El encargo de esta casa al arquitecto Guillermo Jiménez fue explícito: aprovechar el paisaje circundante y respetar el entorno de forma tal que la construcción se adaptara en materialidad y color al terreno y vegetación que la rodea. Una vivienda que propusiera entonces un refugio, un habitar silencioso en el que las formas buscasen simplicidad y lógica, con total sentido de humildad ante el paisaje.

Con esto en mente, el proyecto se compuso de dos alas programáticas, dividiendo los usos privados de los públicos. Punto importante donde el programa se unifica en un espacio único que se vuelca abruptamente a una panorámica enmarcada por el cerro La Campana y el valle. Para lograr este marco natural, la planta se despegó del terreno, posicionándose por sobre la copa de los árboles, uniendo la cocina con el living, comedor y terraza.

El ingreso de la luz natural también es un factor que se contempló en el diseño, adaptando así áreas menos expuestas al espacio exterior.

En cuanto a su materialidad, se pensó en elementos que compatibilizaran con su contexto, como la madera, el hormigón, el vidrio por una concordancia cromática y con el paisaje. Es así como se logró que el edificio se perdiera en el follaje, apareciendo y desapareciendo a ratos.

Debido a la gran exposición de la casa, otro factor importante a resolver fue el asoleamiento. Para eso se generó un revestimiento exterior que recorta el golpe directo de los rayos solares contra el muro. Esta suerte de piel demadera se desplaza unos centímetros del plano mural, creando una cámara de aire que ventila y colabora para evitar el calentamiento excesivo del perímetro.

Una vez en el interior, el requisito del mandante fue el de ser muy habitable pero también integrado al entorno. Habitabilidad que requería a su vez que sus terminaciones fueran limpias y certeras, idea que facilitaba especialmente que el proceso de limpieza fuese sencillo al emplear superficies sin juntas, ranuras o espacios que acumularan polvo. Cosa que se logró al incorporar la gama de revestimientos de Bomanite, como el MicroTop, un revestimiento cementicio que permitió generar espacios limpios,modernos, con un acabado en colores relacionados al paisaje y con terminaciónmarmoteada, posibilitando el juego con diferentes texturas y desplazamientos entre pisos, muros y muebles, en los que destaca el mesón isla de la cocina y lasmesadas de los baños, que son de estructura metálica. El uso en muros permitió al arquitecto recubrir incluso los habitáculos de ducha, generando una apariencia uniforme, limpia y moderna.

ARQUITECTO: GUILLERMO JIMÉNEZ DE OD3 ARQUITECTOS

MATERIALIDAD: MADERA, HORMIGÓN, VIDRIO, ESTRUCTURA METÁLICA

AÑO DE CONSTRUCCIÓN: 2006

UBICACIÓN: OASIS DE LA CAMPANA, V REGIÓN

TERRENO: 5000 M²

SUPERFICIE: 140 M²

WEB: WWW.OD3.CL