Fue aquí en la capital, en un piso 19 y en pleno barrio El Golf donde nos recibió en su departamento un día miércoles, luego de su rutina diaria de gimnasio y peluquería, junto a un almuerzo con vista a la cordillera y al valle de Santiago.

“¿Sabes cómo llegué hace 10 años a este departamento?”, me preguntamientras camina a paso acelerado de un lado para otro: “Yo esperaba a mi último hijo Álvaro y buscábamos un espacio amplio para vivir en este sector. Un día un amigo nos invitó a comer a su departamento y me fascinó. Al poco tiempo me encontré con él yme contó que lo vendía…¡no lo podía creer! Lo compramos inmediatamente”, relata Pilar.

Sin embargo, hoy, este penthouse de tres pisos es sólo un lugar de paso para el matrimonio, que lo habita al menos una vez a la semana por razones de trabajo y vida social, puesto que ya hace algunos años decidieron asentarse definitivamente en el pueblo de Santa Cruz. Pero lo anterior no es obstáculo para que Pilar, con su gran espíritu de anfitriona, tenga este piso ambientado del mejor modo, con su gusto plasmado a cabalidad, confirmando una decoración ante todo “teatral, protagonista y llena de personalidad”, según afirma.

Piezas únicas, como telares precolombinos, gorros incas y aymaras, una puerta asiática que sirve de respaldo de cama o simplemente un buen mueble de estilo, hablan del gusto por los objetos con historia, casi patrimoniales, que tiene el matrimonio colchagüino y que sin tapujos se atreve a incorporar en la decoración de su hogar.

Eso sí, algo que no puede faltar por nada del mundo en este departamento, son flores y plantas, “necesito que siempre haya verde”, asegura Pilar. Es cosa de ver los enormes arreglos florales que forman parte de la decoración, casi jardines interiores.

Nos despedimos cuando el sol comienza a desaparecer. Pilar toma su cartera y las llaves del auto para juntarse con su hija María Jesús, mientras comenta algo que al parecer queda en el tintero: “Uno de los espacios más importantes es el comedor, porque me gusta mucho el ritual y la tertulia que se da en torno a la comida, además que ¡Carlos es tan buen cocinero!”, agrega, y ahora sí nos despedimos.

• Amigos de la propietaria, como Javier Pinochet y Willy Geisse han dejado su particular huella en este departamento.
• Debido al gusto que tienen por la gastronomía Carlos Cardoen y Pilar Jorquera, el comedor es uno de los protagonistas, unido a su genial ambientación con un tropical tapiz mural y la espectacular lámpara de cristal que perteneció a Marcó del Pont.