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Leonardo: Aterrizando el mito del genio

Obras provenientes de la National Gallery de Washington, el Louvre, el British Museum, entre otros, se reúnen en la muestra en curso en el Palazzo Reale de Milán para dibujar la cara más realista de Da Vinci. Un Leonardo que no sabe latín, que muchas veces no concluye sus trabajos y que a pesar de no haber inventado las máquinas que representa, posee una intuición fascinante.

Leonardo da Vinci (1452-1519): Head of woman no. 428 E. Florence, Gabinetto dei Disegni e delle Stampe degli Uffizi penna, bistro e biacca. mm 282 x 199. *** Permission for usage must be provided in writing from Scala. ***
Leonardo da Vinci (1452-1519): Head of woman no.

“Uno de los problemas que tenemos hoy al afrontar a Leonardo, es que es un personaje muy famoso. Desde el 1800 se ha creado este mito del inventor, del genio -que es verdadero-, pero él no se formó de un modo aislado. Leonardo logra tener tantas ideas porque aprende de todo lo que lo rodea; de un lado la naturaleza y del otro, toda la obra de su tiempo o creada en el pasado, sea en arquitectura, ingeniería militar, etc. Es en comparación con sus contemporáneos que se encuentra su grandeza, y en la muestra de Palazzo Reale se comprende bien”. Es Claudio Giorgione quien habla, historiador del arte, curador de Leonardo, Arte y Ciencia del Museo Nacional de la Ciencia y la Tecnología Leonardo da Vinci, en Milán, quien ha colaborado en la exhibición sobre el maestro que desde abril  y hasta el 19 de julio se presenta en el Palazzo Reale.

Anunciada como la exposición más grande de todos los tiempos que se haya realizado en Italia, y en el contexto de la Exposición Universal y el Salón del Mueble -que también auspicia la muestra-,  “Leonardo 1452-1519, el dibujo del mundo”, busca justamente desmitificar la figura del pintor elevada a esferas casi fantásticas, que se ha ido tejiendo a través del tiempo. Lo sitúa magistralmente en el contexto de su época para entenderlo mejor y se concentra mayoritariamente en las piezas de dibujo -más de 100 en muestra-, una de las aristas más fascinantes y menos expuestas del artista, en esta profundidad y cantidad, reunidas en un solo lugar.

Es en esta técnica donde se pueden apreciar y develar mejor sus intereses y las fuerzas que lo impulsan: su increíble capacidad de observación del mundo, su gran curiosidad e intuición que lo llevan a explorar diversos campos, de un modo y con una potencia nunca antes vistos. Arte y ciencia confluyen en la -tan buscada por Leonardo- unidad del saber, valor que marca una época que él, hombre renacentista, humanista, del ‘quattrocento’ italiano, personifica como ningún otro y que en esta exposición puede apreciarse en toda su riqueza gracias a la inclusión de sus contemporáneos, antecesores, predecesores y fuentes, a las más de 200 obras -que difícilmente pueden verse juntas-, como la “Madonna Dreyfus”, de la National Gallery de Washington; el “Hombre de Vitruvio”, de la Galería de la Academia de Venecia, o 38 hojas del “Códice Atlántico”, de la Biblioteca Ambrosiana.

El dibujo del mundo

Como explica la profesora María Teresa Fiorio, curadora de la exposición junto a Pietro C. Marani, a propósito de por qué no están presentes obras pictóricas más ‘famosas’ para un evento tan esperado y grandemente publicitado, “su catálogo pictórico cuenta con poco más de 20 obras, dos de las cuales son pinturas murales. Otras son tan famosas y esenciales para el museo que las posee que no pueden ser prestadas, y hay que agregar que en 2011 y 2012 se hicieron dos muestras sobre Leonardo en la National Gallery de Londres y el Louvre, que no facilitaron ulteriores peticiones de préstamo de parte nuestra. No obstante, hemos conseguido siete pinturas”.  Y entre estas se cuentan “La Anunciación”, “La Belle Ferronniere” y el “San Juan Bautista”, todas del Louvre, y “San Girolamo” de Museos Vaticanos.

Pero el recorrido, organizado en 12 secciones temáticas que pasan por la anatomía, la unidad del saber, el dibujo como fundamento o la mecánica, se centra en sus magníficos dibujos, herramientas que Leonardo utiliza para comprender el mundo; sus “instrumentos de operación mental,  clave de acceso al conocimiento”, dicen los curadores.

Ya sea que represente una arquitectura o anatomía, Leonardo aplica técnicas novedosas: divide en secciones horizontales cuerpos o edificios para mostrar cómo están compuestos, el llamado ‘cuerpo transparente’. “También puede investigar la máquina como un organismo vivo y aplicarle las mismas concesiones de la anatomía”. Y es esta mixtura, de la unidad del saber, la que otorga a sus dibujos  ese sello tan peculiar y atrayente. Es la observación, el ojo detallista y fiel con que Leonardo mira el mundo y traduce indistintamente en arte o en ciencia,  retroalimentando ambas disciplinas.

Giorgione explica que a pesar de que muchas veces se equivoca y otras tiene intuiciones correctas, “lo que hace por primera vez de manera increíble es la representación del cuerpo humano. Antes que él ninguno lo había hecho de modo tan profundo, exacto y fiel a la realidad. No tiene comparación”. Y respecto a sus dibujos técnicos, “frecuentemente no tienen un rol ingenieril, científico, sino una función casi teatral. Por ejemplo, los carros falcados (de guerra) -que no son una invención suya, existían ya en el mundo romano- los representa con esta fuerza teatral, dramática, que transforma el dibujo técnico en una verdadera obra de arte”. Esa es una de las grandes novedades de Leonardo, aplicar perspectiva, sombra, achurados a dibujos técnicos, dividir en secciones y conjugar ciencia y arte en un mismo boceto, al tiempo que logra plasmar “los movimientos del alma” -los estados psicológicos diríamos hoy- de sus personajes, a través de gestos y miradas.

El genio Da Vinci

A la gente le cuesta creer que Leonardo no es tan fantástico como siempre se ha pensado popularmente -cuenta Giorgione- porque suele presentárselo como un genio innato, idea que se refuerza durante la Italia de Mussolini para exaltar el nacionalismo y la grandiosidad patria, con una exposición específica sobre el artista, de 1939.

“A medida que Leonardo se vuelve más viejo se interesa menos en las máquinas y más en las leyes de la naturaleza. Hay una evolución en él, y siendo un mito tan grande el que se ha creado, es difícil hacer entender a las personas que a menudo dibujaba cosas que ya existían, pero esto no quiere decir que no fuese talentoso, sino que cada cosa nace de una profunda asimilación de todo aquello que hay -no puedes crear cosas nuevas si no has estudiado primero lo que existe-, pero  piensan un Leonardo un poco mago que imagina el futuro. Él ha sabido mirar al futuro, pero siempre como un hombre de su tiempo”.

Según Fiorio, el mito se enfatiza con la muestra de 1939, en la que aparece “como un genio, que surge de improviso, ausente de raíces y referentes a los que en realidad está profundamente ligado. En cambio -en esta exhibición- buscamos situarlo en la cultura de su tiempo, subrayando las deudas con el ambiente florentino y con su maestro Verrocchio; una panorámica centrada en el sentido de la investigación leonardiana a lo largo de toda su carrera que al mismo tiempo evita la tendencia a aislar temas o momentos”.

Por ejemplo, el interés y la curiosidad por trabajar en tantos campos distintos, según Giorgione, lo aprende con Verrocchio, “porque los talleres florentinos eran poliédricos, se ocupaban de tantas cosas: pintura, arquitectura, escultura, artes aplicadas, ingeniería. Era una formación práctica”. El conocimiento de mecánica e ingeniería lo adquiere principalmente en Florencia y Milán. “De joven puede observar todas estas grúas para levantar peso creadas por Brunelleschi, y era parte de este vivaz mundo de la ingeniería práctica toscana. Hacia la mitad de los años 90 (1590), cuando ya llevaba más de 10 años en Milán, alcanza su  mayor conocimiento de la mecánica, del movimiento, de los engranajes. Proyecta y diseña muchas máquinas textiles porque era una de las fuentes más importantes de la economía de Milán, de ahí la idea de un telar automático para la vida cotidiana de la ciudad”.



Más y Más Leonardo:



Dramático: En el Museo Nacional de la Ciencia y la Tecnología, todos los sábados hasta el 31 de octubre se presenta "Ser Leonardo da Vinci, entrevista imposible", una performance teatral que recorre la vida del artista en la personificación de  Massimiliano Finazzer Flory.

w wheremilan.com



Tecnológico: En la galería Vittorio Emanuele II y hasta el 31 de octubre se presenta "Leonardo 3", más de 200 modelos de sus máquinas en versión interactiva, una restauración de "La Última Cena" y las páginas de sus apuntes en digital para que el visitante pueda hojearlas. 

w leonardo3.net



Estudioso: La mente de Leonardo, se titula la muestra en torno al "Códice Atlántico", que presenta los estudios del maestro a lo largo de 40 años, plasmados en el famoso libro.

La exhibición va en paralelo en la Biblioteca Ambrosiana y en La Sacristía Bramante. w leonardo-ambrosiana.it

 

Virtual: La exposición principal en Palazzo Reale está vinculada a una actividad al final del recorrido que promete transportar a los interesados a los tiempos, obras y lugares de Leonardo. Entrar como aprendiz al taller del Verrocchio, vivir el Castillo de los Sforza o la Plaza de la Signoria en el Quatrocento fiorentino, meterse literalmente dentro de "La Última Cena" o ver  la ciudad desde el cielo con su maquina voladora. Basta ponerse el casco visor 3D y el viaje en el tiempo comienza.



App: Being Leonardo se llama la aplicación para tablet iOS y Android, que también  utiliza el 3D para transportar al usuario en lo que llaman su "biografía inmersiva". Probar sus inventos, recorrer los lugares principales, sus ideas y obras se puede hacer desde casa. (App Store de Apple o Google Play).   
En ese sentido, podría decirse que también fue un gran diseñador -aunque la profesión no existirá hasta entrada la revolución industrial-. Porque Leonardo, por un lado, entiende y resuelve problemas, "busca mejorar lo que ya existe, en el  sentido de idea, de creación", dice Giorgione. Y por otro lado, funde en él dos figuras separadas en su tiempo: el artesano/artista y el intelectual que produce en diversas esferas, investiga, observa el mundo y crea una infinidad de trabajos, apuntes e ideas, en su caso muy prolífico.

 "Lo que tenemos hoy son alrededor de 8 mil páginas, aproximadamente un tercio de todo lo que dibujó Leonardo. Mucho fue destruido, perdido, pero quizás habrá cosas aún por descubrir en alguna biblioteca, como el "Código de Madrid", encontrado hace 40 años".

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