Oasis en la ciudad
La arboleda de la avenida Andrés Bello y la tranquilidad de un gran jardín sirven como antesala al departamento de la paisajista Paz Moreno Israel: un verdadero templo de armonía, luz y color en un edificio de los años 40.


La primavera, como la vida en el departamento de la paisajista y diseñadora Paz Moreno, se siente fresca, muy cálida y libre. “Es un espacio alegre, para compartir y mirar, donde siempre hay frutas, plantas y flores... A pesar de estar en un edificio, aquí corre viento y se disfruta plenamente de la naturaleza. Simplemente, se vive”, dice.
Junto a su marido, el comunicador audiovisual argentino David Perera, decidieron cambiarse a un edificio de conservación histórica en el sector de Pedro de Valdivia Norte. Un gran antejardín, la arboleda frente al río Mapocho y, por supuesto, la nobleza y luminosidad de la arquitectura, los convencieron. Aunque la decisión –confiesan– fue demanera intuitiva y casi lógica. Paz cuenta que la vida en este lugar es muy similar a la que había en el edificio donde se conocieron: gente alegre y amable.
Lo que se hizo después fue recuperar la arquitectura afrancesada del lugar, pero abriendo los espacios para dar mayor luminosidad y fluidez. La remodelación estuvo a cargo del arquitecto Cristián del Canto. Así fue como los 100m2 hoy albergan living, comedor, cocina, escritorio, una sala de estar, dos dormitorios y dos baños. "De eso hace un par de años. Cuando terminamos la remodelación, inauguramos el departamento con amigos, pizza y champagne, todos sentados arriba de las cajas sin desembalar", comenta la paisajista. Pero sin duda, el encanto original del lugar trascendió gracias al gusto de la propietaria. Hija de dos artistas plásticos, Patricia Israel y Julio Moreno Robles, dedicada al paisajismo y a la joyería textil, Paz se considera artesana y jardinera de los lugares y paisajes, una verdadera exploradora y recolectora de objetos, colores y texturas. Su departamento es una muestra de ello, allí conviven en armonía historias y materias.
- Este edificio de conservación histórica fue construido por el arquitecto Alberto Goldenberg para uso exclusivo de su familia.
- Uno de los motivos de por qué compró este departamento se debe a que colinda con jardines de diferentes embajadas. "Disfrutamos mucho el desayuno con el canto de los pájaros y la vista a un enorme peumo y cítricos", cuenta.
- "Es un lugar lleno de luz, carácter, donde está presente la huella del pasado", cuenta la paisajista Paz Moreno.
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