuesta anterior no solo disponía la cláusula, sino que, además, diseñaba una arquitectura constitucional para hacerlo efectivo.

¿Está de acuerdo con quienes creen que ese modelo de Estado, acompañado de un catálogo muy extenso de derechos sociales, termina debilitando la protección de los derechos sociales más prioritarios?

Un desacierto de la propuesta de la Convención fue haber incorporado demasiados derechos, varios de los cuales resultaban contraintuitivos para el abogado promedio del campo jurídico chileno. Hay que revaluar el nivel de detalle que varias de estas disposiciones contenían, puesto que eso termina quitándoles valor a los derechos y cerrando puertas al legislador para el desarrollo democrático a través de la legislación. La Constitución es importante, pero la ley también.

¿Esta vez hay que reducir la tentación de poner en la Constitución normas que son de carácter legal?

Que un asunto sea importante, o incluso urgente, no significa que deba incorporarse al texto constitucional. Qué materias se incluyen o no depende de lo que una sociedad considere en un momento dado como propio de su texto constitucional. Del mismo modo, el estilo de redacción o nivel de detalle debe ser aquel que se entienda como propio de ese tipo de textos.

¿El Estado social es compatible con el Estado subsidiario?

El Estado social no es incompatible con la provisión mixta de derechos sociales. La mercantilización de los derechos atenta contra el Estado social y eso es lo que hay que evitar, lo cual es distinto a que existan proveedores privados. Al final se trata de crear espacios sociales en los cuales los ciudadanos perciban en su cotidianeidad que lo que dice la Constitución es verdad, independiente de si puedo o no pagar. De esta manera, lo que se logra es generar cohesión social.

¿Qué ideas o principios quiere defender en la Comisión Experta?

Este proceso puede ser un momento para reencontrarnos con la tradición del constitucionalismo chileno, que no es algo monolítico ni ontológico, sino que es la síntesis de muchas visiones en las cuales han incidido no solo conservadores, sino que también una importante tradición del liberalismo igualitario que luego se unió con ideas que surgieron del movimiento obrero. Puede ser un momento de reencuentro con esa tradición republicana y democrática. Hablo de, por ejemplo, José Victorino Lastarria, Valentín Letelier, Elena Caffarena, el socialismo jurídico de Eduardo Novoa. Debemos incorporar todo este acervo de lo que hemos sido y que nos puede servir para proyectarnos a futuro.

Respecto de derechos humanos, ¿impulsará algo parecido a lo del proceso anterior?

Me parece clave una incorporación inteligente del derecho internacional de los derechos humanos en el ordenamiento jurídico chileno, que puede ser, en rigor, la explicitación de algo que ya existe. Para robustecer nuestra democracia es importante robustecer la protección de los derechos humanos.

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