Editorial


Estamos a poco menos de un mes de los Juegos Olímpicos Río 2016 y las cosas se empiezan a mover más rápido. Siempre que hay un evento mundial de estas características la tecnología juega un rol preponderante; hoy gracias a ella seguramente podremos ver a los deportistas como si estuvieran compitiendo en el living de la casa. En términos prácticos, las diferentes tecnologías están borrando sus propios límites, enriqueciendo la experiencia del usuario y haciéndola más completa, más simple y con usos que hace poco no habríamos pensado. Hoy un televisor inteligente está desplazando el cable y transformando plataformas como Netflix en las preferidas de muchos. Lo mismo pasa con los smartphones, uno ya no sabe si es un tablet que recibe llamados o un computador con cámaras. Para mí, ejemplos como los anteriores se deberían traducir en menos equipos con más funciones, bastante ideal por donde se lo mire. Pero también en paralelo han surgido tecnologías específicas que no son reemplazables, sobre todo cuando pensamos en alta calidad. Un equipo de audio de alta fidelidad es algo especial, único, que reproduce sonidos de manera óptima, puede dialogar con señales wifi o bluetooth, pero su función seguirá siendo la de reproducir audio y no debería hacer más que eso. Por eso es importante evaluar qué equipos queremos que sean multifunción y dónde no estamos dispuestos a transar.
Pensando que durante agosto seguramente pasaremos varias horas nerviosos viendo a los atletas chilenos, preguntándonos qué tan alto llevarán los saltos a Tomás González o la maratón de la valiente Érika Olivera, les proponemos equiparse bien. Los estadounidenses hace años acuñaron el término ‘family room’, más relajado que el estar formal de una casa; generalmente es donde la familia se junta, ellos lo ubican como una extensión de la cocina, nosotros podemos armar algo así donde queramos, ¿por qué no adecuar el living si se usa poco? Los únicos requisitos son: un sofá grande y cómodo que agrupe a la familia, una buena pantalla (exploren la idea de un proyector, que desaparece cuando no está en uso, además el tamaño de la imagen solo dependerá del tamaño del muro donde queremos proyectar) y, si el presupuesto alcanza, incluir el mejor sonido posible.
Démosle la bienvenida a la tecnología, y qué mejor manera que con la delegación chilena entrando al estadio en Brasil.
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