No empecemos con mentiras verdaderas. Es una tienda de pastas hechas en casa

, y con mayor razón queremos oler la harina espolvoreando los muebles de cocina, la albahaca casi verde fosforescente, los tomates chorreando su jugo. De modo que los diseñadores de interiores Hugo Grisanti y Kana Cussen se dedicaron por completo a hacer brotar este sentimiento.

Hace nueve años que La Pasta Divina se dedica a vender exquisiteces de la península Itálica, en especial las pastas -hechas en la cocina de la tienda- o lasañas. El interiorismo era clásico, con maderas oscuras. A simple vista no se transmitía lo que vendían ni su trabajo. "La idea al diseñar fue evocar una clásica gran cocina italiana, con sus colores y materiales. Quisimos transmitir la esencia de 'la pasta', que es natural, cálida y hecha en casa. En un principio se trataba de refrescar el interiorismo, pero rápidamente nos dimos cuenta de que había que partir de cero", explica Hugo Grisanti.

Para lograrlo, trabajaron con cerámicos blancos y rojos en un formato antiguo, maderas de lenga, latón y una paleta de colores muy acotada en tonos rojo, blanco y madera.

Cambiaron todos los revestimientos, el piso, y diseñaron los muebles de nuevo. Priorizaron la exhibición en una antigua alacena, que mezcla los productos que se venden junto a antiguos artefactos de cocina. También instalaron una reinterpretación de una mesa antigua en el centro como comedor de diario de una clásica cocina, en la que se pueden exhibir productos seleccionados. Toda una epopeya romana.

Junto a Baauhs se cambió la imagen corporativa y con Larraín/Ramírez, la arquitectura.