Paula Gutiérrez

Una terraza en la playa, un espacio de intimidad y relajo fue lo que la decoradora Paula Gutiérrez quiso entregarle a este exclusivo rincón construido sobre el techo de una casa en la costa. Inspirada en la arquitectura tradicional (en piedra) de  la isla griega Symi, y en la acogedora fisonomía de las casonas chilenas, es el lugar perfecto para aprovechar las puestas de sol durante el verano, porque es justamente en esta temporada cuando se transforma en un oasis de descanso y privacidad, mientras que el bullicio de la playa se pierde a lo lejos.

"Es una terraza sencilla, austera, pero elegante, ideal para un rico almuerzo o para tomar el desayuno", explica Paula, agregando que para su construcción utilizó piedra rústica, mientras que las sillas de inspiración de los años 20 las diseñó en pino pintado blanco. Un ambiente limpio y depurado, sin mayores distracciones que la increíble vista panorámica, esta terraza representa  la simplicidad y elegancia del estilo de esta decoradora, que una vez más nos comprueba la elocuencia de la frase 'menos es más'.

Entre el fondo blanco y el turquesa de las puertas se incorporaron tinajas de greda, como reminiscencia de la casona chilena, pues no solamente la terraza, sino que la casa completa fue inspirada en la arquitectura elegante de la isla griega Symi y en la calidez y rusticidad del estilo chileno de la zona central.

Francisco Camiroaga y Francesca Bassi

Desde afuera no parece lo que es, porque se funde muy bien con el follaje de las plantas; se trata de un entretenido quincho pensado para una pareja argentina que buscaba un espacio para realizar sus reuniones y asados, pero algo más discreto que no contrastara demasiado con el estilo de la decoración del resto de la casa, considerando que está ubicado justo a la salida del living. Trabajando en conjunto con el arquitecto de la casa, los decoradores Francisco Camiroaga y Francesca Bassi propusieron un estilo de quincho más acorde con la decoración. Lo primero fue reparar el techo que tenía problemas estructurales, y posteriormente dar vida a lo que sería un lugar de encuentro y entretención. Para ello construyeron una parrilla tipo chimenea justo en la pared de espalda al living, y escogieron una gran mesa hecha de durmientes, un toque rústico que se complementa muy bien con las sillas de mimbre pintadas en una delicada gama de tonos que incluyen los rosa pálido, magenta, blancos y azules.

"Pensando en la mejor forma de acompañar una mesa tan rústica como esta, escogimos el mimbre, porque es cómodo, cálido y muy  nuestro", explica Francisco.

Aprovechando la irregularidad de los durmientes, que tienen esos huecos en medio, se  incorporaron hierbas de cocina y musgos con la idea de hacer un pequeño jardín en medio de la mesa.

Así, y aprovechando la nobleza de materiales chilenos, este acogedor espacio no tiene más pretensiones que ser un lugar para pasarlo bien, pero con la elegancia y estilo de una propuesta pensada en conjunto con el resto de la casa y con la forma de vida de sus dueños.