“Me contraté a mí mismo para decorar este departamento. Me considero un diseñador temático”, es la convencida frase que da Gino Falcone al mostrarnos su hogar en la comuna de Providencia, específicamente en el casco viejo del tradicional barrio de Pedro de Valdivia.

Aquí, donde todo parece ser una perfecta escenografía, se esconde el mundo artístico que lleva detrás este arquitecto peruano. Sus más variados gustos, desde lo antiguo y patrimonial hasta lo lúdico y ecléctico, se hacen presentes en cada uno de los espacios de este departamento de primer piso donde vive junto a su pareja y su perro llamado Moro.

Lo anterior hace que, una vez dentro del lugar, nos detengamos en frente para contemplar cada pieza artística, cada objeto y muestra de diseño que aquí se esconde. El denominador común de todo es la personalidad, un sello, la onda de Gino. Por ejemplo, los tapices, miles de géneros, retazos y pedazos de telas que deambulan libremente bajo variados diseños, como parte de la fascinación que tiene este arquitecto por el mundo de las texturas y colores.

“En cada lugar he querido reflejar mi pasado y mi presente”, sostiene y nos cuenta además que es el comedor el lugar donde se ha generado mayor protagonismo, mediante los espejos, obras de arte kitsch de reconocidos artistas y antiguas lágrimas que cuelgan del techo, haciéndonos pensar por un rato que estamos dentro de un palco. Para mirar y admirar, así es el refugio de vida de este artista y coleccionista quien confiesa, además, que hoy viviendo en este lugar de Providencia no deja de rememorar su infancia transcurrida en el barrio Miraflores de la ciudad de Lima.