El camino a la sostenibilidad de un banco “verde”

El objetivo del banco es replicar el modelo de paneles solares que hoy existe en el edificio corporativo en algunas sucursales, para que puedan autoabastecerse de energía. Fotografía: BCI.

Desde 2018, Bci viene desarrollando un Plan de Ecoeficiencia Operacional que cubre cinco aristas: energía, agua, papel-residuos y huella de carbono. ¿El objetivo? Reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2028 y que solo el 10% de los residuos generados por el banco sean materiales no reciclables. Pero quieren más: ser líderes en sostenibilidad a nivel regional.



Esta no es una construcción como cualquier otra. Con 18 pisos enmarcados por ventanales que buscan no perder ni un atisbo de la luz del día, que acogen a 450 personas que circulan a diario por cada rincón, el edificio corporativo de Bci en Santiago luce -por fuera- similar a sus vecinos de cuadra, en pleno barrio El Golf. Sin embargo, por dentro está lleno de sorpresas.

En cada piso hay una estación dedicada al reciclaje para que los colaboradores puedan clasificar su basura. En la azotea, 76 paneles solares captan los rayos del sol que electrifican la sucursal del banco que hay dentro del edificio, mientras que en el subterráneo, en los pisos -1 y -2, se acaban de habilitar plazas acondicionadas para que clientes y colaboradores puedan cargar automóviles y scooters eléctricos.

Además, en el piso -1 hay un casino de comidas que composta varias de las toneladas de sus residuos, evitando así que vayan a parar a un vertedero.

La apuesta del banco es reducir al máximo su huella de carbono de aquí a 2028, como parte de un plan de sostenibilidad que comenzó hace ya seis años y que ha convertido a Banco Bci en una compañía ecoeficiente y amigable con el medioambiente.

Las medidas que está aplicando la institución -enmarcadas dentro del llamado Plan de Ecoeficiencia Operacional- van desde las más sencillas, como la promoción de la cultura del reciclaje, hasta una tan reciente como innovadora: un acuerdo con la generadora de electricidad Colbún para abastecerse de energía 100% renovable, con certificación internacional I-REC, en los ocho edificios corporativos a lo largo de Chile.

La energía de los cargadores para autos y scooters eléctricos proviene de fuentes renovables, gracias a un acuerdo entre el banco y Colbún. Fotografía: Pablo Sanhueza Gutiérrez.

¿Qué significa esto? Que ese auto eléctrico que no contamina y que se puede cargar fácilmente en el estacionamiento del banco, se alimentará de una energía que fue producida en forma limpia: el círculo virtuoso completo.

Este tipo de contrato de abastecimiento energético -llamado “cliente libre” (al que pueden optar aquellas empresas que tienen potencia conectada sobre los 500 kW, y que les permite negociar con un proveedor de electricidad) es hacia donde están yendo las grandes compañías: comprar energía limpia y renovable que les ayude a mitigar la huella de carbono. Gracias al modelo de negocio, esta energía logra, además, ser más barata que la convencional”, explica Cristián Báez, jefe del departamento de Mantención e Infraestructura de Bci.

Una iniciativa que, además, va en línea con lo que el país se ha propuesto en los próximos años en materia energética: aumentar la producción y consumo de energías renovables, junto con construir sistemas eficientes de almacenamiento y distribución de estas, el gran talón de Aquiles del sector hasta ahora.

La apuesta del banco es reducir al máximo su huella de carbono de aquí a 2028, Fotografía: Bci.

Pero esta no es la única fuente de energía limpia presente en el Edificio Corporativo del Bci. El próximo objetivo es replicar la experiencia de uso de paneles fotovoltaicos en algunas sucursales para que se abastezcan de esa energía en complemento con la generada desde la red.

Nada se pierde; todo se transforma

El modelo de ecoeficiencia desarrollado por Bci I es una especie de punta de lanza dentro de las empresas nacionales. Especialmente pensando en que han debido habilitarlo en una construcción que data de 2005 y que ha se ha ido actualizando de acuerdo con los nuevos estándares para edificaciones sustentables.

Este plan trabaja sobre la base de cinco pilares de acción: energía, agua, papel, residuos y huella de carbono, que engloba las acciones anteriores.

Actualmente, algunos edificios del banco cuentan con certificación LEED. Fotografías: Pablo Sanhueza Gutiérrez.

Los últimos edificios que ha construido el banco -Alcántara 99 y Huérfanos 1102, como también la sucursal de Puerto Natales- cuentan con la Certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), presente en Chile desde los años 2000 y que reconoce a construcciones que destacan por el uso de energías limpias, consumo eficiente de agua, reciclaje y uso de materiales amigables con el medioambiente, entre otras características.

Otro indicador que utiliza el banco para desarrollar sus estrategias de sustentabilidad es el Dow Jones Sustainability Index, que implica no solo cumplir con normas de construcción o de gestión de energías y residuos, sino que también trabaja en el tema con sus colaboradores y también con sus proveedores.

En la sala de reciclaje -ubicada en el acceso -2 del edificio- puede verse esta arista de forma clara. Desde hace dos años, gracias al plan Basura Zero, hasta aquí llegan todos los residuos que los colaboradores han ido separando en los contenedores de cada oficina según su material -plástico, vidrio, aluminio, papel, cartón o tetrapack-, y acá se preparan para su nuevo destino: la gestión de todos estos desechos por parte de la empresa BZero, especialista en el manejo de grandes cantidades de basura.

Cada piso del edificio tiene una estación de reciclaje para los colaboradores. Foto: Pablo Sanhueza Gutiérrez.

Actualmente, el 59% de los residuos generados en el Edificio Corporativo tienen como disposición final el relleno sanitario, mientras que el 41% es valorizado. La meta a 2028 es que solo el 10% de los residuos generados por el banco corresponda a materiales no reciclables, mientras que el 90% restante pueda encontrar una segunda oportunidad. A esto se suma el plan de compostaje del casino.

También se realiza un trabajo especial con los proveedores; a las empresas grandes se les pide que tengan certificado de reciclaje y disposición final de residuos, y con otras realizan capacitaciones para que disminuyan su huella de carbono. El banco también realiza desde hace dos años la compensación de la huella de carbono operacional, a partir de la compra de bonos de carbono.

(Mucho) más allá de ahorrar luz y agua

En los últimos años, Bci I ha recibido varios reconocimientos por su trabajo en torno a la ecoeficiencia de la empresa. Hace poco se adjudicó el Sello de Cuantificación y Reducción entregado por el programa HuellaChile del Ministerio del Medio Ambiente, que reconoce la correcta aplicación de la metodología para la medición de las emisiones de gases de efecto invernadero y proyectos de mitigación. Además, se encuentra a la espera de aprobación la postulación al sello de neutralización del mismo programa.

Cada piso del edificio tiene una estación de reciclaje para los colaboradores. Foto: Pablo Sanhueza Gutiérrez.

Su plan ha tenido una externalidad muy positiva. Por ejemplo: se ha logrado disminuir en un 37% el consumo eléctrico respecto de 2014.

En el piso 8 del edificio, una de las paredes deja ver una gráfica que habla de la eficiencia energética y de cómo la construcción cumple con estándares de la ISO 50001, que regula este tema. “Apaga tu computador cuando no lo utilices”, “Si sales de tu puesto de trabajo preocúpate de apagar la iluminación”, “Recuerda que el último en salir de la reunión apaga la luz y el proyector”, se lee.

Son todos consejos que, para una nueva generación de profesionales, ya viene en el ADN, cree Cristián Báez. Ellos y ellas son la semilla del cambio.

“La adherencia de los colaboradores es súper importante. Los colaboradores nuevos vienen ‘seteados’ sobre el tema; preguntan, ¿qué hay de reciclaje?, ¿qué hay de energías renovables? El banco ya no puede obviar el reciclaje; no puede obviar el no tener vasos desechables en el casino. Para todas las empresas, esto que hoy es deseable, va a pasar a ser una obligación. Queremos ser un banco sostenible en el tiempo y hacia allá apuntamos a través de una conciencia social y de una intervención responsable en el medioambiente. Buscamos eso más que ahorrar agua y luz. Partimos por ahí, sí, pero ahora queremos ser un banco verde”.

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