Ca.Sa renovada

Ca. Sa.

Colección y fundación Ca. Sa. Ya sabemos sobre la gran colección que Ramón Sauma y Gabriel Carvajal han acumulado por 30 años. Ya sabemos que desde el año pasado al menos parte está disponible para ser visitada por los interesados. Las buenas noticias son que el premio Colección Ca.Sa seguirá entregando recursos a artistas emergentes con proyección y que ahora como Fundación Ca.Sa buscarán más y mejores canales para apoyar el arte joven.




El año pasado Rolando Cisternas se sentía un poco infiltrado en Planta, el espacio de Ch.ACO dedicado a las galerías independientes. Además de su edad, superior a la de la mayoría de los 45 artistas de distintas partes de Latinoamérica que exhibían ahí, sentía que las particularidades de su trabajo resaltaban al lado del videoarte y los formatos modernos; no sabía si positiva o negativamente. Rolando había escuchado de un premio que iba a ser entregado entre los artistas de Planta. Había enviado las carpetas con información solicitada pero nunca sintió que estaba dentro de un concurso. Aunque sabía que las personas que entregarían el premio se paseaban alrededor de su trabajo, le costó creerlo cuando se vio entre los tres nominados.

"Era un dibujo sobre tela a carboncillo, de 2,10 m de diámetro. Un círculo gigante retratando un espacio de la naturaleza, como un dibujo antiguo pero extraño, porque salía de mi memoria; no trabajo con fotos", recuerda Rolando. Como ganador recibió 3 mil dólares de apoyo, no como adquisición, pero para él el premio Colección Ca.Sa ha significado mucho más: "Yo vivo en Talca. No estoy metido cotidianamente en el circuito del arte. No he salido en ninguna revista. Entro desde afuera con una lógica provinciana. Después de entregar el premio ellos se vuelven tus aliados cercanos. Me invitaron a una junta con galeristas como para empezar a meterme en el circuito. Los dos son muy buena onda, siempre te están invitando a cosas y dando consejos. Me compraron el dibujo y otros dos trabajos más. Eso implicó que otros coleccionistas me compraran también".

Esas personas paseándose por el sector Planta de Ch.ACO, buscando un artista nuevo para entregarle apoyo, eran Ramón Sauma y Gabriel Carvajal, coleccionistas que a lo largo de 30 años han acumulado alrededor de mil piezas de artistas latinoamericanos y especialmente chilenos, que hace un par de años decidieron compartir con los interesados sus tesoros bajo el nombre de Colección Ca.Sa y que hace muy pocos días se establecieron como una fundación con tres pilares fundamentales, educación, promoción y difusión del arte joven.

"Llevamos 30 años comprando, pero ha sido en los últimos 10 o 12 que hemos adoptado la visión actual de la colección. Tratamos de ir a la mayor cantidad de ferias y exposiciones, estamos abocados al tema. Antes era solo un placer para nosotros", explica Gabriel Carvajal. "Siempre hemos hecho nuestras adquisiciones de manera independiente. Nunca hemos tenido un curador ni alguien que nos asesore, que nos diga qué comprar, se trata de nuestro gusto personal y seguirá así. De esa forma le damos carácter a nuestra colección", agrega Ramón Sauma.

Cristián Aninat –actual director ejecutivo de la fundación y colaborador de Colección Ca.Sa desde hace un año– explica que esto es filantropía pura y dura y que constituirse como fundación les permitirá acceder a ciertos beneficios tributarios, así como acogerse a las leyes de donaciones. "Bajo las tres premisas –educación, promoción y difusión– podemos recibir recursos para financiar proyectos y llevar a cabo las tareas. De acá a un mes hay que presentar un plan concreto para un año de acciones. La idea es hacer de esto algo más corporativo, con tiempos fijos, cantidad de visitas anuales, cumplir metas. El año pasado vinieron más de 550 personas, para el año que viene esperamos 900". La fundación espera canalizar los recursos de gente que, ellos saben, tienen ganas de apoyar al arte y no sabe de qué manera hacerlo.

La educación viene a través de visitas guiadas a este enorme departamento –un piso completo– que acoge una pequeña parte de la Colección Ca.Sa, y que cambia anualmente. No se descarta algún tipo de becas en el futuro. La colección está abierta para que profesores de distintas universidades vayan a visitarla con sus alumnos, así como para prácticamente cualquier persona interesada en conocerla. Todas las propuestas son recibidas y ordenadas para decantar en posibles visitas. 2018 es el año para consolidar estas prácticas y el premio Colección Ca.Sa, que será entregado por segunda vez en la zona Planta de Ch.ACO.

Colección Ca.Sa inicia actividades en la semana de Ch.ACO con un brunch para coleccionistas extranjeros en el mismo espacio que alberga las obras. "El viernes 13 a la 1 entregamos el premio Ca.Sa en el sector Planta. La nominación será el día miércoles. Haremos un recorrido por el sector y nominaremos a tres artistas que tendrán promoción durante dos días. La gente que va a la feria podrá ver que tienen un anuncio como finalistas. En este segundo año hay un jurado invitado externo que es el curador Sebastián Vidal", señala Gabriel Carvajal.

"Estamos muy contentos con el feedback que hemos tenido. Han venido curadores y galeristas de distintos países y quedan muy bien impresionados con la colección", dice Ramón Sauma. "Nos han pedido cosas de afuera para mostrarlas y no tenemos problemas en prestarlas. Prestamos obras de Matilde Pérez para la exposición de La Moneda y prestamos una obra de Salineros que fue a París al Grand Palais", agrega Carvajal.

En este departamento sufren la limitante de la altura. Habrían querido utilizar las casas que compraron en el barrio Yungay, pero aseguran que por el momento el lugar no ofrece la seguridad necesaria. "Las casas están ahí y de todas maneras queremos darles un sentido cultural para no defraudar a la gente del barrio, porque apostamos en que se va a transformar en un polo cultural. Estamos gestionando entregar una de las casas a un grupo de artistas para que hagan algo ahí".

El formato que les entrega el departamento les resulta cómodo y manejable por el momento. También genera una intimidad distinta entre las obras y el público. La colección se llama Ca.Sa, uniendo los apellido de sus dueños y gestores, también en gran medida porque es como su casa. @coleccioncasa

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