Este matrimonio polaco conoció Chile hace veinte años mochileando. Después de vivir un tiempo en la Patagonia, hoy su lugar está en Santiago, con sus dos hijas y Bo, el perro y "el rey de la casa", como dicen ellos.

-Lo primero que llama la atención en esta casa son las firmas de diseño en cada elemento…

"La recolección a través de los años es lo que hace que tengamos una colección importante, pero todo ha sido con esfuerzo y seleccionado. No necesitas tanto presupuesto, sino paciencia para ir buscando las cosas, y cuando encuentras la oportunidad, permitirte el gusto. Muchos objetos son regalos, por ejemplo la banqueta de Eames que Mark me regaló para un cumpleaños, y muchos elementos de la cocina los hemos recibido de amigos que conocen nuestros gustos", cuenta Alina, fotógrafa y dueña de esta casa.

-A pesar del dinamismo e informalidad de los espacios abiertos, da la sensación de que hay perfección y detallismo en cada uno. Como escenas fotográficas. ¿Esto tiene que ver con tu oficio?

"Es verdad, las cosas que pongo en mi casa las veo como si fuera a través del lente. Todo está dispuesto en el lugar para verse desde distintos ángulos. Nada está al azar".

Alina subraya sobre los objetos que conviven con ellos, que no sólo están por una elección estética y afición al periodo clásicomoderno y art decó. “Esto no es unmuseo, son objetos que se usan, porque son ergonométricamente cómodos, funcionales”, comenta.

-Existe una coherencia entre la estética de los espacios, tu fotografía y tu estilo personal ajeno a tanto accesorio...

"Sí, hay algo eso, como que todo calza un poco. Hasta con el cuadro de Pablo Chiuminatto del comedor la gente se sorprende, porque es casi entero blanco, o María José Concha que me identifica por los paisajes patagónicos expresados en un implícito juego de pinceladas.Me gustan la simpleza, la pulcritud de las formas, me siento cómoda con ese estilo, me da cierta paz y tranquilidad", concluye la fotógrafa.