Lograr sustentabilidad en una edificación no está en una sola mano, pero sí bajo un alero general: el conocimiento de los hechos.

Primero está el arquitecto, quien debe saber interpretar el clima de la zona del proyecto, entender lo que implican los actuales problemas medioambientales y energéticos, para luego resolverlos con un diseño adecuado.Con esa información, debiera definir la orientación, la forma, los materiales y tamaños de las ventanas, entre otras cualidades. Luego, esto se traspasa a planos, detalles constructivos, especificaciones, y el arquitecto de todas maneras debe participar en el control de la obra mientras esté en ejecución para resolver imprevistos. Si el arquitecto no domina este tema, porque el proyecto es muy complejo, debiera contar con una asesoría energética. Es su deber estar atento a los problemas ambientales, no los puede desconocer; es lo que el común de la gente desea: una edificación económica, que no contamine, sana y grata.

Por otra parte, están los especialistas en climatización, con todo su conocimiento, sus nuevos equipos e instalaciones eficientes. Si bien es cierto que en general sus artefactos ocupan recursos energéticos convencionales, son cada vez mejores, se los combina con sistemas que aprovechan energía de la tierra o de otra fuente renovable y se hacen cada vez más rentables.

Después están los usuarios: la mayoría. No se logra ningún resultado óptimo si no operan adecuadamente la edificación o tienen malos hábitos. Si en invierno una ventana queda abierta, si una cortina no se cierra, o en verano la ventana no se abre para ventilar, la casa, por muy buen diseño térmico que tenga, va a consumir gran cantidad de energía.

Todo lo anterior debe estar coordinado bajo una organización mayor o superior: una política habitacional energética de país. En ella deben establecerse los criterios para que el ahorro y eficiencia sean logrados; esto vía normas (una forma de guiar forzadamente), mediante incentivos, como beneficios tributarios o de subsidios (a los colectores solares por ejemplo), certificaciones energéticas, y sobre todo a través de la educación, para crear conciencia respecto al problema.

Educar en sustentabilidad actualmente es la mejor manera de sobreponerse a los daños ambientales.