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Dos por dos

Buenas ideas, materiales simples y mucho talento para el maestreo condujeron a los buenos resultados que se ven en esta casa; donde -queda claro en las fotos- la presencia de una pareja de mellizos determinó la mayoría de las decisiones.

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Cuando se reúne la experiencia de un arquitecto que trabaja en la industria inmobiliaria, en permanente contacto con la construcción y la obra, con el gusto entrenado decorando decenas de eventos de una arquitecta que trabaja para uno de los grandes del retail; cuando además ambos están casados y se proponen tener una casa bonita, los buenos resultados están asegurados como veremos.

La que escogieron es una casa pareada en un barrio consolidado de Vitacura. Sucesivos arrendatarios la habían dejado ‘hecha bolsa’ y aunque todo el mundo les preguntaba ‘¡¿cómo van a comprar una casa en ese estado?!’, ‘¿Por qué no buscan algo en La Dehesa?’, a ellos, como pareja joven de arquitectos, la idea de rehabilitarla los entusiasmaba.

“Tuvimos que destrozarla a nivel de obra gruesa”, zanja Camila Norero. “No era una casa que se pudiera remodelar mucho porque tiene una estructura superrígida”, complementa Javier Brahm.

A pesar de que ocupa un sitio relativamente pequeño, les gusta lo bien resuelta que está. En dos pisos más mansarda tiene de todo. La única falencia que encontraron era el tamaño de la cocina. Al momento de ampliarla iban directo a chocar con las limitaciones de la planta y la condición pareada de la casa, pero inteligentemente evitaron el impacto: “Ahora es uno de los espacios más ricos. No podíamos botar muros e integrarla al comedor, y entonces hicimos una ventana grande que sale al jardín. Así quedó conectada con el exterior y cuando hacemos asados uno circula por ahí. Hacemos mucha vida en la cocina, comemos con los niños en esa mesa redonda todos los días y cocinamos juntos los fines de semana”.

Camila y Javier recuerdan que el presupuesto no era ilimitado, que tuvieron que hacer elecciones astutas, tratar de lograr más con menos. Así apareció el terciado como material para muchos de los muebles, especialmente en la cocina y los baños.

“El hall de acceso era un poco oscuro y encajonado. Cortamos cerca de 30 centímetros de un muro y rematamos con una pieza de madera. Así hicimos que entrara más luz al living y al hall. La puerta de la cocina la cambiamos por una con un vidrio, pero el resto las conservamos y solo las pintamos. Nos gastamos los recursos en ciertos toques, como las cerámicas Córdova, el porcelanato imitación madera, y ahorramos en otras como las puertas. De esa manera logramos un resultado completo sin dejar cosas para futuras etapas”, cuenta Javier.

“Con la pintura fuimos dando toques a los espacios. Pinto con pasta muro y queda como una especie de hormigón a la vista, con las tablas marcadas. También usamos molduras y cornisas en lugares como nuestra pieza y nuestro baño”, dice Camila.

Los dos arquitectos trabajaron intensamente para sí mismos y para dos pequeños mandantes, los mellizos que tuvieron dos años antes de llegar a esta casa. A pesar de que en un principio se había pensado que la mansarda sería un espacio familiar, que cada uno tendría su rincón, ellos terminaron apropiándosela. “Esta casa no sería lo mismo sin la mansarda, es el centro de operaciones. Si no estamos ahí, estamos en la cocina. Ahí los niños juegan y hacen su club. Es muy de ellos. Llegan del jardín y pasan toda la tarde con sus libros, su tele, sus Legos y sus Transformers. Si pintan y lo rayan todo, nos da lo mismo”, dice Javier. Dinosaurios, guitarras, caballos, de cada juguete hay dos, y Camila los dispone en los muebles diseñados por ella y fabricados por Javier.

Animados por la seguridad de que las buenas ideas pesan más que el presupuesto, terminan un cambio y ya quieren empezar otro. A veces la dupla se cansa, pero siempre es más entretenido salir a comprar maderas y agregar un mueble nuevo. Ahora que Camila tiene cinco meses de embarazo van a tener la oportunidad de hacer muchos para la integrante en camino.

¿Esta dupla quiere trabajar para otros mandantes?

Hoy no disponemos de mucho tiempo, pero nos gustaría que el hobby crezca y se convierta en algo más frecuente. Ya sabemos que aunque a veces choca, la dupla funciona. Actualmente estamos remodelando la casa a unos amigos.

m javierbrahm@gmail.com

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